O8

1.3K 130 6
                                    


Dumbledore entró en el dormitorio, vestido con un camisón largo de lana y un gorro de dormir. Traía consigo flotando detrás de el lo que parecían estatuas. La profesora McGonagall apareció un segundo después. Entre uno y otra, dejaron la estatua sobre una cama.

-Traiga a la señora Pomfrey -susurró Dumbledore, y la profesora McGonagall desapareció a toda prisa pasando junto a los pies de la cama de Harry. Harry estaba inmóvil, haciéndose el dormido. Oyó voces urgentes, y la profesora McGonagall volvió a aparecer, seguida por la señora Pomfrey, que se estaba poniéndose un jersey sobre el camisón de dormir. Harry la oyó tomar aire bruscamente. Como una exclamación.

-¿Qué ha ocurrido? -preguntó la señora Pomfrey a Dumbledore en un susurro, inclinándose sobre la estatua.

-Otra agresión -explicó Dumbledore-Minerva lo ha encontrado en las escaleras, y a ella Sir Nicholas.

-El tenía a su lado un racimo de uvas -dijo la profesora McGonagall-Suponemos que intentaba llegar hasta aquí para visitar a Potter.

-En el lugar se encontró un envase vacío junto a una cuchara.-dijo Dumbledore en tono pausado- al levantarla algo crujió, por lo que al revisar encontramos esto, supongo que paso por ello de camino.

A Harry le dio un vuelco el corazón. Lentamente y con cuidado, se alzó unos centímetros para poder ver las estatuas que habían sobre las camas. Un rayo de luna le caía sobre el rostro a una de ellas.

Era Colin Creevey. Tenía los ojos muy abiertos y sus manos sujetaban la cámara de fotos encima del pecho. Y a su lado estaba Amina Black. Al verla se le fue la respiración por un momento. Tenía las manos en forma de estar sosteniendo algo pero que esto se te ha caído, congeniando con la expresión de sorpresa y confusión en su rostro petrificado.

-¿Petrificados? -susurró la señora Pomfrey.

-Sí -dijo la profesora McGonagall- Pero me estremezco al pensar... Si Albus no hubiera bajado por chocolate caliente, quién sabe lo que podría haber...

Los tres miraban a Colin y Amina. Dumbledore se inclinó y desprendió la cámara de fotos de las manos rígidas de Colin.

-¿Cree que pudo sacar una foto a su atacante? -le preguntó la profesora McGonagall con expectación.

Dumbledore no respondió y abrió la cámara.

-¡Por favor! -exclamó la señora Pomfrey.

Un chorro de vapor salió de la cámara, y a Harry, que se encontraba tres camas más allá, le llegó el olor agrio del plástico quemado.

-Derretido -dijo asombrada la señora Pomfrey-Todo derretido...

-¿Qué significa esto, Albus? -preguntó imperiosa la profesora McGonagall.

-Significa -contestó Dumbledore- que es verdad que han abierto de nuevo La Cámara de los Secretos.

La señora Pomfrey se llevó una mano a la boca. La profesora McGonagall miró a Dumbledore fijamente.

-Pero, Albus... ¿Quién...?

-La cuestión no es quién -dijo Dumbledore, mirando a los dos estudiantes petrificados-la cuestión es cómo.

Y a juzgar por lo que Harry pudo vislumbrar de la expresión sombría de la profesora McGonagall, ella no lo comprendía mejor que él.

•••

Al final si les llegó el mensaje, tarde, pero les llegó.

Tenía razón sobre el basilisco. Y fui petrificada, por lo que me perdí de mucho, no tanto como para que me impidiera hacer el examen de DCAO hecho por mi eje de casa.

Y la historia que ya se hace tradición en Hogwarts se repite: Harry Potter junto a su fiel secuas-porque uno fue petrificado - salvaron a Hogwarts de un basilisco y al mundo mágico Gilderoy Lockhart y el diario maldito de Voldemort, pero mas de Gildeoy Lockhart, ese hombre era una amenaza hasta para el mismo. Sorprendida de que pudiera hacer un hechizo a la perfección, solo que con la varita equivocada. Merlín salve a la varita de Ronald Weasley.

Haciendo un resumen, luego de que despetrificaran a, valga la redundancia, los petrificados, todo Hogwarts volvió a su gloria con Albus favoreciendo a Gryffindor por salvarnos a todos.

Y ah, casi lo olvido, ¿Recuerdan ese diario sospechoso que "envíe" a Norah? Bueno, resulta que en ese inofensivo choque entre la Weasley y yo hubo un intercambio, ella se llevó el diario-si, otra vez en sus manos- y yo me quedé y el envié el libro que ella tenía. Por eso, llegando al punto, la Weasley estuvo intercambiando chismes con el recuerdo de Voldemort conservado en un diario todo este tiempo.

A ella nadie le dijo que no conversara con un diario que te enviaba a matar pollos.

Y yo vuelvo a mi casa, para tener una muy seria conversación con Norah, tal parece que si me respondió, solo que el mensaje me llegó muy tarde.

"Sabrás todo al volver.

Norah Max"

Si. Sólo eso. Pero para mi es más que suficiente. Solo espero que las respuestas a mis interrogantes no creen unas nuevas.

Love me, Potter | Harry PotterDonde viven las historias. Descúbrelo ahora