Se había estacionado justo enfrente de aquella mansión grande. Era de un color negro con tonalidades grises, siendo rodeado por muchos árboles. Una mansión fuera de la ciudad, pero en una zona escondida que casi nadie conocía. Solo Namjoon y los otros dos sicarios sabían de ella y claro también Kihyun, él se quedaba cargo cuando el dueño de la casa no estaba o salía de viaje.
Taehyung.
Bajó del auto y cerró la puerta detrás suyo. Caminó por el pequeño camino que daba a la puerta de la gran mansión y al llegar a esta, tocó suavemente tres veces. Guardó las manos en sus bolsillos observando el lugar suspirando pesado.
Hace ya casi cuatro semanas que no veía al sicario y mucho menos había tenido contacto con él. Asi que había decidido ir hasta su hogar, ya que no respondía las llamadas y mucho menos se aparecía por ningún lado.
¿Dónde mierda estaba?
Suspiró pesado y miró la puerta volviendo a tocar con más fuerza. Frunció leve el ceño cuando no se escuchó ningún ruido. Tomó aire y abrió la puerta sin importarle nada, tampoco era como si Taehyung llegara y le diera un plomazo en la cabeza solo por haber abierto la puerta así nadamás y entrar.
Aunque era claro que podía pasar.
Cerró la puerta detrás suyo y caminó por el largo pasillo que daba en toda la entrada. Llegó finalmente al centro de la mansión, dónde enfrente habían unas largas escaleras hacia arriba que tenía dos direcciónes; una a la derecha y otra a la izquierda. Observó detalladamente y caminó hacia otro pasillo donde estaba la sala principal con una gran televisión y un sofá negro. Habían grandes ventanas con cortinas blancas y uno que otro arreglo floral y plantas pequeñas.
Salió de ahí volviendo al centro de la mansión y caminó hacia el otro pasillo que daba a la cocina. Era amplia y lujosa, tenía estantes de vidrio y otros de madera dura y fina color blanco. Todo estaba limpio e intacto, así que salió de ahí y suspiro pesado volviendo al centro de la mansión.
—¡Vante!.—llamó pero nadie respondió y mucho menos hubo algún ruido.
Mordió sus labios y sacó su teléfono llamándole al sicario. Intentó tres veces llamarle pero nunca respondió. Guardó su teléfono y sin quedarle de otra subió las escaleras pesadamente siendo sus únicos pasos que resonaban.
—¡Kihyun! ¡¿Dónde estás?!.—gritó entrando por el lado derecho de las escaleras.
Caminó guardando las manos en sus bolsillos. Observó las tres habitaciones que estaban cerradas y luego las pinturas antiguas que habían sobre la pared. Una mesa pequeña alta con un adorno de cerámica de dos angelitos y una planta a un lado. Llegó al final del pasillo y se detuvo mirando fijamente a la pared.
Sabía que a un lado estaba el otro pasillo que daba a un lugar donde no debía entrar y mucho menos mirar.
El sótano.
Mordió sus labios nervioso y sin quedarle de otra, tomó aire y se dió la vuelta para regresar y salir de ahí, pero un ruido fuerte desde aquel pasillo le hizo detenerse de golpe y girar la vista.
Y ahi estaba Kihyun.
¿Que mierda hacia ahí adentro? Estaba prohibido y hasta el mismo Kim se lo había dicho, pero al parecer algo había para que lo dejara estar en ese lugar.
Pero Namjoon no tenía ni una puta idea de lo que estaba pasando.
Kihyun dejó las dos cubetas vacías sobre el suelo y sacó una caja grande de plástico que contenía la maleta de tela con todas las cosas que había usado el sicario. El bate de metal no estaba y la bolsa negra con la ropa llena de sangre de Jungkook estaba dentro de ella.
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𝐔𝐍𝐀𝐂𝐂𝐎𝐔𝐍𝐓𝐀𝐁𝐋𝐄 | Taekook
FanfictionUna mafia, un solo mundo, dónde todos desconfían de todos. Pero quién diría que un solo detalle cambiaría el mundo de todos por completo. Más asesinatos, más casos, más muertes, más complicaciones y sobre todo, más búsqueda masiva de cada líder de l...