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—¿Porque tan sonriente?— Mine había visto llegar a Porchay con una sonrisa de oreja a oreja.

—Ou solo es que por primera vez no me vine caminando.

—¿En verdad? ¿Pagaste un taxi?— preguntaba su amigo con mucha curiosidad.

—Nada de eso, solo que me encontré a Macau ya sabes el chico al cual todos andan detrás de él.

Chay hizo una pausa al ver a su amigo pensativo con una cara un poco extraña.

—¿Macau? ¿Macau? Espera ¿Es el chico popular?

—¿Popular?— Chay pregunto extrañado.

—Si, dicen que es rico su familia creo que maneja negocios internacionales es el hijo menor solo tiene un hermano y viven con su papá— Mine finalizó feliz.

—Esta bien, yo solo pregunte por el no que me dijeras toda su biografía.

Los dos rieron.

—No pero ya en serio ¿Cómo sabes todo eso?— sentía un poco de curiosidad.

—Toda la escuela lo sabe, me extraña que tú no.

—Aunque parezca extraño jamás he escuchado sobre el tampoco lo había visto, creo que acabo de desbloquear un nuevo personaje.

Ambos chicos se echaron a reir ante el comentario de Porchay entrando así finalmente a clases.

Todo el día había estado con normalidad, no había visto a Macau por ningún lado, en el descanso lo busco como loco pero no dio con el paradero del chico quería almorzar con el pero sus planes fallaron al no encontrarlo.

—Hey ¿Te acompaño a casa?— Mine había llegado a dónde estaba Chay.

—No, no te preocupes iré yo solo.

—Bueno como gustes, nos vemos mañana.

El chico se despidió de Chay perdiendose entre la multitud. Este último saco su teléfono de su pantalón yendo directamente hacia un contacto "Macau" apenas iba a mandar un mensaje cuando algo por los hombros lo jalo, era el.

—¡Hola!— Macau apareció atrás de él haciendo que Porchay se asustara.

—Tonto me espantas— dijo acomodándose la mochila para después darle un pequeño golpe en el hombro.

—Perdona no fue mi intención— dijo disculpándose— ¿Me estabas esperando?

Porchay al escuchar eso se enrojeció tanto que Macau empezó a reírse por la situación en la que se encontraba su acompañante.

—N-no claro que no— genial ahora estaba tartamudeando.

—Esta bien, está bien te creo, ¿quieres que te lleve?

Chay dejo de un lado la vergüenza que estaba sintiendo y rápidamente acepto la propuesta del más alto.

—Bien entonces vamos.

El camino era sumamente tranquilo, Chay estaba disfrutando mucho ese tiempo con Macau, sabe que no lo conoce desde hace mucho pero este poco tiempo que ha estado con el se ha sentido en paz, disfruta de su compañía.

Entrecerró sus ojos al sentir la brisa un poco fría chocado contra su rostro, era algo que en verdad estaba disfrutando, tan pronto como abrió los ojos se percató que ese no era el camino hacia su casa, se puso en alerta.

—¿A dónde vamos?— pregunto confundido.

—A un lugar que de seguro te va a gustar.

Chay solo lo miraba tratando de encontrar más respuestas, Macau sonrió al sentir la penetrante mirada de Chay.

—Quieres cambiar ¿no? Yo te ayudaré con eso, no necesitas más ayuda que la mía.

Macau lo miro de reojo para después tomar con su mano libre la mano de su acompañante.

—Con mi ayuda serás irreconocible.

Porchay se tranquilizo un poco distrayendose con la vista que la carretera le proporcionaba, sabía que habían salido de la ciudad.

Un poco más y llegaron a una casa grande, se veía lujosa casi podría decirse que era una mansión igual en donde vivía. Porchay veía todo con asombro, estaba tan cuidadosamente limpio y ordenado que no quería ni debía de tocar nada.

—¿A dónde me llevas?— pregunto Chay viendo como seguía caminando.

—Esta es mi casa— bien eso no había preguntado— Te traje aquí para que podamos entrenar pero no lo podemos hacer con el estómago vacío.

Macau lo guío a un comedor enorme en donde estaba acomodada perfectamente cada platillo en la mesa, haciendo que el estómago de Chay avisará que tenía hambre.

Ambos jóvenes tomaron asiento en el comedor.

—Dijiste que íbamos a entrenar— dijo antes de darle el primer bocado a su comida— ¿Que me vas a enseñar?

Macau solo lo miraba con una sonrisa.

—Primero come, después te darás cuenta.

La comida paso con normalidad un poco más apresurado ya que Chay tenía mucha curiosidad acerca de lo que iban hacer. Ambos se levantaron de la mesa Macau siendo seguido por Chay.

—Pensaba enseñarte a usar armas de fuego— menciono Macau haciendo que Chay se emocionara— Pero no sabes nada de defensa personal así que empezaremos con eso.

Chay frunció levemente las cejas, había sido humillado.

—¿Cómo sabes que no se defensa personal? No me conoces.

Estaba totalmente indignado. Macau solo se detuvo para darse la vuelta sonriendo en el proceso.

—Alguien que sabría defensa personal no hubiese sido secuestrado.

—¿Cómo sabes que fui secuestrado?— dijo Chay muy sorprendido pues nadie sabía ni Mine.

—Se muchas cosas sobre ti pero no hay de que preocuparse no soy alguien malo.

Macau siguió caminando dejando en shock a Porchay que después de salir de su pequeño trance sigui avanzando a dónde iba el más alto.

Llegaron a un gimnasio, en verdad esa casa era muy grande como para tener un gimnasio personal, Macau le aventó un par de guantes de box.

—Ponlos, empezaremos con lo básico.

Porchay solo asintió para después empezar a ponerse los guantes cuando estaba listo se posicionó enfrente de Macau, este solo lo miro de la cabeza a los pies para después levantar las manos.

—Golpea continuamente, primero uno después otro cuando agarres el ritmo aumenta la velocidad.

Porchay acato las órdenes de Macau empezando a golpear en un ritmo lento para después ir rápido. Chay estaba dando todo de su en esa práctica pues sus brazos ya se estaban cansando y Macau no se veía con cara de querer parar el entrenamiento.

Un último golpe fue suficiente para que Chay diera bandera blanca, Macau al ver eso solo se rió para después ayudar a Chay a quitarse los guantes.

—Hacerte un experto será un reto pero no imposible, baby boy.

Fuego | MacaoChayDonde viven las historias. Descúbrelo ahora