Fuego | MacaoChay

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Todo en la familia se había puesto un poco más tranquilo, Macau solo hacia comentarios del tema de Chay cuando le preguntaban algo pero ya no lloraba como antes al fin al cabo ya había pasado 9 meses desde que Chay se fue.

— Ocupo que te encargues de esto— decía Vegas dándole una carpeta— Es un asunto muy importante.

Macau recibió los archivos que su hermano le entrego dándole una hojeada solamente viendo que se trataba de una junta programada para el día siguiente.

— ¿Crees que podrás manejar esto?

Preguntaba Vegas a su hermano menor, sintiendo una pizca de desconfianza pero Pete le había dicho que le dejara esa reunión a él pero no estaba del todo convencido.

— Si desconfias de mí, mejor encargaré tú — le avento los papeles de nuevo— Si es todo, puedes irte gracias.

Vegas arrugó los documentos en forma de rabia, azotandolos de nueva cuenta sobre el escritorio, apuntando amenazadoramente a su hermano.

— Escúchame bien mocoso insolente, soy tu hermano mayor no me debes de hablar en ese tono ¿Entendiste?

Macau solo rodo los ojos fastidiado— Me viene importando poco, en los negocios, no somos familia Vegas.

La tensión se sentía en el aire, Vegas estaba a nada de aventarsele a los golpes mientras que Macau no bajaba la mirada, encarandolo.

Una sonrisa se formó en su rostro arrebatandole la carpeta.

— Bien, creo que me encargaré yo, ya que alguien es un incompetente.

Macau soltó una risita guardando los archivos en su cajón sintiendo como Vegas lo agarraba del cuello de la camisa elevandolo, azotandolo en uno de las estanterías.

— Si dices que en los negocios no somos familia, no tendré piedad en mandarte al hospital— sus mirada era de odio.

— Oí Phi' sería una lástima que alguien arruinara tus planes— decía mientras su sonrisa se iba agrandando.

— Tú, te voy a enseñar lo que es respetar.

Vegas comenzó a apretar el cuello del menor queriéndolo asfixiar mientras que este solo ponía resistencia, encontrando el momento exacto para poder actuar.

La puerta fue abierta dejando ver a Pete, era su oportunidad.

— Phi' por favor sueltame, me estás lastimando— Macau empezó a sollozar fuerte llamando la atención de Pete mientras que Vegas aún no caía en la realidad de que su amado estaba presenciado todo— Por favor Phi' lo lamento mucho yo solo quería hacer las cosas bien.

Vegas lo miraba confundido, solo sintió como era lanzado hacia atrás mientras que lo azotaban contra el piso.

— ¡¿Que crees que haces, bastardo?!— la voz de Pete, realmente estaba molesto.

Vegas solo miraba a su amado viendo como este se acercaba a su hermano quien estaba sollozando sin parar.

— Phi'— Macau se aferró a Pete como si su vida dependiera de él — Que bueno que entraste Phi' no me imagino que hubiera pasado si no estuvieras aquí.

Pete le daba leves palmaditas en la espalda tratando de tranquilizarlo.

— Mí bebé — su mirada se dirigió de nueva cuenta a su novio — ¡Y tú!

Vegas solo siento como una oleada de terror se apoderaba de su cuerpo.

— ¿Quién te crees para tratar así al niño?

— Pete todavía le crees— decía mientras se levantaba— Hace unos minutos hasta estaba retandome, se puso así cuando entraste.

— Me importa un carajo lo que tu digas en estos momentos — lo interrumpió — Solo te mandé a decirle que se encargará de la junta de mañana no a qué pelearas con él.

Vegas no se podía creer lo que estaba presenciando, su pequeño hermano se había burlado de él en su cara, sin poder hacer algo al respecto.

— Bien, viendo que lo prefieres más a él que a mí, me retiro.

Un indignado Vegas salió de la sala de juntas mientras que Pete solo soltaba un suspiro.

— Ven Macau.

Pete se sentó en uno de los muebles de aquella sala, dándole la cara al menor.

— Está junta es algo muy importante para todos nosotros— decía mientras habría la carpeta llena de documentos— Es un tratado con la mafia encargada en Estados Unidos, una mafia muy poderosa a mí parecer, nada puede salir mal de esta reunión.

Macau veía atentamente los documentos pero está vez leyéndolos cuidadosamente, viendo que efectivamente eran tratados de alianza contra la mafia estadunidense.

Leyéndolo todo al derecho y al revés, poniendo mucha atención a las letras chiquitas, Macau se quedó extrañado ya que el nombre del líder le era algo familiar.

— ¿Puedo hacerte una pregunta Phi'?

Pete asintió— ¿Porque a mí? Digo todas estas reuniones importantes se encarga Vegas o incluso Kinn pero se me hace un poco raro que está vez sea yo quien vaya.

Pete le dio una leve sonrisa, cerrando los documentos que tenía en la mesa para centrar toda su atención hacía el menor.

— Desde que naces sabes que está responsabilidad llegará a ti tarde o temprano Macau— solo asentía— Anteriormente solo te dedicabs a llamadas con clientes y también a juntas pequeñas en la región con los bandos aliados.

— Sí, Vegas me puso al cargo de los bandos regionales cuando él tomo el lugar de papá.

— Quieras o no aceptarlo entre los dos deben de ayudarse para sacar este negocio a flote y dejar el nombre de la familia en alto, no puedo hacer mucho yo a menos que me case con tu hermano— soltó una risa.

— ¿Acaso es una indirecta?— preguntaba Macau burlón.

— Puede que lo sea pero volviendo al tema, Vegas cree que es el momento para que te relaciones en el extranjero, para que puedas hacer muchas más conexiones fuera de Tailandia.

— Bien entiendo el punto pero al menos me hubiera avisado un poco antes.

— Vegas tardo en tomar la decisión así que lo obligue a venir hasta acá para que te dijera, jamás pensé que se convertiría en una masacre aquí.

Macau río al recordar la cara de espanto de su hermano unos minutos antes.

— Phi' en parte fue mí culpa, lo estaba provocando.

Pete río al comentario del menor — Niño malcriado, lo sabía.

— ¿Entonces porque le gritaste a mí hermano? En verdad que se asustó.

— Un susto para el es como quitarle un pelo a un gato, al menos que el susto se lo de yo.

Ambos empezaron a reír, burlándose de Vegas, si algo que tenían en común era molestar al mayor.

— Bien te dejo para que te prepares mentalmente para mañana, nos vemos en la cena.

— Gracias P' Pete.

Pete salió de aquella sala dejando de nueva cuenta solo a Macau.

Tenia una tarde muy ocupada ¿Acaso creían que se iba a tragar el cuento de "ya está preparado"? Por supuesto que no y menos cuando en la última hoja alcanzó a ver cómo su nombre estaba en el solicitado.