Veintinueve

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🇲🇽 | Condesa, CDMX | Julio 2022 |
7:30 p.m.
ʚ Alex ɞ

El día había estado ajetreado pero logramos sobrevivir a el montón de gente que había y ahora nos encontrábamos cenando todos juntos.

—¿Quieres más sopa, Clarie?—dijo Rosario hacia mi hermana y la pequeña asintió.

Oye Alex, ¿Les gustaría ir al bar de Don Luis? Donde esta el billar—preguntó Santiago hacia mi y mis amigos.

Yo mire a mi hermana que estaba hablando con las chicas—No lo sé, ¿Quieren ir?—le pregunté a los chicos y ellos asintieron pues habían dicho que querían conocer lo más que pudieran de México—Es que tengo que cuidar a Clarie, mis papás perdieron el vuelo y llegan mañana—volví a comer.

—Yo la puedo cuidar—dijo Rosario para volver a comer. Hicimos contacto visual unos segundos y ella la retiró primero—Deberías salir con ellos, digo, sería buena idea. Si quieres ve—me dio una sonrisa y la correspondí.

Es que no lo sé, nunca la he dejado al cuidado de nadie más y no es que no confíe en ustedes, ella es como mi hija—dije riendo y Lupita asintió dándome la razón.

No te preocupes por eso, la queremos igual que tu. Podríamos hacer una noche de chicas—dio un manotazo leve al aire—mientras tú vas con los chicos.

—Si Alex, di que si. Quiero una pijamada con Ro y Lupi—Dijo Clarie limpiándose las manos.

Lo pensé unos minutos—Vale, solo si prometes no hacer travesuras y obedecer a las chicas—la apunte con mi tenedor y las mujeres adultas se rieron.

Lo prometo, jefe—dijo la pequeña haciendo un saludo militar.

—Serias muy buen padre Alexis—dijo la mamá de Rosario y me sonroje.

—No es para tanto—reí y ella rodó los ojos.

Después de ir a mi casa por ropa para Clarie, los chicos y yo nos fuimos en dirección al bar que Santiago había mencionado.

Cuando llegamos mi amigo pidió una ronda de tequila para todos, hablamos un rato sobre el trabajo y los chicos se llevaron de maravilla con mi mejor amigo. Al pasar de las horas Karl y Nick estaban jugando billar con otro grupo de chicos que encontraron en el bar y yo me quede a solas con Santiago.

—Que a toda madre, un mes juntos—dijo pasando un brazo por mis hombros y agitándome.

—Ya se, no mames que chingon—mi teléfono empezó a vibrar y vi el nombre.

>>Amor<<

Puse el teléfono boca abajo para no contestar, estaba pedo y a Daniela no le gustaba que bebiera, menos que saliera por la noche con los chicos. Más por mi salud que por otra cosa.

—¿Por qué no le contestas wey?—dijo Santiago viendo mi teléfono.

—No le gusta que me salga a empedar y menos que ande en la noche afuera—me acomode el cabello de la frente pero lo empeore.

—¿Por?—dijo el con una ceja alzada.

—Dice que no es sano y no es buen ejemplo para Clar—me recosté en la silla.

Un amor muy a la mexicana; Quackity Donde viven las historias. Descúbrelo ahora