Capítulo I: Teniente Rainhood.

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ANNA.

Años y años ejerciendo y formándome como militar, y por fin he entrado en la Élite de Nueva York. Llevo toda mi vida instruyéndome e intentando ser la mejor de mi tropa para que me llegase la carta de admisión.

Los tres últimos años los he pasado en el ejército de Washington entrenándome para superar prueba tras prueba y entrar en la Élite estadounidense, han sido años de trabajo y entreno constante, ya que nuestra formación es muy parecida a la de los SEALs pero la Élite en vez de estar más enfocada en el mar como lo están los SEALs, está enfocada al trabajo sobre tierra.

Cuando decidí empezar a formarme para la Élite ya era soldado, pero a penas un cabo. Podría haberme instruido para la Élite de otro país, pero lo hice con la central de Nueva York en mente, ya que es la más prestigiosa y la mejor vista.

El primer año y medio consistió en pruebas y entrenamiento muy duro, y es que se suele decir que solo el veinte por ciento de las personas que se inscriben para formarse para acceder a la Élite consiguen llegar a donde yo estoy hoy.

La primera fase fue de ocho semanas, la hacen llamar "Acondicionamiento Físico", subimos montañas corriendo con mochilas de sesenta kilos, nos hacen nadar inmovilizados, atados, arrastramos personas, ramas, botes..., y sobre la quinta semana entramos en la llamada "Semana del infierno", donde durante cinco días se nos priva de sueño, comida, y donde nos someten a temperaturas y situaciones extremas.

La segunda fase es la de formación acuática, aérea y de estudio de la mente, conducimos todo tipo de aeronaves y barcos, buceamos, combatimos, realizamos psicoanálisis, nos capacitamos para la manipulación, y dura también ocho semanas, esta es dura, pero no tanto como la primera y la última fase.

La última fase es la llamada "Guerra en tierra", dura nueve semanas, y nos enseñan todo tipo de armas, nos preparan para un combate físico de élite, escalamos, conducimos, procedemos a rescates casi imposibles, realizamos misiones de entrenamiento que parecen de película y practicamos paracaidismo. Las cuatro últimas semanas nos llevan a una isla perdida de la mano de Dios, ponen a prueba lo aprendido, miden nuestra tolerancia al dolor y nuestra resistencia.

Si has llegado al final, te ponen un año y medio de prueba y después si todo ha salido bien y sigues adelante, miran tu expediente, tus notas, te analizan al dedillo, miran tu pasado, tu familia, toda tu vida. Y es entonces cuando te mandan a la Élite de la central que crean oportuna y con el rango que crean oportuno, ya que aunque tú hayas entrenado para uno, si tus notas no son adecuadas no lo consigues.

Y aquí he llegado, ha sido duro física y psicológicamente, pero ahora me enorgullezco de estar posicionada al lado de mis compañeros a los cuales no conozco pero que han superado lo mismo que he superado yo. Todos llevamos el uniforme reglamentario con nuestras respectivas medallas, poco a poco nos van llamando para que subamos a la tarima a recoger nuestra nueva chapa.

Hay personas de todos los rangos, yo he ido ascendiendo en los entrenamientos y gracias a mis notas y esfuerzo puedo decir que soy teniente.

Hemos hecho unas filas, y frente a nosotros están los veteranos, los tenientes, los subtenientes, y todos los soldados de la central para darle apoyo a los nuevos.

—Teniente Annabelle Houston Rainhood— me avisan, y yo pisando fuerte subo a la tarima, hay un hombre un tanto mayor que es el director de la central: Marcus Austen, y a su lado Escarlatta Dahl, una mujer impresionante que tiene el honor de llevar el título de directora de la central, además a su lado hay un chico rubio bastante alto y guapo, según tengo entendido es el "Capitán Mayor", y al lado de este un chico rapado moreno que tampoco está mal, al otro lado de Marcus hay otros dos chicos de la misma edad y que supongo que tienen el rango de "Capitán teniente".

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