Capítulo XXVIII: Patrón.

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ANNA.

Ha llegado la hora, Emma, Wyatt y yo estamos en la furgoneta Wesley la conduce, Escarlatta va de copiloto, Oliver está en los ordenadores trabajando para poner nuestras cámaras y micrófonos en nuestros maillots, el mío es verde y el de Emma es negro, ambos son sensuales y con piedras, encima de los maillots llevamos unos vestidos que nos llegan por la mitad del muslo, el mío lleva tirantes, el de Emma no. En el momento de arreglarnos me di cuenta de que las cicatrices estaban visibles, y que Duque las reconocería, así que tuve que pasar por un proceso intensivo de chapa y pintura. Frente a mí se encuentran Catalina y Abe.

—Recordad que la mano derecha de Duque va a estar, es Eduardo Vera— asiento ordenando todos los rostros que debo de tener en mente, Abe no me quita el ojo de encima, y yo intento tranquilizarme, más que nada porque voy a ver al hombre de mis pesadillas dentro de unos escasos minutos.

La furgoneta frena, y cuando miro por la ventanilla me doy cuenta de que hemos llegado, y que me tengo que meter en el papel de Hannah López, española que viajó a los Estados Unidos por trabajo y que terminó en el "Horizonte", una compañía de prostitutas que me tenían como una diosa, y que por ello me pusieron escolta. Emma encarna a Sophia Versalles, ella es mi amiga francesa, que formaba parte de la compañía. Abe me mira y antes de que baje me coge de la mano y tira de mí hacia él para darme un beso.

—Recuerda lo que hemos hablado, por favor— asiento y me separo de él, lo miro una última vez y rezo para que no sea la última.

Me bajo de la furgoneta y pruebo el micrófono y el pinganillo.

—Teniente Rain...Bay, vía uno, ¿me recibís?

Sí teniente Bay.

—Teniente Reid vía dos, ¿me oís?

Adelante tenientes, vais a conseguirlo, suerte— nos anima Cata desde dentro de la furgoneta.

Entramos por la puerta delantera y paso mi huella por el lector, y rezo porque el trabajo de Oliver y Scarlett haya hecho su efecto. La máquina pita, el segurata me dice que pase; Emma pasa detrás de mí.

—Buenas, buenas— canturreo al segurata—, pero qué hombre más guapo, ¿verdad Soph?— lo cojo de la corbata y le doy un beso en la mejilla.

Wyatt lleva un traje negro y unas gafas de sol.

—Guapo, ¿dónde está Kiara?— dice Emma en español con acento francés, algo que me sorprende muchísimo, ¿cómo hace eso?

Kiara Gaviria es la dueña del Couturier Company, la compañía de prostitutas que bailan con las que Duque trabaja.

—En el camerino— señala el segurata con la barbilla. Me giro para andar hacia este y le lanzo un beso.

Las luces son tenues, la pista de baile es enorme, y hay dos barras, una a cada lado, frente a la pista de baile hay un escenario enorme del que cuelgan telas, miro hacia arriba y veo espacio entre las oficinas o habitaciones, es decir, están colocadas en forma de O sobre el escenario, el centro de estas está vacío para que las telas puedan colgar desde más alto. El reservado está detrás del escenario, da directamente la barandilla a las telas, y está tan cerca que si la persona extiende la mano puede tocar a las bailarinas. Hay unas escaleras que dan a lo que supongo que son los camerinos, hay algo de gente trabajando y bebiendo en las barras, miro a Emma antes de entrar.

Una vez bajo las escaleras veo de frente una pared violeta con flores, el camerino es bastante pequeño. Una mujer de pelo negro y un poco más baja que yo nos espera sentada limándose las uñas.

—¡Kiara!— la saludo con ímpetu.

Tiene rasgos sudamericanos, la tez oscura, los ojos negros y el pelo de mismo color, lleva unos tacones bastante altos.

Misión Fénix (+18)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora