Un amor muy a la mexicana; Quackity

Veintidós

🇺🇸 | Los Ángeles, California | Abril 2021 |
5:20 p.m.
ʚ Alex ɞ

Tome mis llaves y salí de casa. Caminé hacia mi garage, saque la bicicleta y me monte en ella, deje mi teléfono en mi bolsillo, me puse los audífonos y active la música desde mi reloj.

Empecé a andar por las calles mientras pensaba en que podía hacer para los siguientes streams, tenía varias grabaciones pendientes, streams que debía hacer, guiones que escribir y una pila enorme de tarea que habiá recibido hoy.

Después de una hora andando por las calles más vacías de Los Ángeles, decidí regresar.

Entré, tome una botella de agua mientras veía los mensajes de mi teléfono, varios recordatorios, mensajes de diseñadores y distribuidores de merch, confirmación de algunos Gartic Phone programados.

Apagué el teléfono y lo dejé en la mesa, cerré los ojos mientras dejaba salir todo el aire que tenía retenido. Estaba muy estresado.

Decidí dejar mi teléfono ahí después de contestar los mensajes importantes, subí a mi habitación para bañarme y cuando termine me dedique a terminar mis trabajos de la universidad.

Estaba terminando el último análisis de casos ficticios cuando alguien tocó la puerta de mi casa. Hace un año no vivo con mis padres, sin embargo vienen seguido a visitarme así que supuse que ellos eran quienes tocaban la puerta.

Bajé las escaleras y abrí la puerta, encontrándome a Karl.

—¡Hey amigo!—me abrazó y lo deje pasar a casa—¿Que harás está noche?—se sentó en mi sillón y yo tomé asiento a su lado.

—¿Dormir?—le contesté y soltó una carcajada.

—Sabía que dirías eso—se acomodo en el sillón y me dio una mirada divertida—Hoy vamos al Academy LA, prepárate—estaba emocionado y me dio unos empujones para que me levantara pero no sucedió.

—No, hoy estoy casado. Además sabes que no me gusta salir—alcance el mando del televisor y lo encendí, Karl me lo arrebato y apagó el televisor, volviendo esto en una pequeña pelea.

—Jesucristo, Quackity. Debes salir de casa— aventó el mando del televisor lejos y me quedé viendo a la nada—Por favor, nunca quieres salir conmigo. Debes dejar de trabajar tanto y empezar a vivir. Debes salir adelante—me vio con una mueca y suspiré.

—Anoche me apareció su perfil en Facebook— confesé.

—¿Apareció? O ¿Lo buscaste?—me miró con una ceja alzada y yo solo me recosté en el sillón.

—Apareció en personas que quizá conozcas. Solo vi su foto de perfil, porque todo está en privado—froté mi rostro.

—Sabes que tú tienes el poder de cambiar todo, ¿Verdad?—dijo de manera sería y yo asentí.

—Vamos al Academy LA. Bajo en cinco minutos—accedí, subí las escaleras hacia mi cuarto, buscando algo para usar y huyendo de aquella charla incómoda.

Terminé con unos jeans, una sudadera y unos tenis negros, y cambiando mi gorro por una gorra azul. Me coloque mi reloj en la mano y mire la pulsera que estaba sobre mi muñeca, seis años y estaba en perfectas condiciones, la cuidaba con mi vida. Ella tenía razón, la pulsera me dio suerte.