Especial Año Nuevo.

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Recuerden poner mucha atención.
















Cinco años antes






Su respiración era errática. Negaba con la cabeza una y otra vez con el auto a toda velocidad. Aquella voz la dejó de escuchar cuando decidió tomarse más de dos pastillas enteras de su dosis. Era de noche y las calles estaban totalmente en silencio. Iba a toda velocidad presionando con fuerza el volante hasta que sus nudillos se tornaran blancos. Le estaba cabreando y el enojo lo estaba carcomiendo sin parar. Su sangre hervía porque todo el puto esfuerzo que hizo para que la voz dueña de aquel cuerpo quedara enterrada en lo más profundo de su mente, se había ido a la maldita mierda.

Jadeó de dolor al sentir aquella fuerte punzada en la cabeza casi perdiendo el control del volante. La puta suerte no estaba de su lado, por qué comenzó a llover. El cielo comenzó a retumbar y uno que otro relámpago se hacia presente. Su vista comenzó a ser borrosa y apretó los ojos fuerza. Más que dolor, sentía enojo. Estaba que sacaba humo de la cabeza y las orejas las sentía calientes por la fuerte emoción de enojo.

Le estaba valiendo mierda y sin dudar iba a terminar con todo. Si no lograría nunca tener ese cuerpo y mente bajo su potestad, entonces nadie se lo quedaría y menos el protagonista de aquel cuerpo.

"¡BASTA! ¡DETENTE!."

Escuchó.

Apretó los dientes riendo sin gracia alguna soltando varias lágrimas de impotencia. Comenzó a llover con más fuerza y los cristales del auto comenzaron a llenarse de gotas de lluvia. No se molestó en ningún momento en activar los parabrisas para retirar las gotas de los cristales para visualizar el camino. Simplemente no lo hizo. Era más su enojo y frustración porque aquella voz estaba teniendo control de aquel cuerpo nuevamente. No quería y no lo iba a permitir.

Tragó duro acelerando a toda velocidad. El motor del auto se escuchaba con fuerza y los chirridos de las llantas resonaban. Las lágrimas comenzaron a fluir por sus mejillas. Un nudo se le había formado en la garganta sintiendo sus manos temblar. El aire le faltaba y sentía como su vista comenzaba a nublarse.

"¡NOS VAS A MATAR! ¡YA DETENTE!."

Y su pie aceleró con más fuerza.

Le gustaba la maldad. Todo lo que tenía que ver con lastimar a alguien más, le fascinaba. Sus deseos más profundos eran insanos y perversos. Había tomado ese cuerpo puro y tan inocente por la mente tan amplia y limpia que tenía. Sin embargo, desde aquel suceso, fue que logró ser creado por aquel infante indefenso de solo seis años. Y no dudó en tomar el control total. Le encantaba ser posesivo, poderoso y malvado.

"¡Basta! ¡PARA CON ESTO!".

Negó con fuerza. En un abrir y cerrar de ojos un estruendoso ruido se enterró en sus oídos. Todo se volvió oscuro y sonrió sintiendo esa oscuridad, pero, desde el fondo habían gritos internos y un dolor punzante. Perdió el control del auto y las llantas derramparon por completo por el pavimento mojado. El auto rodó con fuerza y dando un fuerte impacto destrozándose.

Miedo.

Si, ese sentimiento de temor y miedo, no eran suyos, si no, de aquella voz. Sabía y estaba muy consciente que ese cuerpo no era suyo, pero tenía el control sobre él. Los medicamentos los odiaba y solo quería llenarse de más sangre inocente en sus manos. Le encantaba ese bajo mundo, donde la mayoría tenía poder y mucho dinero. Quería todo. No dudó en aquel entonces aceptar aquella oferta de aquel hombre en el centro psiquiátrico. Pero, era claro que aquella oferta no fue aceptada por el dueño de ese cuerpo.

"D-duele..."

Escuchó.

Si, dolía mucho. El olor a gasolina era fuerte y los vidrios insertados en la espalda también. No tenía movilidad y le dolía mucho respirar. La sangre le escurría de la boca y un dolor punzante en el pecho ardía.

"P-porque hiciste...esto."

Aún estando en aquel estado grave, sonrió entre dientes mostrando estos llenos de aquel liquido metálico.

—P-por que...—apenas y podía hablar.—T-te...detesto.—el pecho le ardió.

"V-vante...por favor."

Cerró los ojos sintiendo como las lágrimas empezaban a caer.

—L-lo...—los latidos de su corazón eran débiles.—Q-quiero...—la respiración se le cortaba.—T-todo...Taehyung.

Lo quería todo. Su mente, alma y cuerpo. Sabía muy bien que él no existía y solo era una simple personalidad creada por un pequeño chiquillo de solo seis años que había sufrido las peores atrocidades de la vida.

Kim Taehyung.




























Nota del autor:

Mis bellos lectores.
¿Cómo están? Espero que estén bien cada uno de ustedes y la hayan pasado muy bien este año nuevo con sus seres queridos y con las personas que más aman en este mundo. Feliz año nuevo a todos y espero que tengan un 2023 increíble lleno de muchas bendiciones y logren todo lo que se propongan.

Aquí les dejo este especial de año nuevo de Unaccountable, que sé que debí de haber subido ayer, pero, por cuestiones de trabajo y un pequeño accidente que tuve en las manos no pude hacerlo. Así que espero les haya gustado y sobre todo gracias por apoyar la historia. No saben cuánto se los agradezco, por qué me hacen saber que mi esfuerzo y dedicación no es vano.

Sin más que decir, los amo🤍

𝐔𝐍𝐀𝐂𝐂𝐎𝐔𝐍𝐓𝐀𝐁𝐋𝐄 | TaekookDonde viven las historias. Descúbrelo ahora