capítulo 44: corazón roto

2K 176 16
                                    

Disculpen la demora, prometo hacer una maratón dentro de unos días.

    Habían pasado unas dos semanas luego de aquella discusión en la sala de Rodrick. Aquellas dos semanas habían sido fatal para ambos. Amelia ni siquiera podía mantener una conversación estable, Alex y Charlie intentaban animarla pero era casi imposible para mi.

    —Lia ¿Vas a seguir allí encerrada? —la voz de Amber apareció detrás de la puerta— Si —respondió seca para luego arroparse con las sábanas. La puerta se abrió y de esta apareció Amber, quien jaló las sábanas de la adolescente obligándola a levantarse.

    —Am, vamos... Debes hacer algo, me duele verte así —habló con un tono cargado de preocupación. Se sentó en la cama junto a ella y comenzó a acariciarle el cabello que no había sido lavado desde hacía una semana.

    —¿Qué te parece si hoy asistes a la escuela? La otra semana son los exámenes —la menor de los Jones la miró con un puchero— Vamos linda, este no es el fin del mundo.

    Amelia bajó la mirada y con un hilo de voz dijo:— ¿Por qué se siente como si lo fuese? —rompió en llanto en frente de su hermana.— ¡Ay, Cariño! También pasé por lo mismo, y mírame aquí. Te prometo que todo va a mejorar, pero necesitas poner de tu parte —acarició su hombro— Anda a darte una ducha y le digo a Charlie que te lleve —le dio un último abrazo y la dejó sola. Amelia se levantó aún las lágrimas a flote hacia su baño, tal vez, si le hacía caso a su hermana, todo mejoraría.

    Por parte Rodrick, este estaba completamente destrozado. Ir a la escuela sin la presencia de su amada, era algo que lo destruía. Su mejor amiga, Sofia, intentaba animarlo, pero era imposible. Mirar a Victoria paseando por los pasillos como si nada hubiese sucedido lo perturbaba, su odio hacia ella era inexplicable.

    Tenía casi dos semanas que no sabía nada de Amelia, y su orgullo le hacía imposible hacerle algún tipo de llamada. Sentía indignación por su actitud de la última vez, como lo dejó allí tirado. Sam jamás había visto tan mal a Rodrick, y se sentía fatal por él. Al igual que Amelia, quien solía ir de vez en cuando a su casa para preguntar por ella, le tenía mucho cariño a esa chica, y no saber de ella, era algo que le preocupaba. 

    Rodrick se sentó en su puesto de la clase de Álgebra que compartía con Amelia, ver sus silla vacía lo hacía recordar aquél día. Tenía miedo de que aquella separación haya sido definitiva, era difícil. Jamás había sentido lo mismo por una chica tanto como con Jones.

    Sacó sus libros de mala gana mientras que la profesora hablaba y hablaba sin parar, ya ni siquiera le interesaba prestar atención, no le importaba. Así pasaron los primeros minutos de la clase hasta que la puerta se abrió repentinamente, dejando ver a la pelinegra, a aquella de la cuál no paraba de pensar.

    Su corazón se aceleró casi la instante ¿Estaba soñando? ¿Será que la droga lo había jodido por completo?

    —Señorita Jones, sabes que estas llegadas tarde son inaceptables —Amelia bajó la mirada asintiéndo— Disculpe, profesora. Prometo que será la última vez —la profesora dudó si dejarla pasar, pero luego de una semana faltando debía presentar clases por los exámenes finales.

    —Bien, solo esta vez porque no puedo permitir que sigas perdiendo clases, Jones —la menor le sonrió y se sentó en su puesto, que estaba al lado de Rodrick. Esta maldijo internamente, pero era el único desocupado y el que normalmente se sentaba.

    Rodrick no podía evitar clavarle la mirada, se notaba cansada. Sus ojeras eran más notorias de lo normal, no tenía ni una gota de maquillaje, lo cual era extraño, solía pasar con sus ojos llenos de delineador negro. Su pelo estaba mojado por una ducha reciente. Sus ojos estaban centrados en el pizarrón mientras copiaba absolutamente todo lo que escribía la profesora.

    No sabía como sentirse al respecto, si enojarse o si ir corriendo a ella. La extrañaba más de lo que podía imaginar, le dolía en la manera que lo deshechó, se sentía dolido.— Agradecería que todos recuerden que la otra semana comienzan los exámenes, saldrán los temas que dimos este trimestre. Mucha suerte y ya pueden ir saliendo a su otra clase —seguido a esto, el timbre sonó.

Ni se inmutó a levantarse, miraba cada movimiento que Amelia hacía. Esta recogía sus cosas para irse del salón, pero no pudo evitar observar el pelinegro. Sintió como si por unos segundos su corazón se paralizara  "Mierda... ¿Tanto lo voy a extrañar?".

Caminó hacia su casillero y tomó sus cosas para la clase de arte. Intentaba alentarse a sí misma, cerró el casillero y fue al salón de arte, pero de camino se encontró con Aaron.

—¡Amelia, estás viva! —esta no pudo soportar y se tiró a sus brazos, sentía que en cualquier momento iba a explotar y lo hizo. Aaron al instante la acogió, sentía sus sollozos sobre su pecho.— Está bien, tranquila —acarició su pelo, casi todos los que estaban en el pasillo los observaban y murmuraban. 

    Aaron la llevó a una de las esquinas que las escondía el casillero, así tendría más privacidad.— Lo siento —dijo ella mientras se limpiaba las lágrimas— No te disculpes, está bien. Si no quieres contarme, está bien pero prometo que todo va a mejorar ¿Bien? —ella asintió.— Salgamos de acá, te acompaño a tu clase.

    Y así fue, el rodeó su cuello con su brazo mientras ella tenía la cabeza baja intentado que nadie notara sus ojos rojos por el llanto.

   —¿Ya terminaron? —se posó en el pupitre de Rodrick de manera brusca, haciendo sobresaltar a este.— ¿Disculpa? —respondió el si saber a qué se refería.— Jones, ya ni se miran y parece que sale con Aaron —dejó de mirar a la chica, y sintió como un dolor en el estómago aparecía.

   —Eso no es de tu incumbencia, ahora vete —se giró dándole la espalda a la chica.— Auch, te rompieron el corazón. —después de sus palabras, tomó su teléfono y se fue. ¿Era cierto de lo de Aaron y Amelia? Su corazón se aceleró luego de todo eso. Realmente le habían roto el corazón.


fuck it; rodrick heffleyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora