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— ¡Mine! Que gusto tenerte aquí.

El hermano de Chay había salido a recibirlo,le temblaban las piernas al pensar que se encontraba en una casa en donde todos los integrantes de la familia eran mafiosos pero lo estaba haciendo por su mejor amigo.

— Phi' me alegra verlo— trato de poner una sonrisa sin que se notase forzada.

— ¿Vienes a ver a Porchay? Dios, ese mocoso últimamente ha estado muy rebelde— decía el moreno mientras guiaba al menor a lo que es la sala.

— Eh no sabía eso— decía en un murmuró.

Porsche solo lo miro con algo de culpa.

— Lamento que te enterarás así pero se que eres el mejor amigo de mi hermano y es por eso que estoy teniendo confianza en ti.

Mine asintió, quería salir de esa incómoda situación, si el mayor seguía haciendo plática o preguntas no sabría que hacer.

— Arriba, última habitación al fondo, toca antes de entrar.

Le dijo el moreno con una sonrisa antes de irse de ahí, fue cuando por fin Mine pudo respirar tranquilo corriendo hasta la planta de arriba, siendo observado desde las sombras.

— Macau.

Pete había insistido mucho en ir a ver al menor, Vegas no estaba de acuerdo con eso ya que su novio era muy fácil de manipular y conocía a Macau de toda la vida sabía que iba a jugar sucio para salir de ahí.

No pudo negarle nada a Pete en cuando lo amenazó diciéndole que si no le decía en donde estaba Macau, Vegas no sabría nada de el hasta que el menor regresará sano y salvo a su hogar.

— Phi'— contesto Macau siendo abrazado por el mayor.

— Dios mío, tenía tanto miedo que el maldito de Vegas te hiciera algo.

Pete revisaba cada centímetro del menor, buscando alguna herida o golpe sabía de lo que podía ser capaz su novio al estar enojado.

— Tranquilo no me hizo nada, solo me dejó encerrado aquí.

Al escuchar eso Pete se tranquilizó, dándole una pequeña sonrisa a su cuñado.

— Debe de ser horrible estar aquí solo ¿No?

Macau solo sonrió para negar.

— No lo es, me acostumbré a estar así, toda mi vida lo he estado no hay nada de diferente— decía mirando a su cuñado— Bueno lo único es que no tengo mi libertad pero la soledad da igual.

El corazón de Pete se hizo pequeño al escuchar eso ¿Cómo era posible que alguien tratara así a su hermano? Jamás terminaría de entender a aquella familia.

— ¿Venías a verme, no?— vio como el pelinegro asintió— No te preocupes por mi estoy bien, no quiero que tengas problemas con Vegas.

— ¿Cómo no me voy a preocupar? Si eres como mi hijo.

— Agradezco tus preocupaciones pero en verdad estoy bien, solo esperaré hasta que mi hermano me de la libertad de irme de aquí.

Pete negó al escuchar eso último.

— No, tu no vas a esperar nada— decía con una voz autoritaria— Nos vamos en este mismo instante.

Macau se giro para ver a Pete viendo como este tenía una cara seria.

— ¿Vamos a desobedecer a mi hermano?

— No, porque al igual que el yo tengo autoridad sobre todo esto y es por eso que te irás conmigo.

Macau sonrió ante las palabras de Pete.

— Eres solo un adolescente que buscaba lo mejor para otro, es algo que Vegas jamás entenderá por el problema que aún sigue habiendo entre la familia.

Macau asintió ante el mayor, viendo como iba a su habitación a preparar todas sus maletas para sacarlo de ahí.

Era muy fácil de manipular.

— Quiero verlo.

Porchay estaba dando vueltas como loco en toda la habitación, su mejor amigo solo lo veía con burla.

— Tu hermano hará todo lo posible para que no lo veas, es capaz de mandarte al otro lado del mundo solo para que jamás lo veas.

— Maldita sea, no entiendo porque se debe de mater en mi vida.

— A todo esto ¿Porque quieres verlo?

Porchay detuvo su caminar al escuchar la pregunta de Mine, tenía razón ¿Porque motivo quería verlo tanto? Si es alguien que lo lastimó y uso como lo hizo Kim.

— No lo sé, tengo ganas de golpearlo.

— De besarlo mejor dicho— bromeo Mine.

Porchay hizo una cara de asco al escucharlo ¿Cómo iba a decir eso? Solo tiene ganas de golpearlo y gritarle lo mucho que lo odiaba, si era eso.

— Lo detesto.

— Repitelo hasta que te lo creas Chay, estás enamorado de él.

— No lo estoy, es desprecio lo que siento.

— Si claro, si lo vez cruzar por aquella puerta lo primero que harás será abalanzarte contra el para besarlo.

Porchay iba a reclamar lo que su amigo había dicho pero la puerta de su habitación fue tocada, mirando con desprecio a su amigo fue atender a quien estaba tocando con tanta insistencia.

Al abrir la puerta y ver quién era, rápidamente la cerro. Mine se quedó extrañado ante el comportamiento de Chay.

— ¿Quién es? Parece que viste un fantasma.

— Es Kim.

Mine abrió los ojos de sorpresa, si estaban hablando del mismo Kim que conoce entonces debía salir de ahí.

— Será mejor que me vaya.

— No me dejes solo, por favor.

Chay vio a su amigo con súplica, debían de pagarle por cada cosa que hacía por él.

— Bien, estaré sentado en aquel rincón.

Dijo para después irse a sentar a un mueble que estaba desocupado, en esos momentos agradecía ser espectador.

— ¿Qué es lo que quieres?— dijo Chay al momento de abrir la puerta viendo que el mayor aún seguía ahí.

— Hablar contigo — respondía de manera seca.

— ¿Sobre que? Tu y yo no tenemos nada de que hablar, a menos que quieras terminar en el hospital está vez.

Kim vio a Chay tratando de mantener la calma y no armar un alboroto en medio pasillo.

— ¿Puedo entrar?— pregunto amable— No creo que todos quieran enterarse.

Chay negó ante la petición de Kim.

— No, cualquier cosa dímelo aquí.

Kim suspiró profundamente, debía tener mucha paciencia.

— Iré al grano ¿Qué relación tienes con Macau?

Porchay lo veía confundido ¿Porque razón le estaba preguntando eso? Ya tenía tiempo en casa de esa familia y hasta ahora saco el tema.

— ¿Para que quieres saber? Además no asunto tuyo, yo puedo hacer de mi vida lo que yo quiera.

— Es peligroso que te involucres con él.

— Igual contigo y míranos cómo estamos.

— No me compares con él, porfavor— la indignación que sentía Kim al ser comparado con el más joven de la segunda familia le molestaba.

— Entonces no te metas en donde no te llaman Kim.

Porchay iba a cerrar la puerta de su habitación dando por finalizada aquella "discusión" pero Kim fue más rápido al sujetarlo impidiéndole hacerlo.

— No me va a interesar que tenga que hacer para tenerte nuevamente para mí.

Fuego | MacaoChayDonde viven las historias. Descúbrelo ahora