Chocolate | Wandanat

11. Quiero el divorcio

Sus dedos tamborileaban en la mesa mientras tomaba un vaso de agua para intentar relajarse, lo que iba a hacer no era para nada fácil, pero debía tomar esa decisión si quería avanzar en su vida, había pasado los últimos días pensando, replanteándose si estaba en serio contenta con cómo eran las cosas ahora, si quería seguir así de aquí al próximo año o en cinco o en cincuenta, después de pensar bastante se dio cuenta que eso no era realmente lo que quería, y tampoco sabía lo que sí, pero al menos debía ir arreglando lo que no poco a poco y este era el primer paso.

Vio la puerta de su casa abrirse, su esposo entraba con su maletín en la mano, desajustaba su corbata y le sonreía de inmediato yendo hacia su sofá.

– Hola, querida – Le saludó con la mano sentándose en su reclinable relajándose un poco

– Vision, hola – Sonrió levemente acercándose a él – ¿Podemos hablar?

– He tenido un día terrible, Wanda – Se quejó estirándose un poco – Déjame ver un rato la televisión y al cenar hablamos – Decía tomando el control remoto

– Es en serio importante – Mordió su labio inferior levemente no queriendo perder el valor que había colectado para poder decirle

Él frunció el ceño apagando el televisor y tomando la mano de su esposa – ¿Qué sucede? ¿Te encuentras bien?

Wanda retiró la mano y la puso en su cabello llevándolo para atrás – No hay manera fácil de decir esto, así que solo lo diré – Suspiró sentándose en el reposabrazos del sofá al lado del reclinable – Tuve sexo en el viaje al Caribe – Tragó grueso alzando la mirada hacia él

– Bueno... – Decía más confundido aún – ¿Fue con Natasha? – Cuestionó viéndola al rostro

– No – Negó rápido poniéndose notablemente nerviosa – Fue alguien que conocí una noche en el yate de Stark

– No mientas – Posó una mano en la rodilla de ella – Dijimos que seríamos sinceros con este tema

– Te digo que no fue con Natasha – Intentó decirlo segura desviando la mirada

– Wanda – Buscó sus ojos con la vista – Ustedes dos se alejaron después del viaje y compraste un boleto de avión de vuelta con mi tarjeta – La pelirroja se cruzó de brazos mordiendo el interior de su mejilla – Sabía que no estaban bien, pero pensé que lo solucionarían; aunque ahora tiene más sentido el porque no se han hablado hace semanas – Se encogió de hombros – ¿Eso es todo? – Interrogó notando lo tensa que estaba su esposa

– No – Respondió bajo relamiendo sus labios – Solo nos acostamos esa vez, pero hace tiempo que empecé a sentirme diferente con ella

– Necesitas ser más clara, porque me haces pensar algo que tal vez...

– Yo la amo, Vis – Soltó por fin lo que tenía atorado en la garganta y el corazón – Y a pesar de que tal vez ya no pueda estar con ella, no me siento bien intentando ser una buena esposa cuando claramente no lo soy, acepto que no peleamos, pero no tenemos una relación ¿Sabes? – Intentaba explicarse

– Deja de darle vueltas a las cosas y di lo que estás pensando – Soltó con seriedad no queriendo escuchar sus excusas

– Okay – Asintió – Quiero que nos divorciemos

– Wanda, querida – Apoyó sus codos en sus rodillas juntando las manos inclinándose hacia su esposa – No – Dijo como si le hubiera preguntado si quería sushi para cenar – No estás pensando con lógica – La vio a los ojos – Quieres ir a acostarte con Natasha, hazlo, no te detendré, pero divorciarnos es una locura ¿Qué vas a hacer si nos separamos? Sabes que mi intención no es hacerte sentir inferior ni nada, pero de verdad ¿Qué vas a hacer? Mira la vida que tenemos ahora, estábamos hablando de tener hijos, si quieres mañana puedes comprarte un boleto en primera clase a cualquier parte del mundo, o irte de compras con la tarjeta de crédito y tienes razón de que no hemos estado funcionando como una pareja como tal, pero eso se arregla, podemos ir a terapia o de viaje o tantas cosas – Hablaba con tanta lógica convencido de lo que decía que hasta Wanda sentía que debía darle la razón – Ahora, si tu problema es que Natasha no quiere estar más contigo porque estás casada intenta convencerla o arreglar las cosas con ella de otro modo, no lo sé, tú la conoces mejor que yo, pero no vamos a arruinar nuestro matrimonio de años porque te quieres acostar con alguien que no soporta el que estés casada