Chocolate | Wandanat

32. No me gusta ser así

Nunca había deseado tanto como ese día salir del trabajo, la ponía realmente ansiosa estar ahí, odiaba con todas sus fuerzas que el reloj pasara tan lento, hace dos días había vívido una de las peores crisis de su vida, pero ya no se podía permitir más tiempo libre, la misma Wanda le había dicho que debía ir a trabajar si tenía tantos pendientes, trataba de avanzar todo rápidamente, pero parecía interminable y aunque sentía que iba rápido la hora no pasaba.

– ¡Buenos días! – Escuchó de la puerta – No sabía que vendrías hoy – Le sonrió Carol

– Hola – Decía con desánimo – Hay mucho por hacer, no podía seguir retrasando mi trabajo – Soltó en una queja

– ¿Cómo está todo por casa? ¿Cómo está Wanda? – Preguntó consternada

– Bien – Asintió creyendo que realmente era así – Esta es nuestra primera semana con Zaria, aunque Vision y yo insistimos en que Wanda debía descansar, ella no quiso, me estoy quedando en el departamento con ella estos días, porque no creo que sea buena idea dejarla sola, a parte que empezará a ir con el terapeuta por todo lo que sucedió con esa mujer – Se negaba a siquiera pronunciar su nombre

– ¿No crees que sobrepasaste tus límites esa noche? – Preguntó preocupada

– Me sentía como poseída – Soltó sincera golpeteando el lapicero contra la mesa – Nunca había hecho algo tan por fuera de la razón, por más que sepa defenderme, no debí ir a amenazarla y golpearla, pero no sabes lo que fue para mí tener a Wanda inconsciente en mis brazos, sentí pánico, temía lo peor, ella es el amor de mi vida, la madre de mi bebé, claramente iba a matar a esa tipa si algo le sucedía, pero felizmente no fue así – Respondió sacando de su pecho todo lo que había sentido estos días

– ¿El amor de tu vida? – Cuestionó con curiosidad

– Sí – Aceptó con una leve sonrisa – Aunque ella y yo no seamos nada y posiblemente nunca más volvamos, nunca voy a amar a nadie como amé a Wanda Maximoff y siento que nadie me amará como ella – Suspiró apoyando su rostro en una mano – Solo se afianzó más ese pensamiento estos días y sé que está mal, así que intentaré poner mi distancia cuando todo esto acabe

– ¿Por qué no ser amigas?

– Porque ella y yo no pudimos ser solo amigas antes, menos será ahora y aún peor con toda esta horrible situación, no sé cuánto tiempo le den a esa mujer en la cárcel, pero espero que sean muchos años – Negó rápidamente

– Bueno, jefa – Se levantó de la silla – Necesitas ir por otra foto que el cuadro vacío en tu escritorio se ve muy deprimente – La vio con un ligero reproche

– Sí, sí, gracias – Observó como caminaba hacia la puerta

Natasha sentía una gran confusión en su interior, después de sentir que casi perdía a Wanda quería devolver la foto que había quitado de su escritorio, pero no le veía ningún propósito hacerlo, es decir obviamente ella era su familia, pero ya no su amor, no más y le dolía seguir teniéndola tan presente, quería olvidarla por completo, volver a poner distancia con ella, pero debía esperar.

...

Llegó a su casa con bolsas del supermercado, las dejó en la cocina y al empezar a sacar los productos escuchó un ruido de su habitación, se puso alerta rápidamente, sintió un repentino pánico, pero intentó ignorarlo, creía que solo estaba paranoica por lo que recién le había acontecido, respiró profundamente y continuó ordenando, pero volvió a escuchar un ruido y esta vez una ligera risa, tomó su celular rápido pensando en llamar a Natasha, pero seguro ya estaba de camino y no quería alarmarla, sentía que si iba hacia la habitación no habría nadie, tomó valor y empezó a caminar intentando no lucir espantada, autoconvenciéndose que aún no se sentía del todo bien y por eso escuchaba cosas, se asomó por la puerta y soltó el aire que retenía con alivio.