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Nos pusimos otra vez en marcha, mientras algunos alumnos miraban al desaliñado profesor Lupin con creciente respeto. Nos condujo por otro corredor y se detuvo en la puerta de la sala de profesores.

-Entrad, por favor -dijo el profesor Lupin abriendo la puerta y cediendo el paso.

En la sala de profesores, una estancia larga, con paneles de madera en las paredes y llena de sillas viejas y dispares, no había nadie salvo un profesor. Snape estaba sentado en un sillón bajo y observó a la clase mientras ésta penetraba en la sala.

Los ojos le brillaban y en la boca tenía una sonrisa desagradable. Cuando el profesor Lupin entró y cerró la puerta tras él, dijo Snape:

-Déjela abierta, Lupin. Prefiero no ser testigo de esto. -Se puso de pie y pasó entre los alumnos. Su toga negra ondeaba a su espalda.

Ya en la puerta, giró sobre sus talones y dijo-: Posiblemente no le haya avisado nadie, Lupin, pero Neville Longbottom está aquí. Yo le aconsejaría no confiarle nada difícil. A menos que la señorita Granger le esté susurrando las instrucciones al oído.

Neville se puso colorado, por lo que me acerqué a él y toque su hombro susurrándole:

-Es Snape, no le tomes importancia. Eres mejor que Crabbe y Goyle.

Harry echó a Snape una mirada fulminante; ya era desagradable que se metiera con Neville en clase, y no digamos delante de otros profesores. El profesor Lupin había alzado las cejas.

-Tenía la intención de que Neville me ayudara en la primera fase de la operación, y estoy seguro de que lo hará muy bien.

El rostro de Neville se puso aún más colorado. Snape torció el gesto, pero salió de la sala dando un portazo.

-Ahora -dijo el profesor Lupin llamando la atención del fondo de la clase, donde no había más que un viejo armario. Cuando el profesor Lupin se acercó, el armario tembló de repente, golpeando la pared.

-No hay por qué preocuparse -dijo con tranquilidad el profesor Lupin cuando algunos de los alumnos se echaron hacia atrás, alarmados- Hay un boggart ahí dentro.

Simplemente genial. Tengo que revivir mi mayor miedo aquí y ahora.

Casi todos parecían pensar que un boggart era algo preocupante. Neville dirigió al profesor Lupin una mirada de terror y Seamus Finnigan vio con aprensión moverse el pomo de la puerta.

»A los boggarts les gustan los lugares oscuros y cerrados -prosiguió el profesor Lupin-: los roperos, los huecos debajo de las camas, el armario de debajo del fregadero... En una ocasión vi a uno que se había metido en un reloj de pared. Se vino aquí ayer por la tarde, y le pregunté al director si se le podía dejar donde estaba, para utilizarlo hoy en una clase de prácticas. La primera pregunta que debemos contestar es: ¿qué es un boggart?

Levanté la mano esperando que el profesor Lupin me señalara, pero antes de que siquiera el profesor pudiera señalarme Hermione levantó la mano y abrió la boca.

-Es un ser que cambia de forma -dijo- Puede tomar la forma de aquello que más miedo nos da.

-Yo no lo podría haber explicado mejor -admitió el profesor Lupin, y Hermione se puso radiante de felicidad, lo que me hizo rodar los ojos con exasperación oyendo algunos buffidos de parte de algunos alumnos (en su mayoría de Slytherin).- El boggart que está ahí dentro, sumido en la oscuridad, aún no ha adoptado una forma. Todavía no sabe qué es lo que más miedo le da a la persona del otro lado. Nadie sabe qué forma tiene un boggart cuando está solo, pero cuando lo dejemos salir; se convertirá de inmediato en lo que más temamos.

Love me, Potter | Harry PotterDonde viven las historias. Descúbrelo ahora