The State of Dream

una historia de (des)amor

Si le preguntas loki no esperaba nada de su nueva escuela, y  no se equivocó ya que el primer día lo hicieron aún lado por su horrendo aroma; era un caso realmente particular, no poseía el común olor dulce de los omegas, sino uno a Sangre, metal y tronco quemado.
Se había resignado a su soledad, sentado en una de las sillas de la cafetería, apartado de todos, como si fuera una enfermedad. El pelinegro no deseaba admitirlo, pero muy en su interior quería que las cosas fueran diferentes.

No queriendo ver a los demás adolescentes reír con sus amigos, centró su atención en remover la comida. Arrugó la nariz al captar un olor dulce, era como entrar a una panadería potenciado al 100%, el aroma era  tan empalagoso que asqueaba.
Queriendo encontrar la fuente de la incomodidad alzó la cabeza, fijándose que provenía de un omega castaño que en algún momento se sentó a su lado.

La fuerza de su mirada tuvo que ser tan pesada, que el varón dejó de llenarse la boca con pudín para devolverle la observación.
El castaño sonrió con sus mejillas infladas, agitando su mano en saludo, en un acto demasiado tierno le regaló al otro omega una de sus donas.

Loki la recibió, sin ocultar la extrañeza que pintaba su rostro. discretamente se deslizó un poco acercándose más al contrario, fue maravilloso que el niño no se alejará.

-A-Anthony…Tony- el castaño tartamudeo en decir su nombre, tomó una larga pausa y después regaló el emote que mayormente utilizan sus pocos amigos. Señaló al pelinegro esperando su respuesta.

-Loki- aún conmocionado logró decir su nombre. Sintiéndose atrevido y con la diosa de la fortuna sonriéndole. El pelinegro alzó el brazo, atrapando con sus delgados dedos la muñeca del castaño, acariciando la glándula ubicada en ese lugar. Era un toque que los omegas realizaban para saber si había un interés amistoso.

Tony no se apartó, inclinó la cabeza curioso, aunque rápidamente su atención volvió a la comida, utilizando su mano libre para seguir llevando la cucharita llena de pudín a sus labios.

El omega pelinegro rápidamente descubrió lo peculiar que es su nuevo amigo. Tony no lograba hablar con claridad, solamente decía una palabra para expresarse o  sus manos; siendo parlanchín a su manera. siempre portaba un grueso collar negro que cubría su garganta, era caprichoso y por algunas actitudes posiblemente lo mimaban hasta el cansancio.  Loki no le importaba nada de eso  disfrutaba estar con Tony, amaba que el otro lo apoyará en sus bromas, sus enormes ojos avellana mirándolo con cariño, o que se dejará acariciar las glándulas aromáticas.

Tal vez porque Loki estaba comenzando  a interesarse en Tony románticamente fue  cayó en cuenta de algo. El castaño siempre estaba detrás del profesor Strange, a veces se encerraban en algún aula por horas, también que los dos se iban juntos. Curioso decidió engañar a su amigo, se despidió como siempre y se apresuró a ocultarse en uno de los casilleros de la enfermería; un lugar al que ese par iban la mayoría de las veces al acabar las clases.

Contuvo la respiración al escuchar la puerta abriéndose. Tuvo que contener el impulso de salir de su escondite al ver a Tony sonrojado, pegado al costado del profesor, ronroneando satisfecho por la cercanía.
Strange los guió hasta posicionarse a un lado de la cama, instando a que el castaño se inclinará dejando las manos sobre el colchón.
El omega comenzó a saltar sobre la punta de sus dedos, mirando sobre el hombro al Alpha, su rostro mostraba cierta ansiedad.

-últimamente estás más desesperado de lo habitual dulzura, ¿Algo te está inquietando?- Stephen acarició la curva de la columna de Tony. Tranquilizando un poco la inquietud del menor. - papá solamente te ama a tí -

-papi~- era curioso como el castaño podía lograr enloquecer a cualquiera con una sola palabra.

Strange desabrochó los ajustados pantalones de mezclilla negro del adolescente, bajandolos lo suficiente para tener acceso a ese  redondo y tentador trasero. El adulto alzó una ceja al ver la falta de ropa interior.