capítulo 24: mucho que pensar

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    Abrí mis ojos, no podía creer que estaba allí.— ¡Lia! Cariño —Me quedé de pie sin saber que hacer— Te he extrañado —Volvió a hablar. Se acercó a mi para abrazarme, pero me alejé, evadiendola por completo— Ella es Sofia. Sofia, ella es Virginia, mi madre. —la pelinegra se acercó a ella y se saludaron amablemente.

    —Que agradable conocerte ¿Y Victoria? ¿Aún te hablas con ella?

    Mi respiración se volvió lenta, odiaba que hicieran ese tipo de preguntas.— S...Si, últimamente ha estado ocupada por las clases, supongo.

    —Amber me ha contado de tu amiguito ¿Rodrick? Si, creo que así se llama. ¿Te gusta? ¿Son novios? Por dios, ¿Han tenido relaciones? ¿Te has estado cuidando? —Abrí mi boca de inmediato, y sentí como mis mejillas se calentaron. Es obvio de donde Amber sacó tanta imprudencia.

    —¡Mamá! ¿En serio? —Golpeé mi mano contra mi frente— ¿Puedes dejar de ser tan imprudente? —Charlie apareció muerto de risa junto a Amber.— Ni siquiera debería importarte, te fuiste cuatro puñeteros años ¿Ahora si te importan tus hijas?  —Solté con enojo, Amber se me quedó mirando con una expresión de sorpresa. Tomé la muñeca de Sofia y la llevé hacia arriba, donde estaba mi cuarto.

    —Lamento eso, de verdad no quería que presenciaras eso. Pero como te diste cuenta, no me llevo nada bien con ella. —la miré mientras jugaba con mos dedos de la vergüenza que tenía— No importa, lo entiendo.

    —Wow, que lindo cuarto. Es muy Rodrick, ya entiendo porqué se llevan bien. —Fruncí el ceño y la miré con una risita.— Si, supongo. Tiene buenos gustos el hijo de puta.

    Me quité la camisa llena de café, quedando solo el sostén. Caminé hacia mi clóset y tomé una Sudadera Negra con el logo de Nirvana impregnada en el medio. Sofia detallaba las imágenes que tenía pegada en la pared.

    —Y... ¿Hay algo entre tú y Rodrick? Digo, luego del juego en su fiesta salió con tu labial regado en sus labios... Un poco comprometedor. —Me tiré en mi cama donde se encontraba Sofia. Me tapé la cara con mi almohada, me daba muchísima vergüenza hablar de eso.

    —Lamento si te incomoda mi pregunta. Yo... —La interrumpí.

    —No, no —Me quité la almohada de la cara y Sofia me miraba con una ceja alzada. Solté una risa nerviosa, y me levanté para apoyarme en la pared pegada a la cama.— Es que... Creo que me atrae un poco, y lo de ese día, fue porque estábamos borrachos. Tal vez ¿Me gusta? Pero no sé, mis sentimientos ahora están hechos un caos.

    —¿Tiene que ver con la pelinegra del baño? —Me mordí mi labio pensando si decirle la verdad o no. No tenía con quién más desahogarme que no fuese Rodrick, y no le iba a confesar ese pequeña atracción que se despertó en mi de la noche a la mañana por él. Suspiré y me sentí dispuesta a contarle.

    —Sí... ella era o es, no sé, mi mejor amiga. Pero me empezó a gustar, desde los quince y se lo confesé y terminó mal, me dijo algo terrible. Y hoy me confesó que creía sentir que ella hacía lo mismo por mí. Yo... No sé como sentirme, luego de lo que me dijo, me siento muy dolida, además que siento que las cosas con Rodrick van bien. Ni siquiera sé si es normal que me atraiga un chico y una chica, tal vez esté loca...

     Un nudo en mi garganta se formó negándome por completo seguir hablando. Agaché mi mirada intentando controlar mis lágrimas que estaban a punto de salir. Sofia puso su mano derecha en mi hombro y con su otra mano tomó mi mentón y me obligó a mirarla.

    —Linda, no digas eso. No estás loca, y claro que es normal. Eres bisexual, y está bien. Jamás pienses que estás loca ¿Bien?

    Me empujó a ella y la rodeé con mis brazos casi en llanto.— A veces está bien estar mal, es necesario. Si quieres llorar, hazlo. No te contengas. Y sobre lo de aquella chica, haz lo que tu pienses que es mejor para ti. Pero no termines lastimando a nadie.

    Hizo una pausa de unos segundos.

    — Y sabes que puedes contar conmigo, me alegra mucho que te hayas abierto con una desconocida como yo, lo aprecio demasiado.

    Alcé mi cabeza y la miré aunque un poco borroso por las lágrimas. Apreté mis párpados para contener las lágrimas. Le regalé un intento de sonrisa y me tiré sobre ella con más fuerza.— Mierda, acabas de hacer lo que mi mamá no hizo en 18 años.

    Ambas reímos. Me separé de ella y me tiré de nuevo en mi cama, debía hablar con Victoria pero sin antes, tenía que bajar a enfrentar a mi madre y también debía resolver la situación de la banda. ¿Por qué me pasan tantas cosas a la vez?

fuck it; rodrick heffleyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora