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Narrador omnisciente

- Inútil ¿Qué pasó con eso Plan B? - dijo ella muy enojada.

- Ya inicio tarada, y no me hables así que soy tu socio no tú esclavo. - dijo Julián.

- Perdón princeso, mejor muévete-

- A tus órdenes - y con eso colgó el teléfono.

POV Mía

Estaba todo oscuro y solo escuchaba voces que cada vez eran más claras y podía entender un poco más lo que decían.

- Debemos ir a Buenos Aires hoy mismo, ella es mi hermana y quiero que esté bien, ella es la persona en la que más he confiado en esta época y ella va estar bien, se va a curar y todo será como antes ¿verdad? - Escuché a Marizza ¿Llorando?  me acordé de lo que había dicho el médico y sentí como una gran oscuridad me rodeaba, lo único que quería era verlos a todos, pero no podía solo los escuchaba.

- Si mi amor, pero debemos esperar a que ella reaccione - dijo Pablo - Además debemos mantener la calma por Mía y por Cande - él estaba un poco más tranquilo, pero se podía sentir la preocupación en su voz.

- Chicos díganme que ya despertó, el doctor dijo que no tardaría en despertar - conocía muy bien esa voz era Manu, en ese momento abrí los ojos y lo vi - Mi amor por fin reaccionas, dime ¿Cómo te sientes? - dijo mientras me daba una abrazo, estaba en la camilla de un hospital, Cande estaba dormida en los brazos de Pablo.

- Me siento un poco extraña, pero bien. -

- Mía debemos volver a casa, me alegra que te sientas bien, pero debemos hacer los exámenes lo más pronto posible. - dijo Benito, parecía preocupado, yo solo asentí en respuesta a lo que dijo.

-¿Qué hora es? - dije confundida.

- Son las 6 de la tarde hermanita - dijo Marizza al parecer si había estado llorando.

- Gracias, te ves horrenda, si sabes que llorar por más de un minuto hace que se te marquen las arrugas. - dije dándole una sonrisa.

- Tú no cambias, y me veo muy bien aunque lloré. - dijo ella y todos reímos - Manu y ¿el médico? - y me abrazó.

- Aquí estoy - dijo el médico entrando con una enfermera - bueno la revisaremos y después podrán irse, espero que sea a Buenos Aires. Ahora salgan por favor. -

Y con eso ellos salieron, el médico me reviso, estaba bien me dijo el médico, era muy raro no tenía síntomas muy notorios, pero yo no sé cómo es esta enfermedad, ni siquiera podía nombrarla, tenía miedo mucho miedo la muerte estaba presente. 

Después de salir del hospital fuimos al hotel a buscar las maletas para volver a casa, Marizza y yo estábamos asustadas, porque nos escapamos hace casi dos años y no sé cómo van a reaccionar con todo lo que está pasando.

- Mía, Mía, no te esfuerces ya te llevo las maletas - dijo Manuel, yo tome a Cande en brazos para ir con ella.

- No no no - dijo Marizza desde la puerta - A Cande la llevo yo no hagas fuerza - y la tomo en brazos pero que les pasa

-No yo la llevo tú lleva tus maletas - dije.

- No yo llevo sus maletas - dijo Pablo. Lo mire mal muy mal. ¿Qué es esta atención?

- Mía no te enojes lo hacen por cuidarte - dijo Benito - ahora ten mucho cuidado al bajar las gradas - en serio yo no quiero esto.

Llegamos a al camper y empezaron otra vez.

- Mía tiene que ir a la ventana, por si se marea o algo - dijo Marizza.

- No mi prometida no va a ir a la ventana por qué hace frío y es de noche y se puede enfermar - dijo Manuel, así empezó una discusión sobre dónde me sentaba.

- ¡BASTA! ME TIENEN CANSADA, a ver yo me voy a sentar en dónde Cande este cómoda, porque es un viaje largo y yo soy la madre. - grité y todos se callaron y yo me fui a la parte de atrás para que Cande pueda dormir bien - ah... Una cosa más ¿Podemos llevar esto con normalidad, se que es grave pero les pido que me traten normal hagan esto más fácil para mí, por favor? - casi les suplico.

- Está bien Mía lo que pidas. - dijo Pablo.

Después de eso el viaje paso con mucha normalidad entre risas y las historias de Benito que son bastante divertidas. Decidí dormirme un rato había sido un día muy pesado para mí.

- Mía despierta ya llegamos - dijo Marizza, abrí los ojos y si estábamos por llegar.

Manuel tomo a Cande en brazos y bajamos del camper. Marizza tomo mi mano y juntas fuimos en dirección a la puerta de la casa de Daddy y Sonia

- Estoy asustada - susurré.

- Tranquila estamos juntas hoy, mañana y siempre - dijo Marizza y tocó la puerta, mi corazón iba a mil.

Mismo destinoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora