Náuseas

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POV Marizza

- Pablo ¿Cómo estás? - dije. Estábamos sentados uno frente al otro.

- Bien, sabes creo que Mía tiene razón debería estar allá - asentí dándole la razón - pero no quiero, quiero estar contigo - me tomo de la muñeca y me sentó en sus piernas.

- Pablo... - dije - Mi amor, te lo dije en la nota, te amo pero hay que ponerle fin a esta historia. - acercó su rostro al mío y me calle.

- Haz memoria y dime ¿Cuánto tiempo, cuántas veces hemos intentado ponerle fin a  esta historia? - me acerque más a sus labios involuntariamente - te aviso que voy a besarte - y lo hizo, nos unimos en un beso lleno de amor y de pasión.

- Pablo ¿Quiero conocer a Camila? - dije y me miró sorprendido.

- Si claro ¿Vamos mañana? - negué con la cabeza.

- Quiero ir ahora - me levanté de sus piernas y tome el bolso.

- Bueno vamos - me siguió.

En el hospital

- Pablo ¿Dónde estabas? - dijo Tomás.

- ¿Qué hacen juntos? - dijo Pilar, al parecer solo están ellos dos.

- Vengo a ver a Camila - aún era hora de visita así que se podía.

- ¡Ay! Yo te llevo ella está por aquí - dijo Pili y me jalo del brazo.

Llegamos a dónde estaban las cunas de los neonatos y leí en una cuna Camila Bustamante, dolió otra vez ¿Será que algún día deja de doler?

- Mira ahí está, es muy chiquita y tierna - era cierto era muy linda, pero no sé parecía a Pablo  o si?

- Es muy linda - volví a leer su nombre - Bustamante - susurré.

- ¿Estás bien? Sabes no se por que viniste, por tu cara te duele y mucho. - Pili y su capacidad de leer mi rostro.

- No quería estar a solas con Pablo y él tiene que estar aquí - me abrazo.

- Quieres un café - negué con la cabeza.

- ¿A dónde llevan a Camila? - dije.

- Marizza ven para que la conozcas - dijo Pablo, me tomo de la mano y me llevo a la habitación de Valeria.

- Pili, quédate conmigo, plis - dije.

- Claro aquí estoy, a lado tuyo - me dijo.

- Marizza ¿Quieres cargarla? - dijo Valeria.

- Si, bueno -  dude.

Tome a Camila en mis brazos era tan frágil, tan dulce y pequeña, comenzó a sonreír como lo hacen los bebés, tenía ojos cafés como Valeria y un cabello muy negro era precioso, pero Valeria era castaña supongo que se pintaba. Seguía sin verle un parecido con Pablo, pero supongo que estoy viendo mal.

- Es preciosa su nena - dije y mire a Pablo que estaba con una sonrisa y le pase a Camila. - perdón por la vista tan corta pero me tengo que ir, tengo cosas que hacer, cuídate Valeria y cuiden a Camila es preciosa. -

- No te preocupes, Mari gracias por venir - dijo Valeria.

- Marizza para ti - dijo Pilar. Y con eso salimos de la habitación. - Acompáñame a la cafetería quiero un sándwich -

- Vamos -

Llegamos a la cafetería y ella pidió su sándwich que venía con una salsa de aguacate me dieron náuseas muy fuertes y corrí al baño más cercano.

- ¿Estás bien? - dijo Pilar mientras me seguía. Llegué al baño y vomité. - Yo te sostengo el pelo -

Al salir me lave la boca.

- Gracias Pili - dije.

- Oye eso fue muy raro ¿Qué paso? - preguntó.

- No se, olí aguacate y me dieron náuseas, debe ser que no he comido bien en estos días - Pili solo asintió.

- Creo que sí sigues así hay que hacerte un chequeo. - me dijo.

- Cambiando de tema ¿Cómo estás?-

- Súper bien, con Tomi estamos muy bien y estamos pensando en vivir juntos pero no sé tú qué opinas - me dijo.

- Yo creo que ustedes se aman y deberías animarte, si no te gusta siempre se puede hacer algo, así que no te preocupes y no pierdas algo tan lindo por miedo - me puse triste otra vez.

- Sabes que si lo voy a intentar. Ahora ¿Cómo se lo digo a mi papá? - estaba preocupada y yo recordé a Dunoff.

- Ay ! Con palabras, así verás papi ya no voy a vivir aquí tengo casi 20 años y voy a independizarme o por último apóyate en tu mamá jajaja -

- Marizza esto es algo serio, pero voy a hacerte caso jaja - me dijo.

Después de pasar un rato conversando sobre todo me fui para la casa. Cuando llegué estaba mi mamá con Cande en la sala.

- ¿Dónde estabas ciela bella? - dijo mami.

- En el hospital, visitando a Camila -

- ¿Por qué no me dijiste nada? -

- Mamá pasaste todo el día con Cande que querías que te llame y que lleves a una nena al hospital - dije.

- Bueno tal vez tienes razón, ven aquí y dime ¿Cómo estás? - me senté a lado de ella.

- Mal, estoy cansada, ayúdame a sacármelo de la cabeza por favor - La abrace - me duele mucho - y llore - siento que me aferró a algo que no va a pasar nunca más. -

- Desahógate querida, el corazón tiene rienda suelta, nadie lo controla, el tiempo hará que superes esto poco a poco. - me dijo.

- Mami me voy a dormir, no quiero estar así, hoy día fue muy difícil, estoy cansada de todo, de caminar, de sentir, de llorar, de ilusionarme otra vez, de traicionarme a mi misma  - seguía llorando.

- ¿Qué pasó hoy? Cuéntame desahógate - me miró y sabía que debía contarle a alguien.

Después de acostar a Cande, le conté todo lo que pasó hoy, con lujo de detalles y después de llorar como media hora más me calme y me fui a dormir.

Mismo destinoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora