El final de nosotros esta vez sería definitivo.Me negaba a aceptarlo, pero ese día en aquellas habitación nos habíamos despedido, habíamos decidido renunciar a nuestra felicidad, para que Noah tuviera la suya, se lo debíamos, y era lo mínimo que podíamos hacer por él.
Ahora debía aprender a vivir con el hecho de que Eddie nunca fue ni sería para mí, de que el destino tenía preparadas cosas diferentes para ambos.
Alguna vez escuché sobre las fases del duelo:
1. Negación
2. Ira
3. Negociación
4. Depresión
5. Aceptación
Para mi mala suerte seguía estancada en la negación, seguía pensando en posibles soluciones para rescatar lo que siempre quisimos, pero la única manera de hacerlo era diciéndole todo a Noah.
Tenía dos opciones seguir con mis fases del duelo, o decirle la verdad a Noah, debía tomar una decisión apresurada, pues hoy era diecinueve de enero, hoy se llevará a cabo la boda de Eddie y Emmyly, en unas cuantas horas ellos dos estarán caminando por el altar. Eso me tenía muy mal.
No quería que Noah me odiara, quería que el fuera feliz, pero también quería mi final feliz aunque estuviese siendo egoísta.Con el celular en las manos, temblando y no muy segura de enviar ese texto, me he quedado perdida en el movimiento de las olas del mar.
Auden:
Noah, necesito hablar contigo, sé que debes estar alistándote para la boda, pero por favor, es urgente.Había enviado el mensaje, ya no había marcha atrás, esta tarde Noah sabría toda la verdad, estaba consiente de que muy probablemente después de esto, él me odiaría para toda la vida, pero tampoco era sano mentirle todo el tiempo. Yo estaba dispuesta a luchar por Eddie, y si no se lo digo yo a Noah, Emmyly terminaría haciéndolo, y eso podría resultar aún peor.
Noah:
En media hora estaré en tu casaEl mensaje de Noah solo me hizo ponerme más nerviosa de lo que ya me sentía, estaba asimilando el hecho de que quizá estos serían los últimos mensajes que nos enviaríamos, que quizá no podría verlo más en sus competencias, que no lo escucharía hablar sobre lo mucho que le encanta Sam, sobre como ama a su tabla de surf, no volvería a escucharlo reír; Iba a extrañar lo imprudente e ingenuo que podía llegar a ser. Noah era mi mejor amigo, lo necesitaba en mi vida, pero también amaba a Eddie y también lo necesitaba en mi vida.
Acababa de recibir un mensaje de Noah en dónde decía que ya estaba saliendo de su casa, por lo que muy probablemente en algunos cinco minutos llegaría. Sirvo un vaso de agua y lo bebo con prisa, los nervios me estaban revolviendo el estómago y me estaban secando la boca. Cierro mis ojos y recargo mis manos sobre la barra. No había nadie en casa, Diane y Jules habían ido a comprar comida, así que estaba sola.
Al cabo de unos minutos pensando exactamente como le diría todo a Noah, el estruendo de la puerta hace latir mi corazón como loco. Camino lentamente por el recibidor hasta llegar a la puerta, tomo la manija y no muy segura abrí. Noah está de pie afuera, lleva un lindo traje azul marino, su rubio cabello va recogido en una coleta y su sonrisa está radiante como siempre.
—¿Cómo me veo? — preguntó el rubio entusiasmado.
—Guapísimo — halagué.
—Vine lo más rápido que pude, mi mamá esta vuelta loca con tantas cosas, y más ahora que se ha enterado de que tú no estarías en la boda. — explicó Noah.
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Por siempre Australia
RandomLa vida de Auden dio un vuelco cuando dejó ir a Eddie. Muchas cosas han cambiado, ha desarrollado una profunda amistad con Jack y Noah, también ha conseguido un buen trabajo como asistente de Olivia, se podría decir que todo marchaba bien, o eso has...