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Cuando todos se habían acostado baje a la sala común de Gryffindor sentándome frente a la chimenea, se sentía muy cálido, nada que ver con la frialdad de las mazmorras en estos momentos, aunque es contradictorio ya que mientras más alto más frío pero aquí es cálido y abajo frío. Loco.

Me resguarde bajo una frazada que tenía conmigo mientras mirafa fijamente el fuego pero a la vez sin hacerlo. ¿Saben cómo es? Cuando te sumerges en los jardines de la mente y los mares del pensamiento, no eres consciente de a quién miras o que. Escuché pisadas que bajaban de las habitaciones de chicos pero no se veía nada, hasta que vi algo raro en un cruce, saqué mi varita.

- Accio-a mis manos llegó una especie de capa traslucida que... ¡Una capa de invisibilidad! -¿...Qué? ¡Harry! -me fije en quien la cargaba. Harry tenía la sorpresa marcada en su rostro al verme.

- A-amina... emm, ¿Q-qué haces aquí? -se le oía nervioso, y quien no lo estaría si lo descubriesen con una capa de invisibilidad. La pregunta es: ¿Será de esas falsas que venden en el mercado o esa capa...?

- Te oyes nervioso Harry, ¿Algún secreto que decir? -dije levantándome y tendiéndole la capa.

- Nada. -dijo recibiéndola.

- Respondiendo a tu pregunta, solo pensaba en lo cálida que es la sala común. Además sufro de insomnio y tiendo a quedarme despierta hasta tarde, ¿Y tú? No creo que sufras de insomnio, agregándole a que te ibas de incognito. - reí parándome frente a él-¡No puedo creer que seas más alto que yo, si eres un enano! -

- Mira quien lo dice. -defendió. -Esta capa era de mi padre y quería explorar Hogwarts. -

- Wow, eso debe de significar mucho para ti-lo mire. -imagínalo, Hogwarts abierto exclusivamente para ti, sin Filch ni gatas maniacas de edad desconocida, porque dudo seriamente en cuál es la edad de esa gata, y sin nadie que te detenga. -

- Eso fue lo que pensé, pero sin la gata. -dijo riendo y confuso. -¿Quieres venir conmigo? -

- No tienes que pedirlo dos veces nene- me pegué a él como garrapata sonrojándolo en el proceso y nos cubrimos con la capa.

- ¿Quién está ahí? -chilló la Dama Gorda. Harry no dijo nada.

Anduvimos rápidamente por el pasillo. ¿Adónde iríamos? De pronto Harry se detuvo, con el corazón palpitante como pollo. De pronto ajustó la capa y nos encaminamos hacia donde sea que nos guie Harry. Cuando puede ver estábamos en la biblioteca. La biblioteca estaba oscura y fantasmal. Harry encendió una lámpara para ver la fila de libros. La lámpara parecía flotar sola en el aire y hasta el mismo Harry, que sentía su brazo llevándola, parecía tenía miedo.

- ¿A dónde vamos? -pregunté en voz baja.

- La sección prohibida. -respondió y voltee a verlo rápidamente.

- Uhh, chico malo, rawwr. -reí.

La Sección Prohibida estaba justo en el fondo de la biblioteca. Pasando con cuidado sobre la soga que separaba aquellos libros de los demás, Harry levantó la lámpara para leer los títulos.

No sabía que buscaba Harry pero en su rostro se reflejaba la decepción. ¿A Harry le gustaran esta clase de temas? No creo. Me fije en algunos de los libros. Algunos no tenían títulos. Un libro tenía una mancha negra que parecía sangre-mejor no preguntaré-. A Harry se le erizaron los pelos de la nuca-estoy pegada a él, así que...-. No sé si soy solo yo, pero me pareció que un murmullo salía de los libros, como si supieran que había alguien que no debía estar allí.

Love me, Potter | Harry PotterDonde viven las historias. Descúbrelo ahora