(⚠️⚠️⚠️⚠️)
Este capítulo contiene violencia, armas, torturas, escenas explícitas y temas delicados; como abuso infantil y tráfico de personas. Se pide la manera más amable que si este tipo de contenido no es de tu agrado, favor de retirarse o saltarse el capítulo. Esto es con la finalidad de que la historia no sea reportada o perjudica.
Gracias.
El sonido de la alarma del teléfono lo sacó de su profundo sueño, la cuál, marcaba las 5 AM. Estiró su brazo aún somnoliento y apagó el aparato con la intención de dormir cinco minutos más, pero todo se vió interrumpido cuando sintió aquella cabellera suave rozar su mejilla. Abrió los ojos observando el blanco techo y bajó la mirada observando al responsable de aquello.
Jungkook se encontraba durmiendo profundamente a su lado débil y herido. Parecía tan cómodo junto al cuerpo del sicario qué parecía no querer despertar y aunque quisiera hacerlo, los sedantes no lo dejarían tan fácil. Lo miró por un par de minutos y luego notó aún la oscuridad de la habitación. La luz del sol aún no entraba por la ventana, más que solo la claridad poco visible que informaba que dentro de una hora el cielo estaría en su esplendor y el sol pegando fuerte como nunca.
Soltó un suspiro pesado llevando su mano a la cabeza de Jungkook enterrando sus dedos ahí dejando una que otra caricia y esas ganas de apretarle fuerte el cabello y comérselo.
Y si, sonaba enfermo.
Relamió sus labios y tomó asiento frotándose el rostro olvidando la pequeña herida en el labio que le hizo fruncir el ceño. Se tocó suavemente la zona herida y sonrió poco de lado observando a Jungkook.
—Me las pagarás muy bien, lindo Jeon...—susurró observando el rostro pacífico y sin brillo del menor
Cómo le encantaba.
Bajó de la cama y salió de la habitación quitando el seguro. Observó a Jay dormir plácidamente en el sofá donde le había permitido pasar la noche. Ese chico no le daba mala espina, pero en cierta parte le parecía extraño a pesar que lo conocía muy bien así como a Kihyun.
Se dirigió a la cocina y abrió el refrigerador para sacar un bote grande de jugo y colocarlo sobre la isla. Tomó un vaso de vidrio y vertió en este el líquido dulce. De un solo trago se bebió todo sin respirar un segundo y se relamió los labios dejando el vaso a un lado. Hacía un frío infernal y no lo negaba, pero para alguien como él, no era nada. No era como Jay que tenía tres cobijas encima y un gorro puesto.
Volvió a la habitación tomando la toalla y caminó hacia el balcón notando los cristales empañados, notando que efectivamente afuera había un frío intenso. Era extraño, ya que hacía más frío de lo normal. Tal vez la temporada de invierno había llegado antes. Suspiró dándose la vuelta y caminó hacia Jungkook. Tomó una cobija suave y gruesa de algodón, y la extendió sobre el cuerpo del contrario. Jungkook comenzó a temblar levemente al sentir aquella calidez que el sicario le había brindado con tal acción.
—Ah...hijito de puta.—susurró mirándolo.
Su mente maquinaba pensamientos sin parar y con solo pensar la última ocasión que tomó a Jungkook, le daban esas ganas de volver hacerlo. Pero entendía que se le había pasado la mano nuevamente y tenía que esperar que el muchachito se recuperara.
No tenía de otra.
Sin más, se dirigió al baño dónde dejó la puerta media abierta con la vista a Jungkook y aunque no lo pareciera, lo vigilaba. No era ningún tonto y de cierta forma sabía que habían posibilidades que Jungkook despertara a pesar de tener sedantes.
ESTÁS LEYENDO
𝐔𝐍𝐀𝐂𝐂𝐎𝐔𝐍𝐓𝐀𝐁𝐋𝐄 | Taekook
FanfictionUna mafia, un solo mundo, dónde todos desconfían de todos. Pero quién diría que un solo detalle cambiaría el mundo de todos por completo. Más asesinatos, más casos, más muertes, más complicaciones y sobre todo, más búsqueda masiva de cada líder de l...