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Temporada de frío y juegos; el Quiddditch, deporte predilecto del mago o bruja en el mundo. Esta temporada se enfrentaban Slytherin contra Gryffindor y cada casa preparándose para apoyar a sus favoritos.

En el patio veía al trio de oro calentarse con un pequeño frasco de fuego mágico, tal parece que luego de lo del Troll se amigaron, eso es bueno. Snape pasó cojeando por ahí y al ver los rostros de ellos se acercó buscando un pretexto para castigarlos, ese Snape tiene algo realmente fuerte sujetándolo a Harry Potter.

- ¿Qué tienes ahí, Potter? -Era el libro sobre quidditch. Harry se lo enseñó.-Los libros de la biblioteca no pueden sacarse fuera del colegio -dijo Snape-Dámelo. Cinco puntos menos para Gryffindor. -

- No estaban haciendo nada malo profesor, y yo también tengo un libro de la biblioteca-dije cuando me acerqué y le mostré el libro sobre criaturas mágicas.

- C-cinco puntos menos para Slytherin. -tomó titubeante el libro y se fue cojeando.

- Seguro que se ha inventado esa regla -murmuró Harry con furia, mientras Snape se alejaba cojeando-. Me pregunto qué le pasa en la pierna. -

- No sé, pero espero que le duela mucho -dijo Ron con amargura.

- Y yo espero que te duela a ti. -dije

- ¿Qué cosa? -dijo antes de yo darle un manotazo en el brazo-¡Auch! -

- ¿Te dolio? -reí mientras el solo me veía molesto.

- Hola Amina, ¿cómo estás? -saludó Hermione.

- Hola Hermione, bueno estoy bien. -dije sonriéndole con los labios sellados-¿Y tú? ¿Ya se te pasó el shock de la otra noche? -

Hermione se sonrojó y tratando de disculpase dijo: -no tenías por qué dar tú libro-

- Nah, ya lo había terminado, solo me hizo el favor de no ir hasta la biblioteca. -los chicos se sorprendieron-bueno, hasta luego. -

Más tarde recuperé el libro de Harry, y cuando pasaba por el despacho de mi jefe de casa observe como Harry apreciaba la, no muy apetecible, vista de Snape mostrando la pierna como las mujeres muggles en un gesto vulgar de detener un auto.

Snape y Filch estaban allí, solos. Snape tenía la túnica levantada por encima de las rodillas. Una de sus piernas estaba magullada y llena de sangre. Filch le estaba alcanzando unas vendas.

- Esa cosa maldita... -decía Snape-. ¿Cómo puede uno vigilar a tres cabezas al mismo tiempo? - pues Percy Jackson puede, y más el cosito bello de Nico.

Harry intentó cerrar la puerta sin hacer ruido, pero...

- ¡POTTER! -El rostro de Snape estaba crispado de furia y dejó caer su túnica rápidamente, para ocultar la pierna herida. Harry tenía un rostro de espanto digno tremendamente épico. Sí, me gusta la palabra "épico".

- Me preguntaba si me podía devolver mi libro -dijo. Suponía que a eso ibas.

- ¡FUERA! ¡FUERA DE AQUÍ! -Harry se fue, antes de que Snape pudiera quitarle puntos para Gryffindor.

Sí, yo también reaccionaría de esa manera si un estudiante me viese con las piernas al aire mostrándoselas al celador, manchando mi imagen de tipo duro. Harry Subió corriendo la escalera encontrándose con sus amigos y lo seguí de cerca.

- ¿Lo has conseguido? -preguntó Ron, cuando se reunió con él-¿Qué ha pasado? -

Entre susurros, Harry les contó lo que había visto.

- ¿Sabéis lo que quiere decir? -terminó sin aliento-. ¡Que trató de pasar por donde estaba el perro de tres cabezas, en Halloween! Allí se dirigía cuando lo vimos... ¡Iba a buscar lo que sea que tengan guardado allí! ¡Y apuesto mi escoba a que fue él quien dejó entrar al monstruo, para distraer la atención! - Hermione tenía los ojos muy abiertos.

- No, no puede ser -dijo-. Sé que no es muy bueno, pero no iba a tratar de robar algo que Dumbledore está custodiando. -

- De verdad, Hermione, tú crees que todos los profesores son santos o algo parecido -dijo enfadado Ron-. Yo estoy con Harry. Creo que Snape es capaz de cualquier cosa. Pero ¿qué busca? ¿Qué es lo que guarda el perro? -

- Tal vez no sean santos, pero si le son leales a Dumbledore no hay manera de que puedan engañar a éste. -dije saliendo de mi escondite pegándoles un susto- Tal vez a Snape no le agrades solo por ser tú, pero te aseguro que no trata de matarte. -

- ¿Cómo puedes estar tan segura? Eres de Slytherin, es normal que lo excuses. -ladro Ronald.

- Solo lo sé, ese perro protege algo y los profesores lo saben, si Snape está herido es porque él es profesor de Pociones, no Cuidado de Criaturas Mágicas. -declaré callándole y con Hermione dándome la razón. -Ten tu libro. Me lo hiciste más fácil al venir aquí, pensaba detener a algún Gryffindor y dárselo. -

Al día siguiente estaba lista para ver mi primer partido de Quidditch, en el comedor se sentía la emoción del juego en la atmosfera, también me fije en como Harry no comía y trataban de convencerlo. Este niño siempre tiene que complicar las cosas, que cabeza dura.

- No quiero nada. -le oí decir cuando me acercaba.

- Aunque sea un pedazo de tostada -suplicó Hermione.

- No tengo hambre. - Harry tenía una mala cara.

- Harry, necesitas fuerza -dijo Seamus Finnigan-. Los únicos que el otro equipo marca son los buscadores. -

- Él tiene razón, así que come porque no voy a permitir que mi primer juego de Quidditch en mi estadía de Hogwarts sea malo solo porque mi casa ganó gracias a que el buscador de Gryffindor se desmayó en pleno juego. -lo pisé fuertemente ocasionando que abra la boca y metiendo una tostada en su boca. -Mastica. -

- A-amina -respondió Harry, observándome. -¿D-de qué hablas? ¿Yo? ¿Buscador? -

- Harry, no soy idiota, déjale ese papel a Ron, los secretos en Hogwarts vuelan, sumándole el hecho de que te llegó una escoba y cierto cupo de buscador en el equipo faltaba. -le tendí un vaso de jugo de naranja al ver que masticaba el solo- Así que da lo mejor de ti Harry, no quiero que pierdas y mi casa gane solo porque te desmayaste, quiero que ganes porque diste lo mejor. -

- Hola Amina. -saludo Seamus, a él ya lo había visto antes de entrar a Hogwarts, en un paseo de Norah.

- Hola Seamus. -le devolví el saludo. -Ahora me voy, al parecer a muchos de Gryffindor no le hace gracia ver a una Slytherin sentada en la mesa "enemiga", como si me importara. -

Ignorando los comentarios de mi casa hacia la acción que hice seguí con mi desayuno y a esperar los resultados de mi intervención.

A las once de la mañana ya todos estaban eufóricos por que se diera comienzo el partido, me vestí simple apoyando a la casa de Gryffindor-¿Qué no tienes que apoyar a tu casa? - sí, bueno, digamos que los integrantes de ese equipo no son de mi agrado y menos su capitán, -de ahí me sonaba el parecido del Trol-además, los gemelos Weasley me caen bien, así que apoyaré a su equipo.





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Love me, Potter | Harry PotterDonde viven las historias. Descúbrelo ahora