fuck it; rodrick heffley

capítulo 48: capricho adolescente

TW: Contenido sexual. (Si, si, Lo que querían.) 

    Habían momentos en los que Amelia se sentía dentro de un túnel, corría y corría dentro de este con la esperanza de encontrar el reflejo de la luz que llevaba al final del túnel, pero poco a poco perdía la esperanza de que alguna vez llegue a esa luz. Así se sentía ahora. Quedó pasmada frente a la ventana, era él. Tuvo ese sentimiento extraño en su estómago que la llevó a recordar cada segundo junto a él.— ¿Puedo subir? —preguntó en voz baja y alerta en cada momento. Amelia se apartó de la ventana hasta esperar a que subiera, estaba muerta de nervios. 

    ¿Qué hacía en su casa a la medianoche? se preguntó. 

    En un dos por tres, Rodrick ya había escalado la ventana, su cabello estaba revuelto por la brisa que hacía a esa hora.— ¿Qué haces aquí? —preguntó. Rodrick notó el maquillaje corrido y su nariz roja, notó que había estado llorando. No pudo evitar esa necesidad de abrazarla y protegerla a toda costa, sentía que estaba en contradicción consigo mismo, porque a pesar de él estar herido por ella, seguía volviéndolo loco.

    Rodrick no respondió, se quedó observándola como si se tratase de un acertijo que intentase resolver. Lentamente se acercó a ella y la respiración de ambos se comenzó a mezclar creando un suave viento caliente. Su estómago comenzó a doler, y no eran las simples mariposas, era como si cien elefantes estuviesen corriendo sobre esta.

    La mano de Rodrick subió hasta su rostro y pasó desde su cuello hasta su mejilla y con su dedo pulgar sobó los labios lastimados de ella. Sentía que su corazón iba a mil, y con el silencio que él decidió tener, la volvió loca. Lentamente se acercaron más, hasta tenerla a centímetros de besarla, hasta que fueron milímetros y sus labios se unieron. Los labios de Rodrick estaban más suaves como nunca, Amelia no pudo evitar posar sus manos en el cuerpo de este.

    —Vámonos de esta mierda —dijo en un susurro, que provocó que se le erizara la piel a Amelia.

    —¿Qué? —preguntó.— Vayámonos lejos de aquí —volvió a besarla, pero esta vez fue corto.— ¿A dónde? No entiendo —frunció el ceño.— No lo sé, me quiero ir lejos contigo. —Amelia recordó en el claro estado de embriaguez que tenía— Estás loco —sonrió un poco, pero Rodrick continuó serio.

    —Hablo en serio —lo ignoró, se acercó a sus labios nuevamente y continuó con el beso. Las manos de Rodrick bajaron hasta su cintura y la apegó aún más a el. Poco a poco el beso se intensificó, al igual que de a poco, llegaron hasta la cama de Amelia. Rodrick quedó debajo de la chica. Sentía las faltas de aire pero no quería parar. 

    Las manos de Rodrick se metieron dentro de su camisa y seguían en su cintura. Se separan y Rodrick la voltea, esta vez quedando arriba de ella. El corazón de Amelia se acelera por aquél momento surreal. La mano de Rodrick baja hasta su entrepierna y recorre toda la zona dulcemente.

    —No sabes lo loco que estaba por poder estar así contigo.

    Jamás había escuchado a Rodrick hablar en ese tono. Amelia sentía que su estómago iba a explotar por el revuelto de sentimientos que sentía. No duró mucho para que Rodrick se quitara la camisa, mientras el beso continuaba, Amelia viajó hasta su pantalón y desabrochó su pantalón. Sus dedos con tacto frío eran la perdición para Rodrick.

    Para ese momento, las hormonas de Rodrick estaban a mil. Ambos sentían como descargas eléctricas en sus cuerpos que les pedía más del uno al otro. Ambos terminaron en ropa interior, y los besos y caricias no paraban.

    Cada roce hacía que Rodrick se volviese más loco. Necesitaba de Amelia. Rodrick bajó sus manos hasta llegar a la feminidad de Amelia haciéndola soltar gemidos que este callaba con su mano encima de su boca. Amelia estaba a punto de venirse, pero este quitó su mano con una sonrisa mordaz. Las cosas se volvieron más intensas cuando de su gaveta sacó un preservativo.

   La mano de Rodrick nunca se quitó de su boca a miedo de que soltara un ruido que alertara a los demás que estaban en casa. Amelia agarraba con fuerza su espalda y en algunas ocasiones dejaba pequeños marcas con sus uñas. Cuando ambos culminaron, se tiraron uno al lado del otro, ambos estaban abrazados intentando calentarse entre ellos, el frío que hacía a las épocas de noviembre eran infernales por la espera del invierno. Rodrick acariciaba la espalda de la pelinegra con ternura.— Amelia —la voz ronca de Rodrick hizo que Amelia abriera los ojos. "¿Mhmm?" sus ojos se cerraban adrede por el sueño que tenía.

    —No creas que vine acá solamente para tener esto contigo, vine acá para decirte que estoy loco por ti y estoy harto de lo que sea que sea que tengamos, quiero que seas mi novia —Amelia sonrió adormilada.— Si quiero ser tu novia, pero pídemelo en nuestra graduación cuando me vea el doble de linda que ahora. —esta vez fue Rodrick quien rió.— Está bien, lo haré.

Ambos volvieron a dormir.

Después de tanto, volví. Muchas gracias si todavía siguen acá apoyando mi historias, prometo que en este tiempo daré por terminada la historia y veré si hago una segunda parte. Estaré agregando dedicatorias a estos últimos episodios, así que estén pendientes. Sin más que decir, ¡gracias por todo!