Capitulo 45

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La luz del amanecer se filtraba suavemente por las ventanas de la casa de Valentina, iluminando el caos que había quedado tras la fiesta. JJ estaba en la cocina, sin camiseta y con el cabello despeinado, moviéndose con una confianza que parecía indicar que sabía exactamente lo que estaba haciendo. Aunque, claro, el desastre de migajas y utensilios por toda la mesada contaba otra historia.

Valentina, con una camiseta de JJ que le quedaba grande y unas calcetas largas, se acercó a la cocina con una sonrisa somnolienta. Se apoyó en el marco de la puerta y lo observó, cruzando los brazos.

Valentina: (divertida) ¿Qué estás haciendo, chef improvisado?

JJ: (sin voltear, concentrado en su tarea) Sándwiches express, mi amor. Con un toque especial de JJ Maybank.

Valentina se acercó, mirando cómo intentaba balancear los ingredientes. Había pan tostado, algo de queso derretido y un intento de colocarle lechuga que parecía más una decoración que un ingrediente.

Valentina: (riendo) Eso no parece un toque especial. Parece un toque de caos.

JJ: (haciéndose el ofendido) ¡Oye! Este caos tiene estilo.

Ella negó con la cabeza y se sentó en la barra de la cocina, sus piernas balanceándose mientras lo observaba. JJ terminó el primer sándwich y lo colocó con orgullo frente a ella, haciendo una pequeña reverencia.

JJ: (serio) Madame, su desayuno está listo.

Valentina: (tomando el plato) ¿Y qué pasa si no está bueno?

JJ: (cruzándose de brazos) Bueno, entonces no soy un chef. Pero no te preocupes, soy mejor en otras cosas.

Ella lo miró con una ceja levantada, pero no dijo nada. Probó un bocado y sonrió.

Valentina: (con la boca llena) Ok, ok... no está tan mal. Podría acostumbrarme a esto.

JJ: (sonriendo de lado) ¿Ves? Sabía que te iba a gustar.

Él se preparó otro sándwich mientras charlaban, entre risas y bromas. Valentina estaba segura de que JJ tenía una habilidad especial para hacer que los momentos simples se sintieran extraordinarios. En ese momento, con el sol saliendo y el sonido de los pájaros de fondo, no necesitaban nada más.

La tarde era tranquila en la casa de las primas Cameron. Valentina estaba recostada en el sofá con un libro en las manos, mientras Sarah y Kiara hojeaban revistas en la mesa de centro. El ambiente era relajado, hasta que Kiara, distraída en su celular, soltó una exclamación que rompió la calma.

Kiara: ¡Oigan, miren esto!

Valentina levantó la vista, curiosa. Sarah giró la cabeza desde donde estaba sentada.

Kiara: Cassidy acaba de subir una historia a Instagram. Están haciendo carreras de motos en la playa... –hizo una pausa para deslizar a la siguiente historia, y entonces los tres chicos aparecieron en la pantalla–. ¡Miren eso! ¡Son Rafe, Topper, Kelce... y ahí están Jhon B y JJ!

Sarah: ¿Qué? ¡¿Qué demonios?! –Sarah se levantó rápidamente y se acercó a Kiara para mirar más de cerca el teléfono–. Jhon B me dijo que iban a pescar. ¡¿PESCAR?!

Valentina: –poniendo su libro a un lado y acercándose también– ¿Qué...? ¿Me estás diciendo que JJ está en esas carreras de motos? –Su tono cambió drásticamente al ver a su novio en la pantalla, montado en su moto con esa sonrisa que ella conocía demasiado bien.

En el video, se veían las apuestas intercambiándose entre risas, gritos y motores rugiendo. Cassidy enfocaba el rostro de JJ por unos segundos mientras él se colocaba el casco.

Verano en Outer banks Donde viven las historias. Descúbrelo ahora