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Porchay estaba guardando todas sus cosas en cajas grandes, había decidido darle oportunidad a irse con Macau ¿Que era lo peor que podía pasar? Además si algo llegase a suceder ya no se iba a dejar como antes.

Por una parte estaba feliz, sentía una inmensa felicidad al saber que ya no estaría viviendo solo pero por otro lado le preocupaba el hecho de que su hermano se llegará a entrar que traiciono su confianza, si bien no se habían comunicado para nada aún conserva esa pequeña esperanza de ser el orgullo del moreno.

—¿En qué piensas?— lo sacaron de sus pensamientos.

—Oh en nada.

Decía mientras terminaba de guardar la última ropa que quedaba fuera. Macau le estaba dando una sonrisa, mientras que Porchay trataba de regresarsela pero ese intento se convirtió en una mueca.

—Tranquilo conmigo estarás bien— decía mientras posaba una mano en su hombro— Y quizá no se tal vez puede volver tu inspiración para cantar.

Esto último lo dijo con un guiño acompañándolo. Porchay solo río suavemente.

—Mi inspiración se esfumó hace tiempo— su voz sonaba un poco decaída— Pero te prometo que encontraré una nueva inspiración.

Macau sonrió ampliamente al escuchar eso último, sabía que podía ser el la nueva inspiración de Chay pero tenía que asegurar su lugar así que lo llevaría lejos de todo su pasado.

Ambos jóvenes salieron de aquella casa, cargando cajas y maletas en el proceso, en un abrir y cerrar de ojos la casa quedó vacía, algo que deprimió un poco a Chay, otra vez lo estaba haciendo, de nuevo estaba huyendo.

Lo único que le reconfortaba era el hecho de que no estaba "huyendo" solo, iba acompañado, sin duda está sería una nueva experiencia y una nueva etapa que se abre en su vida.

—¿Listo?

Ambos ya se encontraban en el auto, solo bastaba un "sí" para que salieran de ese pasado, ese pasado que atormentaba y no dejaba avanzar a Porchay porque si aún era débil en ese aspecto. Podría ser fuerte, tener una apariencia dura pero su corazón era el mismo, el mismo corazón debil y amable que siempre ha sido.

—Estoy listo.

Macau sonrió para después arrancar aquel auto que los llevaría a una nueva vida.

Por otro lado Kim estaba más que furioso, esa misma mañana habían llegado los que serían los nuevos vigilantes de Porchay a la dirección indicada, su corazón estaba más calmado al saber que tendría un poco más de cuidado con el menor pero no se imaginaba con la sorpresa que iba a recibir.

—¡¿Cómo que no está?!— se estaba alterando.

—Como lo escucha señorito Kim, el señorito Porchay no sé encuentra— se escuchaba de la otra línea— La casa está completamente vacía.

Kim se agarraba del cabello con frustración, queriendo romper cualquier cosa que estuviera a su paso pero tenía que controlarse si no quería levantar sospechas con Kinn.

—Encuentrenlo no pudo haber desaparecido de la faz de la tierra.

Sin más Kim colgó aquella llamada sin esperar una respuesta. Estaba totalmente fastidiado de aquella situación nada le estaba saliendo bien y menos con la situación de Porchay.

—¡Maldito Macau!— sin poder aguantar más tiro un jarrón de porcelana al piso—¡Todo esto es tu maldita culpa!

Su furia le hizo una mala jugada haciendo que empezará a romper todo de aquella habitación, Khun entro alterado un poco después.

—¡¿Qué mierda está pasando aquí?!

Khun veía toda la habitación destrozada, con un Kim en el piso cubriéndose la cabeza con enojo.

—¿Qué paso?— Khun se acercaba a su hermano menor.

—Dejame en paz— fue lo único que pudo decir.

—Oi no seas como Kinn que cuando se enoja rompe todo a su paso— Khun estaba tomando lugar a un lado de Kim— Se qué sucede algo y no me iré de aquí hasta que sepa.

Khun se cruzó de brazos esperando una explicación viendo como Kim seguia con la cabeza entre las piernas.

—Soy un imbécil— eso fue inesperado— Pero más Imbécil es aquel bastardo.

Khun no estaba entendiendo nada de lo que Kim estaba diciendo.

—¿Poblemas amorosos?— Kim solo levanto la vista para volverla a bajar— Si algo tienes parecido a Kinn es en lo idiotas que pueden llegar a ser con la persona que aman.

Kim miró indignado a su hermano mayor, se suponía que lo iba a ser sentir mejor pero solo lo estaba haciendo sentir más mierda.

—No sabes nada.

—Tienes razón pero eres mi hermano y se como te comportas, todo esto no es culpa de la otra persona, si no tuya— decía con una tranquilidad enorme.

—¿De que lado se supone que estás?

—De ninguno— Khun le sonrio— Pero debemos de aceptar la realidad de las cosas y no engañarnos.

—No te metas porfavor.

Khun solo miro con desaprobación a su pequeño hermano.

—Bien, pero luego no digas que no te lo advertí.

El más grande salió de la habitación dejando en completa soledad a Kim pensando en todo lo que dijo.

Chay miraba la casa con asombro si bien ya antes habia estado ahí ahora se sentia un poco diferente, quiza había sido el cambio de pintura o el cambio de lugar de los muebles o quizá que Macau se encargo de darle una vibra hogareña a aquella casa abandonada.

—Bienvenido a tu nuevo hogar— decía Macau agarrando por la cintura a Chay— Espero que te sientas cómodo.

Macau le sonreía al menor haciendo que esté se sonrojara al máximo, antes no le tomaba tanta importancia a aquella cercanía que tenía con el pero desde aquella charla con Mine presto la mínima atención a cada interacción que tenía y empezaba a creer que su amigo no estaba completamente loco, el loco era otro.

—Gracias por todo lo que estás haciendo por mi.

Chay se giro viendo a Macau de frente, cautivandose por aquella mirada que le dedicaba, decidido agarro sus manos, no sabía si estaba correcto hacer lo que tenía pensado pero como dicen vida solo una.

Porchay se paro de puntitas, poniendo sus manos en la cara del mayor, girando un poco su cara para plantar un pequeño beso en su mejilla.

Fuego | MacaoChayDonde viven las historias. Descúbrelo ahora