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Derecha, izquierda. Derecha, izquierda. Derecha, izquierda. Arriba, abajo. Arriba, abajo. Derecha, arriba. Izquierda, abajo.

¿Qué? ¿Nunca han tenido insomnio? Pues yo sí, fíjense que soy humana.

Arrastre mis pies por la habitación hasta poder llegar a la puerta y bajar a la sala común- que parecía un cementerio. -sí, un cementerio. -pero uno bonito. -es cierto, ese calamar tiene su toque. En fin, quizás la señora Pomfrey tenga algo para el insomnio.

Caminé con un Lumos por los pasillos para llegar hasta la enfermería, donde cierto niño soñador dormitaba sobre una de las camillas y otros cuantos más allá.

- ¿Insomnio? -dijo la enfermera en jefe al verme entrar en su oficina.

¿Ella alguna vez duerme? Porque eso de estar diurna y nocturna es impresionante.

- Sí. -dije esperando que me dé de su poción mágica.

- Deberías dejar de comer muchas galletas y helado todos los días. -dijo viéndome tras sus lentes. -no puedo darte de esta poción todos los días. -

- No tengo insomnio por mucha azúcar en mi sistema, sino más bien estas semanas y quizás se repita en otras fechas. -dije recibiendo la pócima.

Sí, tengo una ligera obsesión por comer galletas durante el día y helado durante la noche, a veces a la vez. ¿A qué se debe? Culpen a Norah, ese fue su método para mantenerme quieta durante tiempos difíciles.

- Ya veo, guardas mucho parecido a tus padres. -

- Nunca los he visto, a pesar de que estén muertos. -dije- Me lo oculta porque cree que está haciéndome un bien, pero en realidad está aumentando mis ganas de saberlo. -

- Bueno, Megan era muy inteligente y también hermosa. -dijo eso giñándome el ojos.

Si fuese otra persona diría, ¿Quién es Megan? ¿Por qué me dijo que era inteligente y hermosa? Pero soy Amina Black. La verdad me lo hace más fácil, mi apellido es Black, y ellos no son tan ignorados que digamos, Norah se apellida Max, solo es cuestión de buscar en los álbumes del colegio, claro si es que estudiaron aquí.

Salí de la enfermería con rumbo a las mazmorras... a quien engaño, a las cocinas del colegio en busca de mi buen amigo el helado, pero estos planes se vieron interrumpidos por la repentina impresión de tener a un azabache delgaducho con problemas de miopía sobre mí.

- ¡AH! -se escuchó por su parte al colisionar conmigo.

- ¡Harry! ¿Estás bien? -De pronto un zanahorucho se visualizó junto a un rechoncho y una sabidilla que le seguían, estos últimos con una cara de miedo, pero presiento la última es un miedo a ser expulsada.

- S-si...-

- Oye, ¿Podrías levantarte? Me estás aplastando una teta. -no pensé que mi primera vez de un claxonazo fuese a los once.

- ¡Y-yo l-lo sie-ento mucho!, en s-serio yo...-

- Ya déjalo, no fue intencional. ¿O sí? -

- ¡No! -

- Qué bien. -me sacudí la tierra de encima.

- ¿Qué estás haciendo tú aquí vil serpiente? -exclamó furioso el zanahorucho.

- ¿... vil serpiente? -giré mi cabeza hacia él de forma curiosa.

- Eres una Slytherin. -

- No pretendo caerte bien ni nada, pero no deberías juzgar a alguien por su casa. Me parece algo idiota y primitivo la verdad, no estás en una casa porque serás un mago oscuro o un héroe, sino que estás ahí por las cualidades que ésta solicita, porque de no ser así entonces no habría casas sino dos facciones. -Vil slytherin, por favor ¿No tenías algo mejor?

- Igualm...-

- No tenem...-

- ¿Vagabundeando a medianoche, novatos? No, no, no. Malitos, malitos, os agarrarán del cuellecito. -Peeves, el * apareció frente a nosotros.

- No, si no nos delatas, Peeves, por favor. -suplicó Harry en voz baja.

- Debo decírselo a Filch, debo hacerlo -dijo Peeves, con voz de santurrón, pero sus ojos brillaban malévolamente-. Es por vuestro bien, ya lo sabéis. -

- Quítate de en medio -ordenó Ron, y le dio un golpe a Peeves.

Creo que tiene idiotez aguda.

- ¡ALUMNOS FUERA DE LA CAMA! -gritó Peeves-¡ALUMNOS FUERA DE LA CAMA, EN EL PASILLO DE LOS ENCANTAMIENTOS! -

Pasamos debajo de Peeves y corrimos como Merlín manda, recto hasta el final del pasillo, donde chocamos contra una puerta... que estaba cerrada.

- ¡Estamos listos! -gimió Ron, mientras empujaba inútilmente la puerta-.¡Esto es el final! -

Se podían oír las pisadas: Filch corría lo más rápido que podía hacia el lugar de donde procedían los gritos de Peeves.

- ¿Eres un mago, no? Por algo estás aquí. -tomé mi varita y golpé la cerradura y susurré-: ¡Alohomora! -

El pestillo hizo un clic y la puerta se abrió. Pasamos todos cerrando la puerta rápidamente y se quedaron quietos escuchando. Al ver que tenía en frente me paralice, y es que no todos los días ves a un cuadrúpedo de tres cabezas.

- ¿Adónde han ido, Peeves? -decía Filch-. Rápido, dímelo. -

- Di «por favor».-

- No me fastidies, Peeves. Dime adónde fueron. -

- No diré nada si me lo pides por favor -dijo Peeves, con su molesta vocecita.

- Muy bien... por favor. -

- ¡NADA! Ja, ja. Te dije que no te diría nada si me lo pedías por favor. ¡Ja, ja! -Y oímos a Peeves alejándose y a Filch maldiciendo enfurecido.

- Él cree que esta puerta está cerrada -susurro Harry-. Creo que nos vamos a escapar. ¡Suéltame, Neville! -Porque Neville le tiraba de la manga desde hacía un minuto-. ¿Qué pasa? -

- Eso pasa. -susurré cautelosamente, quien sabe cómo reaccionará.

Harry tenía una cara épica, y bueno, ¿quién no la tendría al ver semejante animal? Me gustaría quedarme pero no quiero averiguar si come pelirrojas, así que abrimos la puerta rápidamente saliendo de ahí, a mitad del escape me separé de ellos hiendo hacía las mazmorras, creo que luego de la maratón que tuve hoy dormiré como saco de papas.


-SmileCreative-

Love me, Potter | Harry PotterDonde viven las historias. Descúbrelo ahora