Parte 25

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Narra Valentina

Me despierto y siento la mano de jj en mi cintura, definitivamente tome la decisión correcta. Veo mi celular y tenia mensajes de Sarah y kie a los que los respondí. Me moví sin despertar a jj, me dirigí hacia el estante en donde estaba la cartera que traje ayer con ropa (una remera oversized unos shorts y ropa interior)

Voy hacia la ducha y me bañe. Me visto y salgo. No me había lavado el pelo Asique fue una ducha rápida. Ordeno la ropa de ayer la cartera y voy hacia la cocina. Veo a Kie y a Pope besándose. Se separan cuando me ven

Yo: lo siento... no quería interrumpir
Kie: no.. no- nerviosa- está bien, nosotros no estábamos besándonos
Yo: tranquila amiga
Pope: de hecho si- reimos
Kie: lo siento que no te haya contado, te lo iba a contar..
Yo: amiga.. esta bien- sonreímos- y me alegro por ustedes
Pope: necesito café- camino hacia la máquina de café y nos lo preparo

Kie y yo cortábamos fruta y hacíamos los pancakes. John b se levanto.

John b: buenos días - se sentó en la mesa
Pope: cómo estás bro?
John b: con dolor de cabeza
Kie: el alcohol
Reímos
JJ: buenos días- se sentó en la mesa

Nos sentamos todos y desayunamos. Hoy era el cumpleaños de Jhon b y Valentina había pasado toda la tarde junto a. JJ. Asique Valentina se despidió de los demás y fue a la casa de Sarah a prepararse.

Valentina se miró en el espejo una última vez, ajustando el top corset negro que resaltaba su figura y la hacía lucir increíble. Combinó el look con una falda de jean desgastada y sus infaltables botas, dándole ese toque entre rebelde y sofisticado que la caracterizaba. Sabía que la noche sería larga y que en la fiesta de John B se encontraría con todos: tanto los kooks como los pogues. Aunque esos grupos vivían en mundos separados, las fiestas de John B, quien esa noche cumplía 20 años, siempre lograban juntar a ambos lados de la isla.

Sarah, su prima, bajó las escaleras lista, y juntas se dirigieron hacia la casa de John B. El camino estuvo lleno de risas y de música sonando a todo volumen en el auto, preparándose para lo que prometía ser una noche inolvidable. Al llegar, la casa ya estaba llena de jóvenes, luces colgando en el jardín y música que retumbaba a lo lejos. Las voces y las risas se entremezclaban, creando una energía única.

Cuando entraron al salón, Valentina sintió el ambiente cargado de emociones, y al instante sus ojos buscaron a JJ. Allí estaba, sentado en uno de los sillones, riendo con sus amigos mientras sostenía una cerveza en una mano y un porro en la otra. Su cabello despeinado y la despreocupación con la que vivía cada momento lo hacían ver increíble, como siempre.

JJ la notó enseguida y se inclinó hacia adelante con una sonrisa despreocupada y los ojos brillantes de entusiasmo. "¡Ahí está mi chica!" exclamó, mirándola con esa mezcla de diversión y admiración. Valentina sonrió y, aunque sentía los ojos de varias personas sobre ella, caminó con confianza hacia él, sintiendo cómo el pulso se le aceleraba.

Valentina llegó hasta donde JJ estaba sentado, sintiendo su mirada fija sobre ella y la sonrisa que siempre lograba desarmarla. Apenas estuvo a su lado, JJ se levantó y, sin importarle que todos miraran, la rodeó con sus brazos. La levantó ligeramente mientras gritaba con una risa divertida:

"¡Definitivamente la mujer más hermosa de todo Outer Banks!"

Ella sintió el calor de sus mejillas y no pudo evitar reírse, un poco avergonzada, pero al mismo tiempo emocionada. JJ era como un torbellino, siempre tan despreocupado, y en ese momento, todo el mundo parecía reducirse a ellos dos. JJ la miró por un segundo, con esa intensidad que solo él tenía, y luego la besó, un beso profundo y lleno de complicidad que la hizo olvidarse de todo a su alrededor.

Verano en Outer banks Donde viven las historias. Descúbrelo ahora