La doctora

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POV Marizza

Me preocupaba un poco la salud de Mía, estaba débil aún que intentará ocultarlo y lo comprobé hoy, cuando Manuel hablaba con Sabrina, no fuimos a cambiar de ropa y se mareo pero eso no es todo.

- Mía, yo ya te conté mi versión de la historia y es la verdad - dijo Sabrina.

- Eso no es cierto, no hicimos nada - dijo Manuel.

- Saben me tiene harta, quiero pasar una tarde de hermanas, hijas y casi cuñados. - dijo Mía.

- Yo también estoy, gracias Mía - dijo Pablo.

- a... Bueno me sirves un café - dijo Sabrina.

- A ver, esto no es cafetería y no entras en la clasificación de hermanas, hijas y casi cuñados — dije - así que  puedes retirarte.-

- Bueno, pero un café no te quita nada, en fin me voy tengo que ir a ver a alguien - y se fue, Mía cerró la puerta y casi se cae pero se sostuvo, estaba débil lo sabía, lo bueno era que hoy ella tenía cita.

- Bueno nosotras nos vamos - dije.

Salimos de la casa juntas y vimos que se subió a un carro negro, nosotras nos subimos al carro de Mía y la seguimos.

- Marizza estamos camino a la clínica ¿Por qué? - 

- Lo averiguaremos.-

Llegamos a la clínica de Mía, Sabrina bajo del carro y entro, nosotras nos demoramos un poco buscando parqueadero. Para espiar no servimos.

Entramos y preguntamos si la vieron y nos dijeron que tenía una cita con la doctora de Mía, la pregunta aquí era ¿Por qué? La vimos entrar dónde la doctora y nos escondimos y la esperamos hasta que saliera , cuando salió Mía se acercó a la puerta y yo quería seguirla.

- Marizza ven acá y escucha - dijo y me acerque, la doctora estaba llorando desesperadamente.

- ¿Por qué hay gente tan mala y vengativa? - gritó la doctora y se escuchó un estruendo ahí dentro.

- Voy a entrar - Mía abrió la puerta, encontramos a la doctora con la cabeza apoyada en el escritorio y sus cosas por el suelo.

- Mía ¿Qué hacen acá? - pregunto secándose la lágrima.

- Vinimos, por qué no vamos a poder venir a la cita de hoy y queríamos desplazarla, pero escuchamos un estruendo y decidimos en entrar ¿Se encuentra bien? - dije agachándome  para recoger las cosas.

- Si no sé preocupen, problemas personales. Mía que bueno que estás aquí, tomen asiento - eso hicimos.

- ¿Qué pasa? - pregunto Mía.

- Vamos a cambiar tu tratamiento vas a tomar esto una por día en ayunas - y le dio una caja.

- ¿Por qué? - pregunté.

- El tratamiento está yendo muy bien es necesario bajar la dosis y aquí están las nuevas pastillas que tiene que tomar -

- y con eso ya no me sentiré débil ¿Verdad? - la doctora asintió, bueno ya no había mucho de que preocuparse.

- Ahora váyanse a casa y no le digan a nadie que baje la dosis, se los suplico - dijo y nos saco de su consultorio casi a la fuerza.

- ¿Qué fue eso? - dije.

- No sé, pero algo me dice que es mejor que le hagamos caso - me dijo Mía y yo sentí así que fuimos a la casa.

Llegamos a casa y estábamos algo asustadas todo era muy raro Sabrina y la doctora, el cómo se comportó algo no encajaba del todo.

- ¿Dónde estaban? - dijo Pablo.

- Teníamos que hacer algo y ¿Manuel? - dijo Mía.

- Se fue hace un ratito lo llamo tú papá por algo de la empresa -

- Ahhh bueno, me llevo a Cande y ustedes tienen todo el día para estar juntos con Camí obviamente - dijo y se fue a su cuarto.

- ¿Cómo está ella? - dijo Pablo.

- Muy bien - me miró confundido - no me mires así, es cierto - me senté en sus piernas.

- Mi amor no es que me quejé, pero te sientas en mis piernas muy seguido ¿Por qué? - lo mire.

- Mi amor, estoy cansada todo el tiempo y estar contigo me relaja, pero sentarme en tus piernas... es como si mi cansancio se fuera tengo ganas de hacer todo y a la vez quedarme así contigo, supongo que en parte es por el embarazo - nos miramos y me besó con locura, con fuerza, con pasión, como si recamara mi cuerpo yo era suya y el era mío, me excite un poquito y le desabroché los tres primeros botones de la camisa.

- Para Marizza - me detuve y mire su pecho - Mirarme a los ojos - lo hice - Esto está mal - volví a ver su pecho - Marizza mírame a los ojos -

- No puedo Pablo - me baje de sus piernas y me puse de pie, pero seguí mirando su pecho.

- Basta, mírame a los ojos - se abrochó los tres botones y lo mire a los ojos. - ahora sí, Marizza estás embarazada -

- Lo se, vamos a ver a Camí ¿Dónde está? -

- En tú cama, dormida - y subimos, él entro al cuarto.

Yo estaba pensando en que esto iba a ser difícil para nosotros, éramos una pareja que en una época basó su relación en sexo y ya, no había lugar en dónde no lo hayamos hecho, aún recuerdo la primera vez que lo hicimos en un lugar prohibido en la cafetería del Elite way School.

Narrador omnisciente

- Tú eres una idiota, ellos ya están juntos otra vez y tú haces que te prohíban a la entrada a esa casa -

- Si ya se pero no todo está perdido, aún puedo conquistarlo, necesito que Canela siga siendo la adoración de él - dijo Valeria asustada.

- Camila idiota, en fin tu te vas a encargar de Pablo y yo de Manuel -

- Y yo ¿Qué hago? - dijo otra persona.

- Tu nada, encargarte de Marizza es mucho para ti -

- Yo colaboró, pero como se van a encargar de Marizza - preguntó Valeria.

- Por ahora nada, porque el pendejo este no pudo -

- Cállate que vos tampoco puedes con Manuel y más vale que tú - señaló a Valeria - Si puedas o tu hermanita va a estar tres metros bajo tierra - Ella solo asintió.

Mismo destinoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora