Cinco

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🇲🇽 | Polanco, CDMX | Sábado | 2015 |
10:40 a.m.
ʚ Alex ɞ

Desperté por el sonido de mi teléfono, abrí los ojos perezosamente esperando a que el sonido cesara de una vez por todas pero no fue así, paro un minuto y volvió a sonar.

—Puta madre, no dejan dormir. Fuckme gire en la cama, alcance mi teléfono y mire quien me llamaba.

>>> Chayotito <3 <<<

Puta madre se me olvido.

No le contesté, me levante rápido de la cama para después cambiarme. La verdad es que estaba cansado y se me olvido que hoy tocaba salida con Chayo. Baje corriendo las escaleras de mi casa y mi mamá me detuvo.

—¿A donde crees que vas eh chamaquito?—dijo viéndome de brazos cruzados.

—Con Chayo—contesté encogiéndome de hombros, me dirigí a la cocina por una manzana mientras ella estaba a mis espaldas.

—¿Y con permiso de quien si se puede saber?—pregunto de brazos cruzados.

—Con el permiso de Dios, mami—le sonreí, la esquive con la idea de salir de casa pero ella fue mas rápida y me regresó jalando la gorra de mi sudadera.

Me acercó a ella para darme un abrazo y un beso, acomodó mi gorrito y me persignó.

—Con cuidado mi amor, ya ve con tu noviecita que te debe estar esperando—le regrese el beso y el abrazo pero lo ultimo me saco de onda.

—No es mi novia má— le dije a la defensiva, ella me miró y sonrió.

—Lo vas a entender cuando seas más grande amor ya ve a jugar antes de que me arrepienta y no te deje ir, córrele—le volví a dar un beso y salí disparado a mi bici.

Mi teléfono volvió a vibrar y contesté.

—Ya voy chayo dame chance, me quede dormidillo, ahorita te contesto bai—colgué y me monté en la bicicleta, empecé a pedalear por las calles con velocidad, normalmente de Polanco a Condesa me hacia veinte minutos pero esperaba hacerme menos porque Chayo me la iba a hacer de pedo: Uno, por no llegar a tiempo y dos, por haberle colgado así el celular.

Después de quince minutos me encontraba cerca de la casa de Chayo una vez enfrente, me la encontré sentada en la banqueta comiéndose un elote.

—Al chile eres una hambreada y lo peor es que no invitas—dije parando la bicicleta y retrancándome en el manubrio, cansado—ella alzo su cabeza para verme, mi cuerpo tapaba unos cuantos rayos de sol pero aún así le molestaba la poca luz que recaía sobre ella por lo que me miro con los ojos achinados y sonrió; me extendió el elote y le di una mordida.

Se veía muy bonita, llevaba un overol de short y una playera roja mientras su cabello iba todo atado y llevaba sus lentes, apenas había empezado a usarlos porque al chile no veía ni madres en la escuela porque esta toda miope y diario andaba preguntándole a Lupe que decía el pizarrón.

—¡YAAAAA, QUE TE LO VAS A ACABAR, ERA UNA MORDIDITA ALEXIS!—se empezó a reír mientras alejaba el elote de mi.

Correspondí su risa mientras terminaba de comer el elote—Perdón por llegar tarde es que me quede bien dormido, pero no te quería dejar plantada—dije con una mueca y me limpie mi boca con la mano.

—No seas cochino Alexis, pásale a mi cantón por una servi—se levanto, se adentró a su casa así que me fui detrás de ella y metí mi bici a su patiecito—La neta pensé que ya no ibas a venir güerito, me iba a quedar sin mi compañero de aventuras y hoy te quería llevar a dar una vuelta a el monumento a la revolución y esos lugares básicos de la ciudad, además te debo la ida a la casa de Frida Kahlo, hay mucho que ver pero quiero enseñarte más que nada los lugares que me gustan—dijo caminando a la cocina. A chayo le encantaba hablar y a mi me gustaba mucho escucharla.

Fue a la alacena de su cocina, quiso alcanzar una servilleta pero estaba muy alto y ella es una chica muy chaparrita.

Me acerque a ella, alcance la servilleta, se la extendí y ella sonrió—Pendejo es para ti—dijo riéndose.

—Limpiame tu—sonreí y me acerque a ella, me gustaba que se sonrojara.

Su mano alcanzo mi rostro, empezó a quitarme el queso y la mayonesa que quedaba en mi boca. Se acercó más.

—Orale—dijo bajito.

—Orale que Chayo—pase una mano por su cintura. La verdad es que Chayo tenía algo que me gustaba mucho.

—Alex—parpadeó y se giro. No quite mi mano de su cintura—¿Quieres agua?—carraspeo y se sirvió un vaso. Me incline para abrazarla por la espalda.

—Si quiero Chayo—empezó a servir otro vaso de agua y le di un beso en la mejilla. La solté y me retranque en la barra.

No es mutuo. Lo sé.

—Ora, ¿Por qué tan cariñoso Güerito?—dijo ella sonriendo y me extendió el vaso.

—Solo estoy agradecido, de que hagas esto por mi—ella sonrió igual.

—Eres mi mejor amigo Alex, haría lo que fuera por ti—Le di una sonrisa desanimada y me tome el vaso de agua.

Mejores amigos.

Un amor muy a la mexicana; Quackity Donde viven las historias. Descúbrelo ahora