Valentina sacó su celular del bolsillo y lo desbloqueó, buscando algo en qué distraerse mientras seguía apoyada contra el auto de Harry.
Abrió Instagram automáticamente, como un reflejo, y empezó a deslizarse por el feed. Las fotos de amigos, conocidos y cuentas aleatorias llenaban la pantalla. Una publicación tras otra, ninguna lograba captar realmente su atención.
Sus dedos regresaron a Instagram, esta vez buscando en las historias.
De repente, una foto apareció en la pantalla que la hizo detenerse. Era una de las publicaciones recientes de Zayn: una imagen grupal tomada más temprano en la fiesta. Harry estaba al centro, sonriendo ampliamente con un brazo alrededor de Niall y el otro levantando una botella. Valentina se quedó mirando la foto por unos segundos más de lo necesario, notando los detalles: su sonrisa deslumbrante, su camisa un poco desabotonada y su postura relajada. Se veía tan despreocupado, como si nada lo atormentara.
Cerró los ojos un segundo, dejando escapar un suspiro pesado, y se llevó una mano al rostro. "¿Por qué yo no puedo sentirme así de tranquila? ¿Por qué siempre estoy pensando tanto las cosas?"
Decidió pasar a su galería de fotos. Las imágenes de ella y Harry empezaron a aparecer: selfies casuales en casa, fotos de alguna de sus citas, y una en particular que la hizo detenerse. Era de la primera vez que habían salido juntos a comer hamburguesas. Harry estaba haciendo una mueca graciosa, mientras ella lo miraba de reojo, sonriendo de verdad.
Valentina sonrió con tristeza, recorriendo la pantalla con el dedo para ver más fotos. Todas esas imágenes contaban la historia de momentos felices, simples y llenos de cariño. Pero luego, un pensamiento le cruzó la mente: "¿Cuánto de eso sigue siendo real? ¿Y cuánto estoy idealizando?"
Mientras seguía mirando las fotos, el eco de las palabras de Camille volvió a resonar en su mente. Su pecho se apretó, y de repente sintió la necesidad de hablar con alguien. Pero ni siquiera sabía con quién. Guardó su celular con un movimiento brusco y volvió a apoyar la cabeza contra el auto, cerrando los ojos un momento.
La música de la casa sonaba lejana, los ecos de risas y conversaciones flotaban en el aire, pero ella estaba atrapada en su propia burbuja de pensamientos. Su mano rozó automáticamente el vaso de agua que había dejado sobre el capó del auto, pero ni siquiera se molestó en beberlo. Había algo en su pecho que no podía sacudirse. Algo que ni el agua ni las fotos podían aliviar.
Valentina permaneció allí, con los brazos cruzados y la mirada perdida. El aire fresco de la noche la ayudaba a despejarse un poco, pero no podía sacarse las palabras de Camille de la cabeza.
"Harry no te pidió ser su novia porque no está seguro de ti. Lo mismo que hizo conmigo..."
Esa frase la estaba desgastando. Intentó convencerse de que Camille solo quería provocarla, pero una pequeña parte de ella, la que más temía, no podía dejar de pensar si había algo de verdad en eso.
Suspiró profundamente, volviendo a recargar su espalda contra el auto de Harry, esta vez con los brazos sobre su pecho, como si intentara protegerse de sus propios pensamientos. La música y las voces de la fiesta seguían flotando a la distancia, pero todo parecía distante, como si estuviera en un mundo aparte.
Justo entonces, un sonido de pasos la sacó de su ensimismamiento. Levantó la mirada para ver a Louis acercándose de nuevo, con las manos en los bolsillos y una sonrisa ligera en el rostro.
—¿Sigues aquí afuera? Pensé que ya habías regresado a la fiesta —comentó Louis, deteniéndose frente a ella.
—No, necesitaba un momento —respondió Valentina, encogiéndose de hombros.
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Verano en Outer banks
Roman d'amourLa prima de Sarah Cameron llega a outerbanks, gracias a que sus padres no la pueden tolerar mas. De castigo la mandan a esa isla y conoce a nuevas personas.