Capítulo XII: Vengáis, vayamos.

23 3 2
                                    

Anna.

Llevo ya unos cinco días en este sitio, los puntos han empezado a desprenderse, y por más que lo pido, Abe no me deja coger el teléfono, para nada, ni para llamar a mi madre, porque según él, ella ya está informada de lo que ha pasado y de cómo estoy.

Son cerca de las cinco de la tarde cuando se escucha jaleo en el pasillo, algo que no es muy normal.

La puerta se abre de repente y aparecen globos de todos los colores, flores y cuatro locas chillando.

—¡Serás imbécil! ¡Me has asustado!— Scarlett me abraza.

—¡AN!— grita Claire tirándose a la cama a mi lado.

—¡Neni!— Em me coge de la mano y me abraza como puede, ya que ninguna me suelta.

—Tenemos muchos cotilleos que contarte An— dice Jess frotándose las manos.

Todas están sentadas en la cama, al igual que yo, que he encogido mis piernas para dejarles espacio.

—Bueno, el sábado que viene es el cumpleaños de Jessica, te hemos comprado un vestido con el que vas a ir muy sexy, créeme— empieza a decir Em.

—Que sepas que Emma tiene novio— suelta la hermana del capitán.

—¡¿QUÉ?!— la miro con las cejas enarcadas y la boca abierta.

—Ehhmm, a ver, empezamos a salir hace una semana— las otras tres se hacen las ofendidas.

—Y nos lo dijo literalmente cuando llevaban ya cinco días como poco— Scarlett pone los ojos en blanco.

—¿Quién es?— pregunto impaciente.

—Eehhmm... Brays— se pone roja como un tomate y yo me llevo ambas manos a la boca.

—¡Lo sabía!— me rio y ella sonríe tímidamente.

—Le ha costado pasar página— Em le dirige una mirada cargada de odio a Scarlett.

—¿Y eso?— pregunto riéndome. Todas se ponen serias y se miran.

—Bueno... Abe y yo...— la miro fijamente cuando empieza a hablar—, él tenía unas intenciones claras, pero yo me pillé demasiado, ahora solo somos muy amigos, eso es todo.

No puedo negar que no me esperaba que tuviesen algo, pero mierda, ha dolido. He llegado aquí como la nueva, y odio sentirme así, pero es lo que hay.

Ellas son de lo más importante que tengo, pero sé que antes de aparecer yo tenían sus historias, y las siguen teniendo, así que no puedo venir a revolucionarlo todo.

—Pero An, de verdad, no fue nada, yo era una inmadura, ahora estoy demasiado feliz con Brays, y lo quiero muchísimo, porque antes de ser mi novio fue mi mejor amigo, y ha estado siempre conmigo, en las buenas y en las malas, a pesar de todo.

A ella se le escapa una lágrima y Jess la abraza.

Me alegro de que haya encontrado a alguien que de verdad la quiere, porque Brays es un buen chico, tiene muy buen corazón, y él ama a Emma, se le ve en la cara.

Emma es un ángel, lo tengo cada día más claro, es una luz, es de esos seres que te iluminan las mañanas con una sonrisa.

Según me han dicho, Emma se crió en un orfanato militar, donde se instruyó para llegar a donde está ahora, su mayor miedo es acabar sola, más de lo que ya lo ha estado toda la vida, sin una figura materna y paterna en su vida, yo no paro de insistirle en que no ha estado ni va a estar sola, porque nos tiene a todos nosotros.

—¿Cuándo te dan el alta?— me saca Claire del trance.

—Pues... mañana creo— sonrío.

Paso un rato hablando con ellas, pero poco a poco se van, quedándose Claire conmigo.

Misión Fénix (+18)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora