Chocolate | Wandanat

40. Quiero que sean felices

Entró al lugar, no creía que había olvidado algo, pero quería corroborar de todas formas, se sorprendió al ver a Wanda en el sofá de la sala con una botella de vino en la mano, estaba vestida con un top negro que le quedaba por muy encima de su ombligo, una falda del mismo color y unas botas altas también negras, Natasha sentía un deja vu de la universidad, se acercó a ella algo temerosa, aunque la pelirroja se veía sonriente, sospechaba que era por el alcohol.

– ¿Wanda? – La rubia relamió sus labios caminando en su dirección – ¿Estás bien?

– Ajá – Asintió bebiendo de la botella que tenía en una mano – Salí anoche y vine aquí a esperar a ponerme sobria de nuevo, pero eso no pasó y tenía más vino – Decía risueña arrastrando levemente las palabras – Ven, siéntate aquí, junto a mí – Le sonrió de lado

Natasha hizo lo que le dijo y tomó la botella que ella sostenía – Wanda...

– Si quieres dale un trago, te ves tensa – La tomó de los hombros empezando a apretarlos levemente

– Wanda... – Repitió ella con genuina preocupación dejando la botella en el piso – ¿Qué sucede contigo? ¿Por qué actúas así?

– ¿Cómo así? – Decía distraídamente masajeando los hombros de Natasha mientras la veía a los ojos

– Hoy no te quedaste a dormir en casa de Vision, Zaria no te vio en la mañana como está acostumbrada, tratas mal a nuestros amigos ¿Qué te ocurre, Wanda? – Insistió tratando de entenderla

– Así te gustaba ¿No? – Rio levemente acercándose al rostro de Natasha – Cuando estaba en la universidad y me ponía esta ropa, cuando era alocada y no sentía responsabilidad alguna, a ti te gustaba que fuera así – Se recostó en las piernas de la rubia – Porque cuando me volví mamá te aburriste de mí y me botaste, aunque como bien dijiste, en la cama nos seguíamos entendiendo – La veía con la cabeza desde su regazo

– Okay, Wanda, ahora mismo tomas un baño y te voy a preparar un café para que hablemos como dos personas adultas – Se levantó con cuidado de que ella no caiga al piso

– No quiero – La tomó de la muñeca levantándose del sillón, Natasha la sostuvo mejor para que no caiga al piso

– No puedes ni mantenerte en pie, Wanda – Intentaba razonar con ella – Necesitas una ducha – Decidió llevarla al baño

– Así estoy bien – Rodeó ambos brazos en su cuello y se acercó a besar a Natasha, la rubia ignoraba sus intentos mientras caminaba con ella al baño – Nat, no seas así – Rogó cuando evitó su boca múltiples veces – Cuando me ponga sobria volveré a estar enojada contigo y yo no quiero eso

– Entonces no lo estés – Decía tomándola de la cintura con una mano y abriendo la llave del agua ajustando la temperatura correcta empezando a llenar la bañera

– Nat, Natasha, Nat... – Escuchaba la voz ebria de la pelirroja – ¿Cómo era que te decía Carol? ¿Nati? – Rio levemente – Nati... ¿Ese te gusta más?

La rubia no creyó que quitarle la ropa a Wanda fuera buena idea así que solo sacó sus botas altas y la metió a la bañera, lo cual era más fácil porque ella no podía ni sostener su propio cuerpo.

– Iré a prepararte un café, no hagas nada tonto y quédate ahí, por favor – Emitió Natasha saliendo del baño

No podía creer cómo se comportaba, parecía una adolescente rebelde, a estás alturas de su vida no creía que estaría cuidando de la mamá de su hija de tal forma, pero podía afirmar que Wanda estaba en serio mal, si no hacían algo rápido, podría ser incluso peor.