capítulo 22: no sale de mi cabeza

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〈Maratón 3/3〉

    Pasé todo el día evadiendo a Victoria, aunque en el descanso intentó acercarse a mi, me escondí en los cubículos del baño. Parecía un pequeño juego del escondite. Sé que es inmadura mi actitud, pero no me sentía bien hablando de eso luego de todo lo que me dijo. Y sé que le estoy haciendo exactamente lo mismo que me hizo ella, pero esta vez no lo hacía por venganza, aún me sentía dolida por sus palabras.

    Ahora caminaba hacia la casa de Rodrick. Para mi mala suerte, no me había percatado de que el suelo del baño estaba mojado, y como era de esperarse, me resbalé y ahora no puedo andar en la patineta porque el intenso dolor de mi tobillo era insoportable.

    Con mi mano izquierda, iba palmeando mi pierna al ritmo de una tonta canción que se me había pegado por la radio. Pasé así unos minutos, hasta que llegué a la casa de los Heffley. Con los nervios a mil, toqué la puerta varias veces. No pasó mucho, y la puerta se abrió.

    Susan Heffley me sonreí de manera amable.— Hola Cariño ¿Cómo va todo ¿Qué te trae por acá? —El menor de los Heffley se asomó por la puerta.— Muy bien Señora Heffley, gracias por preguntar. ¿Puedo hablar con Rodrick?

    La señora Susan, se hizo a un lado y me dejó pasar.— Si claro. Lo hemos castigado, y está de malhumor, probablemente esté en su cuarto —Me sonrió— Gracias Señora Heffley -Subí las escaleras.

    ¿Castigado? ¿Se habrán enterado de la fiesta?

    No tenía ni puta idea de donde se encontraba su habitación. Toqué la puerta de un cuarto al que jamás había entrado. Sentí alguien detrás mío, lo que me hizo girar. Greg estaba allí con una sonrisa sin mostrar sus dientes.

    —Hola Greg ¿Me puedes llevar al cuarto de tu hermano? No tengo ni idea de donde es. —Asintió— Hola... Está enojado, se enteraron de la fiesta.

    —Mierda...

    Mi expresión cambió de inmediato.

    Caminamos hacia en centro del pasillo y jaló el cable de las escaleras plegables del ático. Ingenioso cuarto, aunque a decir verdad, como era Rodrick no me sorprendía tanto.- Gracias -Este sonrió de nuevo, y subí las escaleras con cuidado.

    Cuando estuve arriba, Observé la habitación. No era para nada feo, lo contrario, y no estaba tan desastroso como pensaba que sería. Rodrick estaba durmiendo en su cama durmiendo con sus sábanas encima. Aún estaba desconcertada por lo ordenado que estaba ese lugar como para ser la habitación de Rodrick.

    Caminé hacia la cama, y no lo pensé dos veces y me tiré encima del pelinegro, haciendo que este de un grito y yo comenzara a reírme.- ¡Hija de puta! Casi te golpeo pensando que eras Greg. -Me rodé de encima suyo. Mi estómago me dolía por tanto reír, su cara había sido un poema.

    Este se levantó de la cama, no llevaba camisa. Tomó una que estaba tirada en el suelo y se la puso. Su cara estaba hinchada por recién haberse despertado, parecía un bebé. Me causó mucha ternura verlo así.

    —Bonito cuarto, pensé que sería un basurero —Miré hacia el techo, y pude apreciar su lindo poster de Guns N' Roses.

    No respondió, se quedó en silencio mirándome. Posé mi ojos en él, estaba completamente serio, sus ojos estaban rojos al igual que su nariz. Mi cara cambió a una de preocupación- ¿Qué pasó? No contestas mis mensajes, estaba muy preocupada por ti -Se giró hacia la ventana.

    —No sabía como decírtelo... Es que, ya no podré participar en el concurso —bajó su mirada. En seguida abrí mis ojos. No podía creerlo, el estaba muy ilusionado con ello. Me rodé hasta su lado y lo atraje a mis brazos.

    —Lo lamento tanto Rod, sé lo mucho que te habías esforzado. —Tardó unos segundos en corresponder el abrazo. Sentir su tanto en mi cintura hizo que fuese inevitable recordar ese beso encerrados en el closet. ¿Cómo era que podía seguir como si nada si todo me recordaba a ello?

—Soy un desastre, igual era imposible que ganara esa mierda. —Sollozó en mi hombro, me separé de él y lo obligué a mirarme. Sus ojos estaban nuevamente rojos, aunque mucho más intensificado.— Hijo de puta, vuelves a decir eso y te aseguro que mi puño estará en tu rostro.

    Le sonreí intentando calmarlo— Las cosas pasan por algo, todo a su momento ¿Bien? —Asintió, y de nuevo me abrazó pero esta vez con más intensidad.— Gracias —dijo en un hilo de voz.

    Asenté mi mano en su nuca, y con las yemas de mis dedos, las pasé lentamente.- Está bien -hablé en el mismo tono que este lo había hecho. Se acostó en su cama, y con su agarre me hizo hacer lo mismo. Quedamos uno en frente del otro.

    —De este ángulo te ves bien —Alcé mi ceja— En todos los ángulos me veo bien, cállate. —Soltó una pequeña risita.— ¿Te sientes mejor? —Asintió. Su mano derecha se puso en el lado lateral de mi cabeza y sus dedos se movían lentamente de forma circular, eso me relajaba al punto de darme sueño.

    —Sí, supongo.

    —Todavía no puedo creer que su cuarto esté demasiado ordenado para ser tuyo —Me burlé. Rodó sus ojos, y se volteó con esa típica sonrisita. Se quedó mirando el techo sin nada más, me giré e hice lo mismo. Esa extraña sensación dentro de mi apareció de nuevo, tenía mucho sin sentirla por alguien más que no fuese Victoria, aunque eso me hacía confundir más.

    Cerré los ojos bruscamente, como si haciéndolo me fuese a olvidar de todo. Mi mente no paraba de atormentarme, como si fuese de un vecino taladrando en la mañana y no te dejaba dormir.

    —Ya debería irme, Sofia me invitó a la cafetería donde trabaja. Que mala suerte que estás castigado, la próxima dejas de inventar en fiestas.





fuck it; rodrick heffleyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora