7. No quiero volver a casa

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Volteó a su derecha, sonrió al ver a Natasha profundamente dormida, recostó su asiento igual que el de su amiga, la cubrió mejor con la manta que tenía encima y acarició su mejilla levemente sonriendo de inmediato, habían dormido muy poco para poder llegar al vuelo a tiempo, se deshizo de su cinturón y tomó el brazo de Natasha rodeando su cintura, sonrió al sentir como la rubia la presionaba contra su pecho, no recordaba la última vez que se sentía así de feliz, relajada y segura entre los brazos de alguien; estaba empezando a dudar si alguna vez con su esposo se había sentido así.

Intentó cerrar los ojos para poder dormir, pero no funcionaba, la conversación que tuvo con Vision antes de irse se repetía una y otra vez en su mente las palabras de él sobre cómo le haría bien despejarse y su mente se aclararía en esos días, a Wanda no le gustó la manera en la que le habló en ese momento, como si fuera una tonta que no sabía lo que quería y que la tengan que guiar para tomar decisiones, al principio sentía ese modo de hablar de él como protector y que a su forma la cuidaba, ahora creía haberse dado cuenta que no era eso lo que le brindaba, si no unos días o un tiempo para reflexionar en cómo debía pensar no en lo que quería realmente, como si la decisión ya estuviera tomada, pero ella debía darse cuenta cual era; la verdad ya no quería vivir así.

Sintió la mano de Natasha en su vientre, se volteó para verla al rostro, apartó su cabello en una caricia y le dejó un beso en la frente preguntándose si ella sentía lo mismo cuando estaba entre sus brazos, estaba disfrutando de ese viaje desde el momento en el que se quedó dormida con la rubia en su antiguo departamento, es más desde que le dijo que irían de viaje realmente, lo peor era que al menos la culpa aparecería en estos momentos por sentir que le faltaba a su matrimonio, pero no había ni una gota de remordimiento en su ser.

– ¿Estás bien? – Escuchó la voz ronca y somnolienta de la rubia quien aferraba más su agarre en su cintura

– Mejor que nunca – Respondió sonriéndole, le agradaba que se preocupe por ella, sabía que los aviones la ponían algo nerviosa – Vuelve a dormir

– Okay – Asintió acercándose más a Wanda y escondiendo su rostro en el cuello de ella

La pelirroja sentía mil cosas al tenerla cerca, le daba miedo el no saber lo que pasaría, pero estaba segura que no quería alejarla de su vida.

...

Después de llegar a la habitación y que Wanda se riera mucho por lo nerviosa que se había puesto Natasha cuando la recepcionista le dijo que el paquete que pidió no podía ser cambiado por otro de dos habitaciones, porque la reserva ya estaba hecha hace mucho, claramente a su amiga no le importaba tener que compartir, de hecho había pensado que la idea era esa, fue aún más gracioso cuando Wanda dijo: "Amor, déjalo así", mientras la rubia se sonrojaba aún más, ella le dijo a la recepcionista que habían tenido una pelea en el camino, pero que tomarían la suite matrimonial, todo mientras rodeaba los brazos de Natasha en su cintura, disfrutó tanto ese momento.

Ambas se ducharon y cambiaron para poder ir a la conferencia de la rubia esa mañana, claramente insistió en que Wanda no vaya y se quede descansando mientras pedía que le lleven el desayuno, la pelirroja claramente se negó, le daba curiosidad saber sobre esa conferencia, a parte que no le parecía justo que la invite e irse a otro lado sin ella, Wanda se acomodó el cabello por última vez en el espejo, caía en bonitas ondas a los lados de su rostro, sonrió y se encaminó hacia Natasha que acomodaba su blusa.

– Ya estoy lista – Emitió la pelirroja recostándose en una columna

– Yo igual – Volteó y sus ojos se abrieron al verla, su amiga llevaba un pantalón holgado color blanco a la cadera, unos tacones de plataforma con suela tejida y un top fucsia que exponía su abdomen y la parte baja de sus costillas, el cual tenía un bonito listón en medio

Chocolate | WandanatDonde viven las historias. Descúbrelo ahora