O1

153 14 3
                                    


Al despertar estoy sumida en completa oscuridad. Solo sé que existo y que estoy. Y me tomo mi tiempo.

¿Quién soy? ¿Dónde estoy? ¿Cómo estoy?

Son preguntas que a veces me causan un gran dolor de cabeza, porque a veces quisiera simplemente, dejar de pensar. Quisiera que en ocasiones las personas dejaran de complicar tanto las cosas, que vieran más allá de sus narices. Quisiera a veces no haber tomado aquellas decisiones y solo voltear la mirada y seguir caminando. Quisiera haber sabido que dolería tanto. Quisiera.

Siento un ligero movimiento a mi lado y pienso: “quisiera no sentirme tan sola contigo”

—Ni siquiera lo intentes—dije al sentir como la persona a mi lado trataba de moverse con cautela—. Tienes la delicadeza de una Bluggert y yo el sueño tan ligero como la Snitch.

—Adoro cuando haces esas referencias—Abro los ojos y veo el techo tapizado con cientos de imágenes que elijo no entender, y cuando volteo hacia mi izquierda lo veo a él.

—Lo sé. Por eso las digo. Tus ojos empiezan a brillar de una manera tan perturbadora que me hace creer que algo no está bien contigo, pero luego creo que soy yo la que está demente por estar contigo—digo viendo como sus ojos se achican y esa sonrisa que me hace sentir cosas bonitas. Cualquiera diría algo como:«!Oh! ¡Soy tan afortunada de ser la dueña de esas miradas y esas sonrisas!» —. La cabeza de Nick saldría volando al saber que a Oliver Wood le interesa algo más que solo Quidditch.

Cuando el 80% de esas miradas y sonrisas están dedicadas al Quidditch, y creo que la cifra es poco.

—Auch—hizo esa clase de mueca acompañada de un gesto de manos en dirección a su corazón cuando lo dijo.

—No te duele, te enorgullece.

Mentiría si dijera que no sé cómo llegué a estar encuerada bajo las sábanas junto al ex capitán de Quidditch de Gryffindor, pero digamos que, una serie de eventos inesperados, dos botellas de Whiskey de Fuego y que las serpientes también cazan leones es una buena excusa.

Di un breve suspiro interno y me levanté de la cama para tomar mi vestido y ropa interior del suelo, anoche no estuve lo suficientemente ebria como para olvidar a que especie pertenecía.

—¿No te despides? —escuché a Oliver decir a mi espaldas y luego el sonido de las sábanas contra las sábanas y sus pies deslizarse por el suelo, y luego a él pegarse a mi espaldas y sujetarme a su pecho.

—Sabes que no me gustan las despedidas—dije viendo hacia el frente mientras sentía sus dedos entrelazarse con los míos.

—No es que no te gusten las despedidas, lo que realmente odias es lo que sigue después, ese sentimiento de desolación—me tensé un poco ante sus palabras y quise soltar su mano pero le sentí sujetarme más fuerte. —. Ya te he visto desnuda Amina, no tienes que sentir vergüenza ni temor. Al menos no conmigo.

—¿No vas a esperar a esté lista? —le pregunté finalmente dejando caer mi caer mi cabeza entre su cuello y sus hombros, sintiendo calidez. —Eso no es de hombres.

—No. Eso te dará más tiempo de poner excusas para nunca enfrentar tus problemas. Además, tú odias ese tipo de persona. —¿Conocen ese sentimiento de orgullo que te inunda cuando vez los frutos de tu esfuerzo? Nunca creí escuchar a Oliver Wood chantajearme de esa manera tan inmoral impropia de un Gryffindor.

—Debo decirlo, me sorprendes. —dije volteando para poder verlo a los ojos, mientras llevaba mis brazos a su cuello para entrelazar mis manos detrás de él.

—Sorprendida no, orgullosa—dijo rompiendo con mi templanza, viéndolo hincharse el pecho con orgullo al oír una risa salir de mí.

—Eres un tonto, pero no lo olvidé. Disfrutaré del viaje y aprenderé cosas, y esas cosas tal vez me den la respuesta—dije haciéndole saber que recuerdo la conversación que tuvimos la noche anterior. —. Ahora déjame ir Wood, que me tientas.

Lo solté para ir a tomar mi bolso y abrigo, y dándole una última mirada a esta casa en algún lugar de Irlanda, y luego lo veo a él, ya con ropa encima, y lo siguiente que hago es caminar hacia él y estampar mis labios con los suyos, comerle la boca como si fuera la última vez (y lo más probable es que lo sea) y al acabar lo miro durante unos segundos, ambos sonriendo, y luego cierro los ojos y salgo.

Quién diría que Oliver Wood se convertiría en mi amor de verano, mi primer amor.

Love me, Potter | Harry PotterDonde viven las historias. Descúbrelo ahora