𝐔𝐍𝐀𝐂𝐂𝐎𝐔𝐍𝐓𝐀𝐁𝐋𝐄 | Taekook

Capítulo 27.

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Este capítulo contiene escenas bastante explicitas y demasiado sensibles. Favor de ser discretos en toda la lectura hasta el final. Cómo bien se ha dicho, si este tipo de contenido no es de tu agrado o eres muy sensible, favor de retirarse o saltarse el capítulo. Esto es con la finalidad de que la historia no sea reportada y perjudicada.

Gracias.

Lentamente comenzó a despertar por los ruidos de dos personas hablando. Parpadeó un par de veces aclarando su vista y giró la cabeza hacia un lado observando los rayos de sol que entraban por la ventana. Al oír nuevamente aquellas voces giró su cabeza. Observó a Xia hablar con otra mujer que parecía algo inquieta mirando hacia los lados fuera de la habitación.

Bostezó llevando una mano a su cabeza sintiendo un ligero malestar.

—Está bien, nos vemos pronto.—dijo la mujer cerrando la puerta.

En cuánto se dió la vuelta notó a Jungkook ya despierto, por lo que, se asustó un poco por la repentina sorpresa.

—Ya estás des...—se detuvo un momento.

Jungkook la observó algo incómodo por qué ya había pasado un determinado tiempo que la mujer no le hablaba o incluso lo trataba indiferente desde que lo había visto con el sicario de aquella forma.

—Lo estoy.—contestó restándole importancia.

La mujer observó como Jungkook desviaba la mirada hacia la ventana y luego examinando la habitación como si buscara la presencia de aquella persona.

"No preguntes por él."

Sé dijo mentalmente rogando que no lo hiciera.

—¿Dónde está está?.

Y lo hizo.

Suspiró pesado caminando hacia la mesa acomodando un par de cosas que había traído para que Jungkook se duchara.

—Está enfermo.—respondió.

—¿Enfermo?.—frunció el ceño al escuchar aquello.—¿Cómo es que...-?

Después de haberse quedado dormido en los brazos del sicario, no recordaba mucho porque el sueño lo había consumido por completo. Sólo recordaba haber sentido movimientos y una que otra voz. Incluso que algo lo había envuelto en algo muy cálido.

Sus brazos.

Suspiró pesado sentándose sobre la camilla y frotándose la sien.

—¿Qué es lo que tiene?.—cuestionó mirando las cosas de la mesa.

—No lo sé, sólo dijo que se sentía mal.—respondió recordando la noche anterior.—Te trajo en sus brazos. Estabas bien dormido y te dejó sobre la cama con aquella manta.—señaló.

Jungkook desvío la mirada hacia abajo notando una manta color celeste de algodón. El gorro que tenía puesto el día anterior se encontraba sobre la pequeña mesa al igual que el barbijo. Era extraño que de la nada el sicario lo dejara en buen estado después de que se haya quedado dormido. Esperaba de todo; ser golpeado o despertado bruscamente por los gritos del mayor o incluso ser tocado indebidamente.