Love me, Potter | Harry Potter

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En los siguientes días hubo un aumento en la seguridad del castillo, medidas a las que no le veo sentido porque Sirius Black entró y salió de Hogwarts como Escarbato por su casa. Por lo que se había escuchado el prófugo de Azkaban-también mi progenitor-había ingresado a la torre de Gryffindor e intento acabar con la vida de Ronald Weasley; quién ahora se paseaba por los pasillos como todo un sobreviviente.

Pero según de acuerdo a la historia contada por el pelirrojo, Sirius se equivocó de cama, al tener estas las cortinas no supo cual era la que pertenecía a Harry y tuvo la desgracia de cruzarse con Weasley. Pero siento que hay más en todo esto, algo se me escapa, pero no sé que.

Al día de hoy las cosas han estado algo tensas en el castillo, y ahora yo, por mera coincidencia, me encuentro en compañía de Draco e izquierdo y derecho, en las cercanías de la cabaña de Hagrid en medio de unos monolitos, al principio para hablar algunas cosas con él, luego simplemente porque el lugar se prestaba para leer un ratito, ¿y quién era yo para no darme un gustito? ¿Merlín?

Mientras leía escuchaba como música de fondo las habladurías de Draco sobre el hipogrifo de Hagrid que iba a ser condenado a muerte a causa de un niño malcriado que no le gusta seguir instrucciones de alguien que no tiene un estatus mágico.

-¿Les conté que me quedaré con la cabeza del hipogrifo? La colocaré en la sala de Gryffindor. -dijo Draco observando hacia la cabaña de Hagrid con unos binoculares que colgaban de su cuello -Será fantástico.

-¡Que bien! -mencionó uno de ellos, izquierdo o derecho, no importa cual.

-Miren quién llegó..!

Por el rabillo del ojo noté al trío favorito de Dumbledore con Hermione encabezando la marcha con la vista fija en el rubio. Hay personas que mencionan que las mascotas se parecen a sus dueños, y ciertamente en esta ocasión, Hermione tiene cierta semejanza a su gato.

Draco soltó una exclamación al verlos venir: -¿viene a ver? -dijo luego pero se interrumpió cuando la melenuda sacó su varita amenazándolo con ella mientras exclamaba en el acto.

-¡Tú eres una despreciable y maldita cucaracha!

-¡Hermione no! -exclamó Ron, por una vez siendo sensato hablando de Draco, al ver como la mencionada apuntaba de manera amenazante al rubio. -Él no vale la pena.

Mientras Draco gimoteaba con los ojos fuertemente cerrados, los secuaces de este miraban sin saber que hacer y los otros dos integrantes del trío dorado miraban la escena, noté un movimiento a unos metros de nosotros, aun con la cabeza inclinada hacia el libro que leía, por el rabillo del ojo a mi lado derecho noté a dos cabelleras; una azabache y otra morena.

¿Qué significa esto?

Cerré mi libro en un solo movimiento mientras me levantaba y al girar mi cabeza en esa dirección de forma que pareciera que me sacudía el cabello volví a notar a esas dos cabelleras extras esconderse. Al voltear en la dirección donde se desarrollaba la escena de la chica apunto de hechizar al rubio me encontré con que Hermione se alejaba lentamente de él, pero como no, Draco subestimó su suerte soltando una carcajada que le ganó un puñetazo muggle justo en el ojo, pero ni bien lo recibió se levantó rápido para salir pirando de allí.

-¿Estuvo bien? -preguntó Hermione luego de unos segundos en los cuales Ron y Harry miraban en la dirección en que se fueron los chicos hasta ver nuevamente a Hermione pero con una luz nueva en los ojos.

-No bien, brillante. -soltó Ron con decisión al verla, mientras Harry se quedaba sin palabras.

-Vaya, la correcta Hermione soltando puñetazos a lo muggle. -dije sacudiendo la grama que se había adherido a mi vestimenta mientras estaba sentada.