Un amor muy a la mexicana; Quackity

Veintiséis

Maratón 1-2

🇲🇽 | Coyoacán, CDMX | Mayo 2021 |
11:30 a.m.
ʚ Rosario ɞ

—¡A vos te estaba buscando!—di un salto en mi lugar cuando escuché una voz detrás de mi provocando que derramara un poco del café que estaba bebiendo, me quite los auriculares y volte a ver quien me llamaba.

Cerré mi termo y vi a un chico con los  brazos cruzados a unos metros.

Desde hace un mes exactamente los amigos de Iván y él mismo se habían vuelto parte de mi círculo social, en especial Rodri, quiso se había convertido en un amigo muy cercano e importante para mi.

—Vos—camino hacia a mi con una sonrisa y yo no entendía nada—Spreen ya me ha dicho que no queres ir a la Joda en los barquitos.

—Trajineras Rodri—giré los ojos y empecé a caminar de vuelta con el a mi lado. Todos llevaban días insistiéndome en ir a esa dichosa fiesta pero yo no quería ir, estaba a full con el trabajo y la tarea—Y si, no voy a ir.

—Daleee gordi—empezó a salgolotearme y a hacer una escena que me sacó unas risas—Es que si vos no vas mi amigo tampoco y yo muero cuando el no va a la joda, no sabés—dijo con un tono fresa y dio un golpe al aire.

Solté una carcajada—Dios, Iván puede ir a la fiesta. Van a ir Lupi y Santi no tienen porque no ir solo porque yo me quedo a hacer tarea—me encogí de hombros.

—¿Sos boluda?—dijo Rodri jalándome a una banca que estaba cerca, tenía hora libre y estaba a punto de irme a reunir con mis amigos donde siempre para comer—Si vos no vas, spreen tampoco, ¿Vos no lo has notado? Posta, si vas a la biblioteca el va detrás tuyo— dijo con los ojos muy abiertos tomándome de los hombros—¡Y ese gato en la vida había pisado la biblioteca!— me agitó.

—Y eso es mi culpa... ¿Por?—dije sonriendo y alzando una ceja.

—No, es que sos re ciega, ya entiendo a Lu—dijo mirando al cielo—Hoy salimos de Joda, si es necesario esconderte los cuadernos y hablar con tu vieja, yo lo hago.

Iba a protestar pero me levantó y entrelazó nuestros brazos.

—Ahora si gordi, ¿Qué comemos hoy?—es increíble como cambia su humor en un dos por tres, me reí y empezamos a hablar mientras llegábamos con los demás.

Cuando llegamos nos sentamos todos en una mesa, faltaban Santi e Iván porque habían ido a pedir la comida antes de que llegáramos. Platicamos sobre los planes de en la noche y yo seguía dudando en ir, pues quería aprovechar mi tiempo en descansar y hacer cosas productivas, pero si en algo tenían razón es en qué llevaba mucho tiempo sin salir de fiesta.

—¿Hace cuanto no vamos a Xochimilco wey?— dijo Lupita viéndome y yo pensé.

—Desde la prepa, cuando Santi y su primo vomitaron—arrugue la nariz y ambas empezamos a reír, terminamos contándoles la anécdota y ellos intercambiaron algunas con nosotras.

Seguíamos riendo por comentarios que hacía Rodri hasta que llegaron los dos chicos con la comida.

—Eu, de que se ríen boludos—dijo Iván sentándose a mi lado, dejando un plato de chilaquiles frente a mi le agradecí y empezamos a comer todos.