CAPÍTULO XVII (EL MURO)

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Estamos en Los Ángeles, Eddie ha insistido en quedarnos en un hotel donde cobran carísima la noche, y aunque le mostré otros más baratos no me hizo caso.

He decidido que solo por este fin de semana, disfrutaría a la vida que renunciaría, a la vida que deseo, pero que por motivos del destino no podré tener.
Mientras nos establecemos en la habitación me gusta fantasear con el hecho de que hemos decidido irnos de vacaciones, que solo somos una pareja joven disfrutando de la vida.

Le he avisado a mi madre que me quedaría el fin de semana aquí, la idea tampoco era desaparecer y que después todo se confundiera.

—Sigo sorprendido con el hecho de que aquí aún es viernes, es como si viajáramos al pasado — dice Eddie emocionado.

—O como si viajáramos de un continente a otro — desanime y se arrojó a la cama.

—Qué aburrida eres — dice mientras se saca los zapatos —Tengo mucho sueño — se queja y se acomoda bajo las sabanas.

—Yo también — Por primera vez no le lleve la contraria. Me quité mis botines y después tome todas las almohadas para comenzar a crear una muralla.

—¿Qué haces? — pregunta desconcertado mientras me ve crear mi muro.

—Un muro, este es mi lado y ese es el tuyo — dije señalando el lado que le había dejado a él —Yo no cruzó a tu lado y tú no cruzas al mío — aclare con una falsa sonrisa y entonces me miro indignado.

—Si sabes que esto es algo grave — dice tratando de quitar las almohadas, pero yo vuelvo a acomodarlas.

—No seas ridículo.

—Me parece algo hipócrita que teniendo nacionalidad mexicana estés construyendo un muro — dijo fingiendo indignación y entonces comprendí su punto.

—Buen punto, pero aun así el muro estará aquí — proclamé mientras me acomodaba para dormir un rato.

Por mera curiosidad volteo a ver que está haciendo Eddie y entonces me quedo mirando cuando lo veo quitarse la camisa, estoy muy entretenida hasta que se desabrocha el pantalón y su mirada choca con la mía.

—¡Respeta mi lado! — exclamó.

—¿Por qué te quitas la ropa?

—Porque no puedo dormir con esta ropa incómoda y no traje nada porque Noah dijo que sería más romántico aparecer en el aeropuerto sin maletas — explica mientras dobla su ropa y la deja sobre el sofá que está junto a la cama.

—Así que Noah está detrás de todo esto — descubrí y entonces Eddie se dio cuenta de que reveló al responsable de la "información valiosa".

—¿Dije Noah? — inquiere haciéndose el tonto —No, yo quise decir que lo vi en una película — dice tratando de cambiar la versión.

—¿Y acaso el hombre de la película también te dijo que primero llegaría a Los Ángeles?

—No te enojes con Noah por favor — pide y vuelve a tumbarse en la cama.
Obviamente no podía enojarme con Noah, él solo hacía lo que él creía correcto, y en parte esto me estaba gustando aún que no fuera correcto.

—Tengo mucho frío — me queje y entonces pude oír una carcajada salir —¿De qué te ríes?

—Si no existiera el muro, quizá podríamos darnos calor — propuso con un tono pícaro.

—Prefiero poner la calefacción — me levanté de la cama y comencé a buscar el termostato. —¿En dónde está? — renegué ya que mi búsqueda no fue nada exitosa.

En América, el mes de diciembre era sinónimo de invierno, mientras que en Australia era el verano, en mi maleta tenía ropa de frío, pero en cambio, Eddie no había traído nada que ponerse, y estoy segura de que esa camisa no sería suficiente para soportar los ocho grados a los que estábamos.

—Tendrás que comprarte ropa, no podrás salir con camisa de manga corta — propuse mientras me ponía una sudadera.

Levante mi vista y vi a un Eddie despreocupado mirando el techo, podía apreciar cada uno de sus tatuajes, aún seguía causándome un conflicto ese tatuaje dedicado a Emmyly, pero debo controlar mi impulso por querer preguntarle los motivos que lo llevaron a tatuarse eso.

Camine hasta la cama y comencé a mover las almohadas, desapareciendo así el muro que había formado hace no tanto. Eddie me miro sorprendido, pero no dijo nada. Si acepté que viniera fue para pasar un buen fin de semana, para olvidarme de la realidad aunque fuera por un fugaz instante.
Me recuesto en la cama y poco a poco me pego al cuerpo de Eddie hasta que termino abrazándolo.

—Solo te gusta que te ruegue — alardea y le doy un leve golpe en el abdomen.

—No hagas que me arrepienta de esto — regañe.

Eddie se giró hacía mi y pasó su brazo por mi cintura para pegarme más a él y abrazarme.

—Auden perdón por todo — dice y suelto un largo suspiro frustrado.

—Eddie, estaremos aquí, los dos, solo el fin de semana, después el lunes yo iré a México y tú regresarás a Australia, así que solo este fin de semana déjame fantasear con que nada paso, con que solo hemos venido de vacaciones, no hablemos de nadie más — suplique y entonces esbozó una sonrisa.

—¿A dónde iremos a cenar? — pregunta haciéndose el tonto y metiéndose en su papel.

Me acerco a él y le planto un corto beso, me separo con lentitud y lo observo detalladamente, Eddie toma mi rostro entre sus manos y vuelve a besarme.

—Entonces cenaremos aquí — dijo entre besos con doble sentido y eso me hizo alejarme de él para soltar una carcajada.

—Solo espero no arrepentirme de esta repentina idea— dije mientras me sacaba torpemente la sudadera.

Eddie esboza una sonrisa y se pone encima de mí. Entre besos y caricias siento como se pega cada vez más y entonces esos suaves movimientos me hacen soltar algunos quejidos llenos de placer.

—No traje condones — dijo arruinando el momento.

—Que lastima — arrugue mi nariz y le plante un corto beso antes de quitármelo de encima.

—No me hagas esto — gruñó cubriendo el rostro.

—Lo siento, pero no quiero tener hijos. — me levante de la cama y tome la sudadera para volver a ponérmela.

—¿Por qué no quieres tener hijos? — pregunta con seriedad.

—Me refiero a — pongo los ojos en blanco para después señalarlo —no tener hijos con hombres que están comprometidos.

—¿Comprometidos?, pensé que nos olvidaríamos de la realidad — dijo por su propia conveniencia.

—Yo tengo permitido hacer pausas de la realidad ficticia en la que estamos — excuse y entonces él también se levantó de la cama.

—Tengo hambre — Eddie comenzó a ponerse de nuevo su ropa.

—Tienes que comprar algunos suéteres — dije señalando su ligera camisa.

—Entonces váyanos a comprar ropa y después vamos a comer — propuso al mismo tiempo que se abrochaba el pantalón.

—Bien — accedí mientras me ponía los botines.






Holii, ayer no pude actualizar, salí a comer por mi cumple y luego llovió horrible y me quede atrapada en el carro jajaja, en fin, espero mañana actualizar mas capítulos, mañana vuelvo a la universidad y ya veo venir los trabajos, solo espero poder seguir actualizando constantemente 💗

XOXO - RUE 💋

Por siempre AustraliaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora