ANNA.
Tengo en la cabeza su horrible mirada azul cuando entro al pub, me meto en el papel que tengo y planto una sonrisa en mi cara, Wyatt va detrás nuestra, pasamos por el arco de seguridad, donde Oliver nos guiña un ojo y yo le sonrío.
Quiero ver a mi madre, necesito abrazarla, saber que nada malo nos va a pasar nunca.
Andamos al camerino, donde está Kiara, me mira de arriba abajo y sonríe como si no me acabase de matar con la mirada.
—Bebé, ¿por qué vas de negro?— sus uñas largas rosas tocan mi maillot.
—No sé, siempre suelo usar colores potentes para días tan importantes como hoy— le aparto la mano de mi cuerpo cuando llegar a una cicatriz.
—Tú, Sophia— se refiere a Emma—, el rojo pasión te pega mucho— la teniente le dedica una sonrisa falsa.
—¿Nos dejas que nos preparemos? Últimos retoques— Kiara me vuelve a analizar y se va sin decir nada. Me extraña su cambio de actitud.
Le hago gestos a Emma para que no hable por si hay micro, ella lo entiende y empieza a quitarse la capa.
—¿Recuerdas todos los pasos?— ella asiente y una vez terminamos de arreglarnos, nos disponemos a salir pero un cuerpo alto y de pecho entrenado hace que me pare en el acto: Carlos Duque.
—Ya están aquí mis niñas... vais preciosas— recorre el escote de Emma con su dedo y a mí me dan escalofríos cuando pasa ese mismo dedo por la cadena de mi collar.
—Obviamente, ¿qué pensaba?— lo desafío.
—Nada, preciosa, nada, en cuanto terminéis el espectáculo quiero que subáis a la habitación de la primera planta.
Rio para mis adentros al ver que todo va sobre ruedas, pongo una sonrisa coqueta y asiento.
—Como usted mande.
—Mucha suerte, bellas— dice mientras salimos, me paro en seco y me giro, intento disimular con una sonrisa el que me ha afectado.
La danza comienza, cada vez que me cuelgo de las cuerdas recuerdo la libertad que me hacían sentir, me comparaba con un pájaro libre.
—G3, la actuación ha comenzado— informo por el pinganillo.
—G2, procedemos a cerrar todas las entradas y salidas del pub— informa Oliver.
ABE.
La ausencia de información por parte de Scarlett me asfixia, y solo me queda rezar. Estoy sentado en el reservado, esperando a que dentro de unos escasos minutos inicie la subasta, el resto de compradores llegaron hace un rato, y mi hermana y Cata están socializando con ellos, yo solo tengo ojos para la mujer que hay colgada de las cuerdas y que hace movimientos y poses que me quitan el aliento.
Entramos en el establecimiento sin armas, para pasar el escáner, pero lo que la gente no sabe es que los bolsos entraron en el escáner pero salieron otros llenos por completo de pistolas y munición. En la pista distingo a agentes de la DEA, a los cuales Jess les da armamento con cada bebida.
Activo la vista directa para que desde la furgoneta puedan ver en tiempo real lo que estoy viendo yo.
—Tienes a la izquierda a Zia Milan— informa Escarlatta. Yo me acerco a ella y su respuesta es mirarme de arriba abajo y sonreírme con coquetería.
—Leonardo Fiore— le beso la mano y ella me mira con sutileza.
—Encantado, Leonardo.
Un hombre entra en el reservado y carraspea pidiendo que nos sentemos, hacemos lo que pide, y frente a mí se sitúa el comprador árabe, que no le quita los ojos a mi hermana.
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Misión Fénix (+18)
RomanceInicio: 26/08/2022 Anna cree que pausar el pasado es la mejor forma de seguir en el presente, pero cuando consigue entrar en la élite militar, en la central de Nueva York esas ideas se esfuman, ya que lo que pasó la noche de mayo de años atrás la em...