Luego de algunas horas, Sofia se había ido a su casa. Me encontraba acostada en mi cama con la mirada en el techo. No quería bajar, pues, no quería hablar con mi madre y menos de la pequeña discusión que tuvimos.
El Ringtone de mi teléfono comenzó a sonar. Me levanté de la cama con el ceño fruncido.
"¿Quién me estaría llamando a esta hora?" pensé.
Caminé hacia mi escritorio y tomé mi teléfono y observé quien me llamaba. Era un número desconocido, toqué la tecla derecha para contestar y lo acerqué a mi oreja.
—¿Hola?
—¡Hey! Tiempo sin hablar.
—Disculpa ¿Quién eres?Me senté de nuevo en mi cama esperando una respuesta.— ¿No me recuerdas? Soy Aaron. Mi error por no haberte dado mi número jamás. —Abrí mis ojos como platos, no lo podía creer.— No reconocí tu voz, lo lamento. ¿Qué tal? —De fondo de escuchaban las voces de otras personas hablando y muy de fondo, algo de música.
—Todo bien ¿Tú? Oye, quería preguntarte si querías venir a casa de un amigo. Estamos haciendo una pequeña fiesta, solo conocidos. Entiendo si... —Le interrumpí— Bien, allí estaré. Dime la dirección.
Se escuchó una pequeña risa de Aaron. Luego de unos segundos más, me dijo la dirección. Busqué una hoja rápidamente y la anoté. Después de despedirnos, observé la hoja con aquello escrito. Noté que aquella dirección no era tan lejos de mi casa, podía ir caminando con tranquilidad.
Giré mi vista hacia la mesita de noche que se encontraba al lado de mi cama, exactamente al reloj digital encima de este. "11:24 p.m" Mierda.
Si quería ir, la única opción sería escaparme.
No solía escaparme, normalmente Amber era muy estrecha en ese ámbito. Pero con mi madre acá cambiaría todo. Tragué saliva, y tomé impulso para ir hacia mi armario y tomar lo que sea y ponérmelo con rapidez.
Me miré al espejo y con mis dedos peiné un poco mi cabello. Me coloqué mis botas negras, y caminé hacia la ventana. Guardé mi celular en mi bolsillo, sin antes cerrar mi puerta con seguro y apagar las luces.
Me pasé al otro lado de la ventana, me encontraba encima del tejado. Mi corazón se encontraba un poco acelerado, temía ser descubierta y terminar como Rodrick. Me lancé cayendo de rodillas sobre el pasto, mis manos amortiguaron la caída, aunque estos terminaron un poco raspados.
Tomé un respiro de unos segundos antes de levantarme. Me giré asegurándome de que nadie me haya visto, y corrí hacia dirección a la casa que Aaron me había señalado. Eran alrededor de unas seis cuadras.
El vecindario era realmente seguro, así que no me preocupé de mucho pero obvio no dejé de estar alerta. Luego de esa pequeña caminata, llegué al lugar. Miré el pedazo de papel con la dirección que Aaron me había proporcionado, y me aseguré de que estaba en la correcta. Las luces estaban encendidas, y un pequeño ruido de música y risas sobresalían de este. Toqué la puerta tres veces, e inmediato la puerta fue abierta.
—¡Hola! Tu debes ser la invitada de Aaron ¿Cierto? —Asentí con una sonrisa- Claro, pasa. Un gusto... ¿Cómo era tu nombre? Disculpa soy un poco despistada. —Sonrió— No pasa nada, soy Amelia. —Alzó sus cejas demostrando asombro.
—Wow, lindo nombre. Soy Kiara, pero dime Kia. Ven, sígueme. Aaron y los demás están en la sala. ¿Gustas de Vodka o cerveza? —Caminé detrás de ella como había pedido— Una lata de cerveza estaría bien.
No era fan de la cerveza, la realidad es que la odiaba. Pero me daba vergüenza decirle Vodka, pues jamás lo había probado. Llegamos a la sala, y habían varios chicos sentados en el sofá.
Una pareja estaban sentados uno encima del otro. Y Aaron estaba al lado de un chico quien tomaba de una lata de Monster. Aaron me sonrió levantándose de donde estaba.— ¡Hey! Pensé que no vendrías. Te presento —Tomó mi muñeca y me jaló hacia el sofá a su lado.— Chicos, ella es Amelia, pero me gusta llamarla Am. Amelia, ella es Kia, Robert, Juliet, Diane y Gabriel.
Los saludé a todos, y estos a mi, todos fueron amables conmigo. Me senté al lado de Aaron, y justo a mi lado se encontraba Juliet y su novio Gabriel. Él hablaba con los demás mientras que Juliet, estaba encima de sus piernas moviendo sus manos al ritmo de la canción de fondo que por lo que logré escuchar, claramente era la voz de Rihanna.
Kia me entregó la lata de cerveza y se sentó también en el sofá.— ¿Qué tal va todo? Lamento no haberte hablado antes, en serio. —Sonrió con pena- No, está bien, en serio. Si hubiese estado enojada contigo, no me hubiese escapado de mi casa para venir acá.
Abrió su boca con algo de risita.— ¿Es en serio? —Asentí riéndome de la situación.
—Agh, estoy aburrida de estar aquí sentada. Vamos a divertirnos, Diane súbele a la maldita radio. —Juliet se levantó y comenzó a bailar al ritmo de la música. Todos se levantaron, dejándonos a Aaron y a mi sentados.
—Ya que la situación nos orilla a esto ¿Quieres bailar conmigo? —Le di un sorbo a la lata de cerveza.— Bien, vamos. -Dejé lo antes mencionado en la mesa en frente del sofá y me levanté con Aaron.
Caminamos hacia los demás y comenzamos a bailar como sea. No pude evitar reírme por lo mal que lo hacía Aaron, este también se reía de sí mismo.- Disculpa, no soy muy bueno bailando —Solté una pequeña carcajada.
—No importa, yo tampoco soy muy buena —Aaron tomó un shot de Vodka y la acercó a mi— ¿Quieres? —La miré dudosa— Nunca la he tomado, y por lo que me dicen, sabe fatal...
Aaron sonrió.— No, es muy buena. Al comienzo en terrible, pero luego le agarras "gustico" —tomé el pequeño vaso, e iba a tomar, pero este me detuvo.— Tienes que tomarlo de un solo, si no, te ahogas. —Asentí, e hice lo que dijo. El ardor en la garganta se hizo presente, y en seguida hice una mueca de dolor. Aaron se rió por mi gesto.
Los gritos de los demás mientras cantaban la canción se hicieron presentes, recién les había prestado atención. Hacía un poco de frío allí, ya que el aire estaba encendido. La costosa radio que estaba al lado del televisor, mostraba que eran las doce y cincuenta.
—¿Qué tal? —negué en seguida— Terrible -sonrió— Ya que acostumbrarás.
Aaron: (Capítulo 2 y 4)
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fuck it; rodrick heffley
Fanfic🎸 𝐅𝐔𝐂𝐊 𝐈𝐓; Rodrick tenía una pequeña e improvisada banda, la cual, su bajista Chris, tenía un viaje importante y no podía asistir a los ensayos estando muy cerca de su día más esperado: El concurso de talentos de Plainsville. Amelia era una p...