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— ¿Aún no sabes nada?

Pete entraba a la habitación de Macu con una charola de comida mientras miraba como su pequeño escondía su cabeza en sus brazos, negando con esta, solo soltó un suspiro antes de dejar la bandeja en la mesita e ir con él acariciándolo por la espalda.

— Sigo sin entender todo esto, desapareció de la faz de la tierra, no hay rastro alguno de él.

Pete seguía acariciando a Macau esperando a que esté de desahogara ya había pasado algo de tiempo desde que Porchay desapareció sin decir nada, tanto Macau como la familia principal estaban día y noche esperando algún paradero de el pequeño pero no recibían absolutamente ninguna noticia.

— Se que todo esto es difícil de digerir y más por como te enteraste— Pete levanto la cabeza de Macau sosteniendo con delicadeza— Pero es momento que vengas a la realidad si Porchay lo hizo hay algún motivo detrás, no solo fue por impulso.

— El mundo es muy peligroso para él estando allá afuera solo.

Pete sonrió con ternura al escuchar lo que el menor le decía, sabía de los sentimientos de Macau hacía Porchay pero no pensaba que estos eran muy grandes.

— Es un adulto ya, sabe lo que hace— acariciaba su mejilla son su pulgar tratando de levantarle el ánimo — Es momento que regreses a tu rutina Vegas te necesita.

— Mí hermano puede hacer el trabajo solo.

Dijo con brusquedad, soltandose del agarre del mayor para tomar lugar en su cama extendiendo su ser en todo el lugar.

— Por favor Macau, arregla las cosas con Vegas, no me gusta verlos peleados — decia Pete haciendo cara de perrito regañado.

Macau lo miro de reojo— Oh vamos Phi' no haga esa cara que no puedo decirle que no— sabía que era el punto débil tanto de Macau como de Vegas.

— Pero igual no puedo perdonar tan fácilmente a alguien que me separó de la persona que más quiero.

Pete se sentó a un lado de Macau viendo cómo solo se aferraba a la almohada sin dirigirle la mirada.

— Entiendelo porfavor, el tenía sus razones, no quería ni que Porchay ni tu salieran lastimados por las diferencias que aún hay entre la familia.

Macau lo miro mal cuando dijo esa última palabra.

— ¿Familia? Familia es la que te apoya sin importar que no la que hace diferencias y aleja entre sí por culpa de ellos es que no estoy con él.

— Tú y yo sabemos la historia detrás de Chay— captó la atención del menor— Y que nadie de la familia principal sabe sobre lo que pasó, Macau las mentiras solo traen más mentiras.

— ¿Estás diciendo que Porchay es el culpable de todo esto?— salió a la defensiva.

— No cariño— suspiro— Lo que trato de decir es que todo esto bien se hubiera evitado si tanto tu cómo Chay hubieran hablado con toda la familia sin hacer cosas a escondidas.

Macau de nueva cuenta hundió su cabeza en la almohada dando un grito ahogado, haciendo que Pete se sobresaltara un poco.

— Solo quiero que el esté bien ¿Es tanto pedir?

— Se que el amor es doloroso, te lo digo yo— soltó una leve risita— Pero debes de aprender a sobrellevar el dolor, quizá ahora no estén juntos pero nadie sabe que pasará en un futuro, solo ten fe y esperanza de que todo se aclarara.

Pete sonrió de oreja a oreja haciendo que Macau también sonriera, se alegro de ver aquella sonrisa aperlada una vez más, levanto a Macau de la cama dándole un fuerte abrazo, haciéndole sentir todo el amor y cariño que tenía por el menor mientras que este le devolvía el abrazo más fuerte.

— Solo quiero que estés bien ¿Si?

Macau asintió con su cabeza, depositando un suave beso en la mejilla de su mayor en forma de agradecimiento.

— Gracias P' Pete.

— Mucho sentimentalismo por hoy— dijo el mayor apartándose con una sonrisa— Come algo, bañate y arreglate que hoy es un día muy ocupado.

Pete salió de la habitación del menor dejando a este con los sentimientos a flor de piel, rápidamente se dirigió a la ventana abriendo por primera vez la cortina haciendo que los rayos del sol chocarán con su piel haciéndolo sentir vivo.

Sacaría las fuerzas para esperar el tiempo que fuera necesario por su amor.

— Todo esto va de mal en peor— Porsche se paseaba de un lado a otro en la sala.

— Mandé a gente capacitada a todos los lugares del mundo, están haciendo todo lo que está a su alcance— decía Kinn mientras se mareaba al ver a su novio tan deseperado.

— ¿Podrías dejar de dar vueltas? Me estresas— salió Khun de la cocina con una taza de té — Haciéndole un hoyo al piso no nos ayudará a nada.

Porsche rápidamente se sentó a lado de Kinn viendo un punto fijo mientras que este solo susurro un pequeño Gracias a su hermano mayor.

— Oí Porsche, no debes por qué preocuparte tanto, en un abrir y cerrar de ojos tendremos de nuevo al pequeño Chay aquí.

— Ya se lo he dicho pero como sea la preocupación ahí sigue— decía Kinn viendo cómo su novio volvía a llorar.

— Fui un mal hermano, si tan solo no le hubiera prohibido las cosas y dejarlo que experimentara.

— Si en parte tuviste culpa— mencionaba Khun mientras le daba otro sorbo a su té.

— Gracias por los ánimos hermano.

— Pero también se que lo hiciste porque te preocupaba, y a quien no, si cuando esté par de mocosos irrespetuosos— hacía mención a Kinn y Kim— Les pasaba algo yo sentía que me moría, es normal para nosotros los mayores preocuparnos pero también debemos saber nuestros límites, dejar que ellos crezcan, se equivoquen y aprendan— Porsche lo veía con ilusión — Aunque después de muchos años, los mocosos no aprendieron nada.

Porsche soltó una risita mientras que Kinn lo veía con fastidio.

— Pero lo que quiero decir es que pase lo que pase nos tienes a nosotros.

Porsche lo miro con agradecimiento y Kinn solo rodo los ojos al ver qué su hermano se llevó todo el protagonismo.

— Bien, llevaré a Porsche a comer, necesita distraerse un poco ¿Quieres ir?— invitaba a su hermano mayor.

— No gracias, vayan ustedes necesitan tiempo a solas.

Kinn asintió llevándose a Porsche de ahí quien se despidió de Khun antes de seguir al mayor. Este solo los miraba irse, escuchando cómo cerraban la puerta, era su momento de actuar.

Rápidamente se levantó del sillón tomando camino hacia una de las habitaciones principales, llegando a su destino se topo con la puerta cerrada con llave, rápidamente saco de su bolsillo una llave maestra.

— Siempre un paso por delante— dijo mientras abría la puerta con facilidad.

Todo estaba en orden, como la última vez que entro a esa habitación, sin demorarse abría cada uno de los cajones buscando algo, desordenando un poco y volviendo a ordenar para que nadie sospechara que entro.

Abría y cerraba con frustración, sin éxito alguno se sentó en la cama soltando un fuerte suspiro de fastidio.

— Debe de haber algo aquí que de alguna pista.

Khun miraba de nuevo toda la habitación sin encontrar algo nuevo, se paró dispuesto a salir cuando su pierna rozo con algo filoso. Su mirada bajo hasta el colchón viendo cómo de debajo de este sobre salía la esquina de una hoja.

Sin pensarlo levanto el colchón viendo con asombro y felicidad lo que tanto había estado buscando.

— Bingo.

Fuego | MacaoChayDonde viven las historias. Descúbrelo ahora