50. ¿Y cuál es la lección? ~ Epílogo

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Las sonrisas en sus rostros eran de felicidad pura, bailaban en el centro del lugar luciendo sus vestidos blancos en la recepción de su boda, Wanda sostenía a su esposa de los brazos mientras Natasha la acercaba a ella de la cintura.

– Al fin casadas – Sonrió la pelirroja cerca del rostro de su esposa

– No se tú, pero ya quiero que sea nuestra noche de bodas – Susurró conectando con los ojos de Wanda, rio al ver sus mejillas sonrojarse

Escucharon como la música paraba y entre los aplausos de sus amigos y familia se fueron a sentar a su mesa.

– ¡Se ven preciosas en sus vestidos! – Escucharon la voz de su pequeña de cinco años que las veía con una sonrisa

– Gracias, mi corazón – Sonrió Wanda tomando las manos de su niña, llevaba un vestido rosado

– Gracias, Zazi – Emitió Natasha tomando asiento con su pequeña en su regazo

– ¿Cansada? – Preguntó la pelirroja con una leve risa viendo a su esposa

– Sí – Hizo un ligero puchero sintiendo los labios de Wanda encima de los suyos

– Aquí está su angelito – Escucharon la voz de Yelena que se acercaba con su bebé en brazos

– Dame a mi bebé – Dijo la pelirroja con emoción sosteniendo a su hijo – Hola, niño bello – Sonrió abrazándolo a ella llenándolo de besos en el rostro – Que guapo estás

– Mi hermanito ya comió, yo ayudé a la tía Yel – Mencionó Zaria notando como su mamá se sentaba al lado suyo con el bebé en brazos

– Muchas gracias, mi corazón – Sonrió dejándole un beso a su hija

– ¿Puedo ir a la mesa de dulces? – Preguntó la pequeña con emoción

– Está bien, pero ve con la tía Yelena – Le sonrió a su hermana que tomó la mano de su hija y fueron hacia donde decía – Te ves preciosa con un bebé en brazos, bueno con mi bebé en brazos – Alzó las cejas besando la mejilla de su esposa

– ¿Qué me insinuas? – Preguntó de lado acercando su boca a la de Natasha

– ¿Quieres tener otro bebé? – Mordió su labio inferior con nervios

– Contigo los que podamos – Acarició la mejilla de su esposa con la nariz – Pero hay que esperar siquiera volver de nuestra luna de miel para poder pensar mejor

– Gracias por darme una preciosa familia, amor – Sonrió besando la comisura de sus labios

– Y eso que aún no llenamos la casa – Bromeó – Gracias por ser la madre de Zaria y por Rodrigo – Abrazó ligeramente al bebé entre sus brazos

– Rodrigo Romanoff-Maximoff – Sonrió tomando la mano de su pequeño – Nuestros apellidos suenan perfectos juntos

– En el orden que sea – Remarcó divertida, pues Natasha quería que fuera al revés para que todos sus hijos sean Maximoff

– Yo solo quería uniformidad en el apellido de nuestros hijos – Se defendió

– ¿Para qué? – Se encogió de hombros restándole total importancia – Nuestros hijos van a ser nuestros hijos así no queramos ni ponerles nuestros dos apellidos, le das demasiada importancia a un constructo social, un apellido no hace a alguien tu familia, vida

Natasha suspiró asintiendo – A mí me gusta mi nuevo apellido de todas formas, Natasha Romanoff-Maximoff, suena precioso – Sonrió notando a su esposa sonrojarse, cada pequeña cosa que hacía Wanda solo hacía que su amor se fortalezca, por más pequeña o insignificante que sea

Chocolate | WandanatDonde viven las historias. Descúbrelo ahora