Capitulo 61

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Valentina miró a Harry con una mezcla de preocupación y diversión mientras él intentaba mantenerse de pie, claramente borracho, tambaleándose y sonriendo como si no tuviera cuidado en el mundo. Ella sabía que él había tenido un buen rato en la fiesta, pero también se preocupaba por él, ya que estaba un poco más allá de lo que debería.

Valentina: Quédate quieto, Harry... No vas a caer al suelo, ¿verdad? —le dijo, intentando mantenerlo equilibrado mientras le quitaba la camisa.

Harry se rió con su tono serio y perezoso.

Harry: Ayúdame también con el cinto y el botón del pantalón... —dijo, mirándola con una sonrisa pícara y casi provocativa, como si estuviera disfrutando de la situación más de lo que debería.

Valentina, sin dejar de mirarlo, suspiró mientras intentaba quitarle el cinto, y aunque él le ofreció un pequeño apoyo al intentar que ella lo desabrochara, lo único que hacía era hacerle más difícil el trabajo.

Valentina: Harry... no hagas esto más difícil, por favor... —murmuró, entre risas mientras tiraba de su camisa y trataba de ayudarlo a desprenderse de los demás detalles de su traje.

A pesar de lo borracho que estaba, Harry se mantenía juguetón, disfrutando de la atención de Valentina, como si estuviera demasiado relajado para preocuparse por algo más.

Harry: ¿Sabes qué? Me siento raro sin mi ropa de fiesta... pero mucho mejor en tus manos. —dijo con tono perezoso y una sonrisa traviesa en su rostro.

Valentina, al escuchar esto, soltó una ligera carcajada mientras finalmente lograba desabrocharle el pantalón.

Valentina: Vas a estar bien, Harry... No haré nada hasta que te pongas cómodo, promesa. —le dijo suavemente mientras terminaba de ayudarlo a ponerse más cómodo.

Finalmente, después de un rato, Harry estaba lo suficientemente cómodo en la cama, ya sin el traje ni el cinto, pero todavía con una mirada divertida y un toque de emoción por el vino y el whisky. Valentina se quedó junto a él, asegurándose de que estuviera en buenas manos.

Valentina: Tú te vas a quedar aquí descansando y vas a beber mucha agua, ¿entiendes? —le dijo, tocándole el rostro de manera dulce mientras le daba un beso en la frente.

Harry: Lo sé, lo sé... sólo quédate conmigo. —respondió él, su voz sonando relajada y un tanto adormecida por el alcohol.

Valentina, con una sonrisa, se recostó junto a él, dándole un último beso en la mejilla, sin dejar de sentirse agradecida de que todo hubiera terminado bien después de una noche tan intensa.

Al día siguiente, Valentina se despertó con una ligera sensación de mareo. Miró a su alrededor y se dio cuenta de que estaba en la cama, acurrucada junto a Harry. Él seguía profundamente dormido, su respiración tranquila y su rostro sereno, ajeno a la hora. Valentina se incorporó lentamente y miró el reloj de su celular: 6:00 de la tarde.

¡Wow! pensó, sorprendida. Habían dormido mucho después de la fiesta, probablemente por el cansancio y la bebida de la noche anterior. La boda de Anne había sido increíblemente emotiva, pero también había dejado huella en todos, especialmente en Harry.

Miró a su alrededor, aún con la cabeza medio nublada por el sueño, y se dio cuenta de que la habitación estaba en silencio, solo el sonido de su respiración y el suave murmullo de la ciudad afuera se colaba por la ventana. Valentina sonrió al ver a Harry, tan relajado y vulnerable mientras dormía. Aunque el día anterior había sido una montaña rusa de emociones, ese momento de tranquilidad junto a él valía la pena.

Decidió no despertarlo inmediatamente. Se levantó con cuidado de la cama, sin hacer ruido, y se fue hacia la ventana. El sol de la tarde se colaba entre las cortinas, iluminando la habitación de manera cálida. Respiró profundo, disfrutando del momento de calma antes de enfrentarse a la realidad del día.

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