CAPÍTULO XXII (CANCELAR LA BODA)

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Eddie me ayudó a acomodar de nuevo todas mis cosas en mi habitación, había decidido volver mientras Olivia estaba trabajando para así sorprenderla.

—¿Hablarás con ella?— pregunté mientras bajábamos las escaleras.

—Lo haré hoy — respondió Eddie.

—¿Y después?

—Después quiero que vivamos juntos — Su propuesta ahora mismo me tiene aterrada, había pensado en una relación con él, pero jamás me pasó por la cabeza en irnos a vivir juntos, al menos no por ahora.

—Bueno, pero primero debes centrarte en ayudarla — dije a lo que él asintió.

—Te llamo mañana — Me dice antes de plantarme un corto beso en los labios.

—Adiós — me despido de él para después verlo irse por la puerta principal.

Subo de nuevo a mi habitación y decido llamar a Diane, sé que ella llegaría en una semana y eso de cierta manera me reconfortaba.

—Hola — saluda la castaña emocionada.

—¿Adivina en dónde estoy? — cuestioné sin alejar la cámara de mi rostro para que no me descubriera.

—En tu aburrida habitación de México — bufa desanimada y entonces lentamente alejo la pantalla de mi rostro, dejando así la bonita vista que me está regalando la playa australiana.

—¡No me jodas! — exclamó Diane emocionada.

—Tendrás que soportarme por mucho tiempo más.

—Necesito verte ya, te juro que me siento muy feliz — dijo soltando un grito.

—Bueno, nos veremos en una semana — dije emocionada.

—¿Por qué decidiste quedarte? — pregunta y entonces esbocé una sonrisa.

—Te lo platicaré cuando estés aquí.

—Estoy un cien por ciento segura que tiene que ver con Eddie — aseguró Diane.

—No dire nada hasta que estés aquí.

—Bien, entonces tendré que adelantar mi vuelo — bromeó desesperada por saber lo que había pasado.

—Tengo que dejarte, Olivia no sabe que estoy aquí y quiero preparar una cena para cuando llegue.

—Tú eres un desastre en la cocina Auden.

—Ya lo sé, y por eso llamaré a Jack y Noah para que vengan a ayudarme.

—Bien, eso me pone más tranquila.

—Tonta, te veo en una semana — nos despedimos agitando nuestras manos y después termino la videollamada.



EDDIE

Arrastro mis maletas hasta la entrada y cuando estoy a punto de abrir la puerta alguien más se adelanta.

—Tienes que huir — aconseja Noah.

—¿Qué pasó?

—Emmyly lleva histérica desde que llegó y no te vio aquí — informa Noah mientras abre la puerta de su auto —Ah, por cierto, gracias por convencer a Auden de quedarse, supongo que hiciste buen trabajo — dice pícaramente.

—¿Edward? —La voz de Emmyly viene de adentro de la casa y eso hace que Noah se suba con prisa a su auto.

—¿A dónde vas? — cuestioné, pero él solo se despidió con la mano y seguido encendió el motor del auto.

—¿Edward? — me giro en dirección a la entrada y veo a Emmyly de pie recargada en el marco de la puerta.

—Mierda — musité.

Por siempre AustraliaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora