Capitulo 59

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Una semana después, Harry se encontraba en su casa, rodeado por su familia. La velada había comenzado tranquila, pero cuando Anne levantó su copa para hacer un brindis, todo cambió. Con una sonrisa en el rostro, ella les anunció la noticia.

Anne: Quiero que todos sepan algo... Ryan y yo hemos decidido casarnos a fin de año. —dijo con una sonrisa, mirando a sus hijos. Es un paso muy importante para nosotros.

Gemma saltó de la alegría, gritando emocionada y abrazando a su madre. Gemma: ¡Oh, mamá! ¡Qué feliz por ustedes!

Marcel y Harry, por otro lado, se miraron en silencio, sin mostrar demasiada emoción. Mientras la familia celebraba, ellos dos parecían distantes, procesando la noticia de manera diferente. Harry, en particular, no podía evitar sentirse molesto. Aunque intentó disimularlo, la idea de que su madre se casara con Ryan tan rápidamente lo dejaba inquieto.

Harry levantó su copa y, de manera seca, felicitó a su madre.

Harry: Felicitaciones... —dijo sin entusiasmo, mirando su copa en lugar de a su madre.

Anne, aunque notó la falta de entusiasmo de su hijo, decidió no hacer un comentario al respecto en ese momento. La cena continuó, pero para Harry, la noche ya estaba arruinada. No podía dejar de pensar en cómo todo esto avanzaba rápidamente, cómo su madre parecía tan feliz con Ryan, mientras él aún procesaba sus propios sentimientos. La mezcla de celos y frustración lo mantenía tenso.

Cuando la cena terminó, Harry se retiró sin decir una palabra más. Subió las escaleras de la casa y se encerró en su habitación. Cerró la puerta con fuerza y, una vez dentro, comenzó a golpear y romper todo lo que estaba a su alcance: la lámpara de su mesa de noche, las sillas, incluso algunos cuadros en las paredes. No podía contener su ira.

Anne, al escuchar el estruendo desde el piso inferior, se preocupó y decidió actuar rápido. Sin perder tiempo, tomó su teléfono y marcó el número de Valentina. Ella sabía que Harry, en estos momentos, necesitaba más que nunca a alguien que lo entendiera.

Anne: Valentina... Harry está fuera de control. Necesito que vengas... por favor. —dijo, con tono angustiado.

Valentina, que había estado durmiendo tranquila en su casa, se despertó sobresaltada al escuchar el teléfono. Al ver quién llamaba, se levantó rápidamente. Había sentido que algo así podría suceder, aunque nunca imaginó que sería tan pronto.

Valentina: Anne, ¿qué pasó? —preguntó preocupada.

Anne: Es Harry... está completamente fuera de sí. Por favor, ven. Necesito que lo ayudes.

Valentina, sin dudarlo, se vistió rápidamente y salió de su casa en dirección a la casa de Harry. Mientras conducía, pensaba en lo difícil que había sido para él aceptar el compromiso de su madre con Ryan. Sabía que Harry necesitaba apoyo, y que no había nada que pudiera hacer para evitar que él pasara por ese momento difícil, pero estaba dispuesta a estar a su lado.

Al llegar, Anne la recibió en la puerta, con una expresión de angustia. Anne: Por favor, Valentina, entra...

Valentina entró a la casa con el cabello despeinado y la cara de sueño. Su jean ajustado y el buzo oversized no la hacían ver menos impresionante, aunque su expresión cansada contrastaba con la elegancia natural que siempre tenía. Caminó rápidamente, sin perder el paso, hacia las escaleras, aún medio dormida, pero con la preocupación reflejada en su rostro.

Abajo, en el comedor, Ryan estaba sentado junto con Gemma y Marcel. Ryan miraba en silencio, consciente de lo que acababa de ocurrir, mientras Gemma intentaba tranquilizar a su hermano.

Gemma: Mamá no está feliz con cómo se ha comportado Harry, Ryan. —dijo, intentando restarle tensión a la situación. Solo está pasando por mucho, no es nada personal.

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