CAPÍTULO XIX (HOTEL ROOM)

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Sus manos rodean mi cuello mientras yo me muevo bruscamente, estoy encima de él, totalmente extasiada, no quiero parar, nos estamos mirando fijamente y eso no ayuda en nada, el que me esté mirando así solo me hace volverme loca.

—Te gusta estar arriba — gruñe a lo que yo solo asiento, ni siquiera puedo decir una sola palabra, lo único que sale de mi boca son gemidos.
De manera repentina, Eddie me quita de encima y me pone boca abajo. —Me gusta más tenerte abajo — susurra pegado a mi oído y después vuelve a entrar en mí.

Él lo había prometido, todo el día, sin parar. Así lo estábamos haciendo, llevábamos un buen rato, en diferentes posiciones y diferentes lugares del departamento, aunque cuando ya no encontramos sitio volvimos a la cama, probamos en cada rincón del lugar, créanme que lo hicimos. Sé que él estaba cansado, pero yo no lo estaba, era insaciable de él, y a Eddie le gustaba complacerme, supongo que por eso no me pedía parar.

Aprieto las sabanas con fuerza, pues cada vez se vuelven más acelerados sus movimientos, pero la verdad es que me gusta, me hace sentir sensaciones inexplicables, y es que solo él podía hacerme sentir así, solo él me ponía de esta manera. De vez en cuando me da unos jalones de cabello que aunque al principio me han dejado desconcertada, ahora me encanta que lo haga. Su mano viaja hasta mi intimidad, así que en estos momentos sus dedos también juguetean, él realmente sabe cómo hacerme gritar, y sé que entre más contengo las ganas de gemir lo hace mejor hasta que dejo salir todo.

Definitivamente, la parte que más me gusta es cuando comienza a decirme vulgaridades, es que eso en verdad solo me pone más. Puedo sentir ese cosquilleo, sé lo que se avecina y entonces levanto mi vista al enorme espejo frente a nosotros, vernos así, solo removió más sensaciones en mí. Siento esa explosión y mi abdomen se contrae, hundí mi cabeza en la almohada y después poco a poco levante mi cara para vernos de nuevo al espejo. Llevo el cabello hecho un desastre, las mejillas coloradas y los labios hinchados, Eddie está empapado en sudor y algunos cabellos rebeldes caen en su frente, está agitado y eso se refleja en el movimiento acelerado de su abdomen bien marcado. Pega su pecho a mi espalda y después me planta un beso en la mejilla mientras me mira directamente a través del espejo, esbocé una sonrisa y después giré mi cuerpo completamente para tenerlo de frente. Paso mis dedos por su despeinado cabello y entonces me regala una de esas sonrisas coquetas.

—Deja de sonreírme así — pedí cubriendo su rostro con mis dos manos.

—¿Cómo? — inquiere separando mis manos de su cara.

—Tú sabes perfectamente lo qué haces — acusé. Me planto un corto beso en los labios y después se levantó de la cama.

—Vamos a desayunar — dice mientras busca ropa en las bolsas.

—Es tarde para desayunar — dije mostrándole la hora que ponía la pantalla de mi celular. Alza sus cejas y comienza a reírse.

—Duramos un buen rato — dice mientras se pone unos pants que se le ven demasiado bien —Me voy a dar un baño — anuncia y después se aleja por el pasillo.



Nos encontramos en el restaurante del mismo hotel, Eddie ha pedido waffles y café, mientras que yo solo he optado por un café bien cargado.

—¿Segura que no quieres comer nada? — pregunta antes de llevarse un pedazo de waffle a la boca.

—No tengo hambre — respondí y entonces alzó sus cejas.

—Quedaste bien servida — dice pícaramente y le suelto una patada bajo la mesa, a lo que suelta una leve carcajada. —¿Quieres? — ofrece de sus waffles y entonces al verlos bien se me han antojado un poco.

—Si — respondí y entonces corto un pedazo para después dármelo en la boca.

—Mierda — se queja al ver la pantalla de su teléfono.

—¿Qué pasó? — pregunté al ver la preocupación en su rostro.

—Es Louis, Louis es como mi manager — explica mientras envía un texto —tengo que llamarle, ya vuelvo — dice y se levanta de la silla para después salir del restaurante.

Me quedo sola en la mesa disfrutando de mi café, observo todo el lugar para mantenerme distraída, el lugar está vacío, o eso hasta que un chico se acomoda a unas cuantas mesas. Sin más que hacer, me quedo observando lo que hace, pero después me di cuenta de que fue mala idea, el chico me atrapó mirándolo y me ha sonreído pícaramente, ¿Acaso pensó que le estaba coqueteando?

Mis nervios aumentan cuando el chico se levanta de la mesa y comienza a caminar hasta mí, le doy un gran trago a mi café y después el peli negro de llamativos ojos azules se postra en el lugar de Eddie.

—Hola — saluda y me quedo en silencio, volteo a todos lados esperando ver a Eddie, pero no hay nada —¿Me estabas mirando? — cuestionó y entonces esbocé una sonrisa nerviosa.

—No, yo, yo solo estaba observando el restaurante para mantenerme distraída.

—¿Entonces buscas una distracción? — inquiere pícaramente y niego de inmediato.

—No, creo que estás malinterpretado todo — explique.

—Me estoy hospedando aquí, si quieres podemos subir a mi habitación y, no sé, distraernos un rato — propone y entonces suelto una risa nerviosa.

—No, yo vengo con...

—Te quitas de mi lugar — La voz de Eddie me toma por sorpresa y rápidamente volteo a verlo, tiene la mandíbula tensa y la mirada cargada de odio, definitivamente estaba molesto.

—¿Lo conoces? — me pregunta el tipo y cuando estoy a punto de responder, Eddie lo hace por mí.

—Soy su novio — dice con la voz cargada de odio.

El tipo pone los ojos en blanco y después se levanta de la silla, me echa una última mirada y posteriormente se va de regreso a su mesa.

—¿Qué te dijo? — preguntó Eddie mientras se acomodaba en su silla.

—En resumidas palabras, me invito a su habitación — respondí burlesca.

—Idiota — insulto por lo bajo y eso me hizo sonreír.

—¿Tú no me invitarás a tu habitación? — inquiero pícaramente. Aprovecho que la mesa tiene un largo mantel y me saco la zapatilla para después tocar su entrepierna con mi pie.

—Tienes un fetiche con los lugares públicos — acusó y después se recargó en la silla para disfrutar.

—Quiero salir esta noche a algún club — propuse sin detenerme y él solo asintió mientras intentaba contener algún gemido.

—Iremos a donde tú pidas — dijo con la voz entrecortada.

—Muy bien — Me detuve de golpe y regresé mi pie a su lugar.

—Mierda — renegó y me lanzó una mirada que gritaba "Continúa con lo que estabas haciendo".






Holiii, espero hayan tenido un lindo día lxs quiero 💗💗💗

XOXO - RUE💋

Por siempre AustraliaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora