Capitulo 65

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Era una noche fresca cuando Kiara invitó a Valentina y Sarah a cenar a uno de los restaurantes más exclusivos de Outer Banks. Valentina, siempre con su estilo único, eligió un vestido negro corto que resaltaba su figura y una campera de cuero oversized que le daba un aire relajado pero sofisticado. Las botas negras completaban el look, y su presencia brillaba con una belleza despreocupada, como si no le importara nada ni nadie. Sarah, al igual que ella, vestía con estilo, pero Valentina siempre lograba destacar en cualquier lugar al que fuera.

Cuando llegaron al restaurante, Kiara ya estaba dentro, esperando en la mesa. Valentina y Sarah caminaron hacia la entrada, y mientras lo hacían, Valentina notó algo que la hizo detenerse por un segundo. Al fondo, en una mesa cercana, estaban Anne, Ryan, Harry, Marcel y Gemma, el grupo que compartía la mesa como si nada hubiera pasado. Su ex suegra, su ex, y los hermanos de Harry estaban allí, conversando entre ellos con una aparente normalidad. La visión de Harry hizo que Valentina sintiera un pequeño nudo en el estómago, pero lo disimuló rápidamente.

Aunque la tentación de girarse y evitar el encuentro era grande, Valentina respiró hondo, levantó la cabeza con seguridad y, con una sonrisa educada, saludó a Anne y a los demás. "Hola, ¿cómo están?", dijo con tono cordial, sin mostrar el malestar que sentía por dentro. Los saludó brevemente y continuó caminando hacia su mesa sin dejar que su compostura se viera afectada.

Ryan levantó la vista, pero Harry ni siquiera se movió. Marcel y Gemma sonrieron y saludaron, pero la tensión en el aire era evidente para Valentina. No quería hacer una escena ni quedar atrapada en esa red de sentimientos complicados, así que se centró en lo que estaba por delante. Caminó hacia la mesa de Kiara y Sarah, pero en su mente no podía dejar de pensar en lo incómodo de la situación. Sin embargo, intentó no mostrarlo y se sentó con elegancia, como si nada de eso tuviera impacto sobre ella.

Valentina se sentó en la mesa, mirando de reojo a la mesa donde estaban Anne, Ryan, Harry, Marcel y Gemma. La incomodidad crecía en su pecho, pero trató de mantener la calma. Miró a Kiara y, con una sonrisa sarcástica, le dijo:

— Kiara, ¿no querías elegir otro restaurante? Este parece tener una clientela... interesante —dijo, refiriéndose a la mesa cercana con una ligera mueca.

Kiara levantó una ceja, sin entender del todo, pero rápidamente se dio cuenta de lo que pasaba. Miró a Valentina, luego a la mesa de Harry, y se echó a reír.

— Oh, Val, no te hagas. Es solo una coincidencia —respondió, intentando restarle importancia al asunto.

Sarah, que estaba sentada a su lado, observó a Valentina con una sonrisa curiosa.

— ¿Te sientes incómoda? No pasa nada, ¿verdad? Ellos no te van a morder. —dijo Sarah con tono bromista, buscando relajar el ambiente.

Valentina sonrió, pero su mirada seguía fija en la mesa de los demás. Aunque intentaba ser despreocupada, no podía evitar la molestia que le causaba esa situación. Sin embargo, trató de hacer lo que mejor sabía: ocultar lo que sentía.

— No, claro que no. Solo... no pensaba que me iba a encontrar con todos aquí —respondió, tratando de cambiar el tema mientras se acomodaba en su asiento y miraba el menú.

Kiara notó que Valentina no estaba del todo tranquila, pero decidió dejarlo pasar por el momento.

— Bueno, ya estás aquí, ¿no? A disfrutar de la noche. Vamos a olvidarnos de ellos y disfrutar de la comida —dijo Kiara, haciendo un brindis con su copa en alto.

Valentina levantó la suya, con una ligera sonrisa, y se unió al brindis, aunque su mente seguía viajando hacia la mesa que acababa de dejar atrás.

Valentina, como era su costumbre, pidió su plato favorito: pasta. No le importaba que el ambiente estuviera lleno de tensión o que la mesa de al lado estuviera tan cerca. Ella necesitaba su comodidad, y la pasta siempre era su solución. Cuando el camarero llegó para tomar sus órdenes, no dudó ni un segundo.

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