Capítulo VIII: Manhattan.

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ANNA.

— Capitán teniente Moreau en vía uno— dice Oliver desde su micrófono.

—Teniente Rainhood vía dos— digo yo por el mío.

Los pinganillos son casi invisibles, última tecnología, pero se pueden apreciar un poco, porque Abe ha elegido los que llevan varias funciones, te puedes comunicar con una sola persona, con todas o silenciarlo.

—Todo el mundo a sus posiciones, Scarlett y Clark, situaros para darle la bienvenida a los comensales de forma que se les pueda apreciar la cara— ordena la persona que tengo a mi lado.

Primeros comensales a un radio de veinte metros— avisa Owens desde fuera.

Vías uno y dos, estén preparados para la identificación de los dos primeros— indica Claire.

Abe está en la cocina, que es el centro de la misión, la zona cero y donde mejor comunicación hay, ya que está el montacargas, los conductos de ventilación y puertas hacia todos lados.

En la pantalla de mi ordenador aparece la imagen de la cámara de Scarlett.

—Rosse Alpha y Mauro Bonaparte— les indico a las chicas, ellas le dan la bienvenida y Oliver continúa identificando a los invitados.

—Soledad García, Bil Watson y Andreu McCain— continuamos identificando hasta que la lista de invitados llega a su final.

La cena transcurre como debería, y yo no me puedo sacar de la cabeza la caja fuerte.

Los políticos y empresarios discuten temas  de actualidad, de momento no hay nada extraño.

Observo las cámaras del exterior del edificio y manchas negras aparecen a lo lejos.

—Teniente White, informe de la situación desde la azotea— pido ampliando la imagen.

Todo está correcto teniente Rainhood— confirma—, espere un momento... hay movimientos extraños en el bosque— el corazón se me empieza a dislocar.

—Soldados situados en el exterior, repórtense— ordena Moreau.

Owens al habla, confirmamos movimientos en el bosque, estamos preparados para una posible intervención— me muevo nerviosa en la silla.

Capitán McLaughlin, informen del número de atacantes— noto un poco de estrés en su voz.

Más de cuarenta encapuchados se acercan a la mansión, capitán— indica Owens, Oliver me mira con los ojos muy abiertos.

—No van a poder contra ellos— me levanto y me armo, me abrocho el cinturón de armas, me meto una navaja dentro de la bota.

Capitán— llama Emma—, solicito permiso para salir a reforzar el exterior.

—Soldados de la planta baja, salgan al exterior a reforzar a sus compañeros— habla Oliver.

Desde la cámara se ve cómo los encapuchados ganan terreno, llevan un pañuelo azul en el brazo, White comienza a disparar desde la azotea, Abe ordena a los comensales que se refugien cerca de las paredes, les reparte chalecos antibalas a todos.

Soldados de la planta de arriba, refuercen la parte de fuera— indica Abe, Greco baja con los subtenientes.

Los disparos comienzan a sonar, se cubren como pueden, pelean, derriban a varios, pero son demasiados.

—Joder, si hubiésemos puesto un radio exterior esto no estaría pasando— me hago un moño y observo la situación.

Algunos soldados empiezan a ser maniatados, Emma y Brays son los que se llevan la peor parte, ya que les están dando una paliza de muerte, todos acaban con brechas, costillas rotas, huesos rotos, caras amoratadas y algún que otro orificio de bala.

Misión Fénix (+18)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora