5. Vamos ahora

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Se sentía fatal, no recordaba lo mal que la pasaba después de tomar tanto alcohol, aunque no tenía los síntomas clásicos de una resaca, sí sentía que hubiera deseado mil veces quedarse todo el día en la cama a estar en su oficina trabajando.

– ¿Noche difícil? – Escuchó la voz burlona de Carol enfrente suyo

Natasha soltó una risita – Ni que lo digas... – Suspiró apretándose el hombro en el que sentía algo de dolor

– Lo único que te será problemático el día de hoy es revisar el nuevo caso que llega al despacho – Habló la castaña escribiendo en su libreta – ¿Gustas algún analgésico para el dolor? – Preguntó preocupada notando como la rubia se veía incómoda

– No, gracias, seguro ya se me pasa – Intentó mover su brazo haber si el dolor disminuía

– ¿Un masaje, tal vez? – Ofreció Carol poniéndose detrás de Natasha colocando las manos en sus hombros

– En serio que estoy... ¡Auch! – Exclamó sintiendo como presionaba con uno de sus dedos justo donde le dolía

– Ahora viene la parte relajante – Soltó con burla mientras seguía destensando sus músculos

– Tienes razón – Natasha asintió cerrando los ojos y dejando caer su cabeza hacia atrás mientras mordía su labio inferior disfrutando realmente el masaje – Se siente bien

– Te lo dije – Susurró Carol al oído de ella

– Mmmm... – Soltó la rubia con placer mientras otros suspiros salían de su boca

De repente Natasha abrió los ojos y notó que había alguien más en su oficina.

– Recibí tu mensaje y quise venir a dejarte las llaves – Decía su amiga con una clara molestia en la voz – Aquí te las dejo, ya no interrumpo más – Wanda soltó el llavero en el escritorio sin cuidado y se dio la media vuelta cruzada de brazos

– Wanda, espera – La rubia se levantó de inmediato yendo en dirección a su amiga – Wanda – La volvió a llamar tomando su brazo en medio del pasillo

– ¿Qué? – Volteó la pelirroja con un notable enojo

Natasha se quedó estática no sabiendo como responder ante su actitud, no tenía porqué justificarse, aunque por como actuaba su amiga, parecía que sí.

– Tenía dolor en la espalda y mi asistente me estaba ayudando, nada más – Dijo lo que sucedía

– Es la chica de esa noche ¿Crees que no me di cuenta? ¿Has seguido en contacto con ella todo este tiempo? – No quería que suene como si le reclamara algo, pero claramente lo hacía

– ¡¿Qué?! ¡No! – Exclamó atrayendo algunas miradas – ¿Podemos hablar en mi oficina, por favor?

Wanda rodó los ojos hacia un lado, pero siguió a Natasha, agradeció internamente que esa tipa ya no estaba.

– ¿Entonces? – Emitió la pelirroja aún con los brazos cruzados

– Ella es mi asistente, llegó aquí hace unas semanas y me ayuda con temas del despacho – Explicó

– Porque susurrar en tu oído y darte un masaje claramente es laboral – La confrontó

– Se podría decir que somos algo así como amigas, no lo sé – Decía confundida, pues su amistad literalmente había empezado anoche, entre mucho vino y confesiones que ninguna se atrevería a haber hecho sobrias

"¿Amigas como tú y yo?" Pensó Wanda. – Como sea, yo me voy – Igualmente no podía decirle nada al respecto, la vida de Natasha no era su asunto, aunque no podía negar que le había molestado la escena que presenció

Chocolate | WandanatDonde viven las historias. Descúbrelo ahora